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Ana Cano: “Trato de sacar mi inspiración de Colombia”

La diseñadora presentó su colección “Hilandera” como proyecto de grado en el Parsons School of Design en Nueva York, la cual fue resaltada por un artículo en la revista “Vogue”.

Andrea Jaramillo Caro
23 de junio de 2022 - 02:00 a. m.
La diseñadora colombiana Ana Cano hace parte de la promoción 2022 del Parsons School of Design.
La diseñadora colombiana Ana Cano hace parte de la promoción 2022 del Parsons School of Design.
Foto: Óscar Pérez

¿Cómo empezó en el diseño de modas?

Yo desde muy, muy chiquita sabía que me gustaba y como que fui poco a poco buscando cosas que me informaran, entonces coleccionaba revistas, veía pasarelas, comencé a dibujar desde chiquita. Fue un proceso un poco muy autodidacta al comienzo, mientras encontraba la manera de sumergirme en ese mundo. Ya después, más grande, tomé la decisión de que realmente era algo que quería hacer y fue como me lancé. Me metí en ese mundo, por ejemplo, y quise estudiar eso.

¿Cómo fue esa experiencia de que su portafolio fuera resaltado en la página de la revista “Vogue”?

Yo me enteré porque vi el artículo en una página de un compañero en la Universidad y me metí a ver y bajé y vi las fotos y ahí encontré mi proyecto. Para mí es sin duda un sueño hecho realidad. Yo creo que cualquier diseñador sueña con estar en esta revista y más allá es un honor, porque nunca pensé que a esta edad lograría salir en un artículo. La autora del artículo tuvo la oportunidad de ver todos los proyectos, porque la Universidad montó una plataforma donde salían todas y cada uno de los proyectos y los nombres de los diseñadores. Entonces que estuviera yo en esos trece, la verdad, yo todavía me acuerdo y como que me pellizco porque no, no me lo esperaba y también me parece que es un logro como latinoamericana y colombiana, porque siento que también muestra un poco que esa gente quiere escuchar nuestra historia y que nosotros tenemos mucho, que no hemos contado que hay que salir a contar como artistas. Y aquí ahorita, sin duda alguna, está pegando en todo el mundo.

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Hablemos de “Hilandera”. ¿Cómo empezó a crear el concepto para su proyecto?

A mí me gusta mucho la ropa de trabajo, como todo lo que es el estilo work wear, como con bolsillos, los jeans... todo. Y, cuando comencé a investigar para la tesis, me pregunté: bueno, cuál es una prenda típica de trabajo que uno ve en Colombia y sin duda alguna es la ruana. Quise sumergirme en ese mundo y comenzar a investigar un poco más de fondo y mezclar las dos representaciones. En la colección hay algunas prendas que son en jean, entonces era un poco como la representación del jean en Estados Unidos y cómo eso se ha vuelto una prenda de trabajo, y aquí la ruana. También encontré en un libro de Fernando Cano, el fotógrafo que está lleno de fotos de Colombia, y a través de él de verdad uno se transporta como al día a día del colombiano, no tanto dentro de la ciudad, sino en el campo, y al ver eso dije: me quiero enfocar en esto. Ya después viajamos a Boyacá, en diciembre, y fue un momento muy bonito, porque yo, estando allá tratando de hacer la tesis, sentía que necesitaba contextualizar el proyecto un poco, hablar con ese artesano, contar su historia, entender un poco más por qué me estaba enfocando en esto y por qué era importante. Entonces hablar con ellos y entender la situación fue mucho más iluminador y que las cosas se fueron dando de por sí.

¿Cómo fue ese proceso de hablar con ellos?

Nos fuimos tres días a Boyacá, estuvimos en la laguna de Tota, Aquitania, Paipa, Nobsa y todos los pueblitos que hay alrededor. Fui con mi papá: parqueábamos en un pueblo y parábamos a hablar con el que nos pudiera dar información. Hablamos con hilanderas, con los artesanos que tienen la ruana en Aquitania. Conocimos a un señor que se llama Carlos Castellanos, que lleva en el oficio muchísimo tiempo, y fue muy chévere hablar con él porque realmente entiende mucho la ruana en la sociedad hoy en día y por qué no está haciendo un negocio rentable. Dentro de ese proceso de manufactura de la ruana tradicional hay cinco artesanos que duran dos meses haciendo la ruana, entonces no es sostenible. Muchas generaciones nuevas no están queriendo adoptar el oficio, porque quieren encontrar nuevas oportunidades. Entonces al entender eso uno se da cuenta de que no solo es un proyecto que representa una prenda que es emblemática en Colombia como un símbolo cultural y también en Sudamérica, porque tú ves diferentes variaciones de la ruana desde Colombia hasta Argentina, pero también muestra que es importante como país conservar esta prenda y apoyar a estos artesanos que necesitan nuestra ayuda para poder seguir con este oficio y esta artesanía.

¿Cómo se refleja el tema de la identidad en la colección que creó a partir de ese proceso de investigación?

Yo diría que se representa mucho en las siluetas, porque, de las cuatro pintas, las siluetas son muy representativas de la ruana, son diferentes variaciones y la manera como me fui inspirado en crear nuevas. Creo que ahí estaría la representación de esta silueta y también un poco como yo la imagino en esta mujer moderna, que sale al mundo y quiere llevar este símbolo de Colombia con ella, a donde quiera que vaya.

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¿Cómo ve la colección “Hilandera” en el futuro?

Creo que todos mis proyectos desde antes de la Universidad o durante mi época de estudiante siempre serán puntos adonde yo siempre voy a volver para tratar de entender mi proceso como creativa y hacia dónde quiero ir. Sin duda alguna, creo que “Hilandera” va a tener diferentes etapas; creo que será algo evolutivo e irá conmigo durante toda mi carrera como diseñadora. Porque siempre que hago un proyecto, trato de sacar mi inspiración de Colombia o de mi familia, que es la verdad lo que me da como sentido de pertenencia ahí y lo que más me puede llegar a inspirar; entonces, un sueño mío sería que mi marca sea una representación de Colombia. Hoy en día el mundo de la moda sigue siendo muy europeo y norteamericano y los suramericanos hasta ahorita, también los africanos, estamos logrando poner nuestra visión en ese mundo y teniendo esa voz que nos logre representar.

¿Cómo es su proceso creativo? ¿Qué pasos sigue para crear una colección?

Este proceso fue muy interesante porque me lancé a hacer algo que nunca había hecho, que es comenzar a diseñar desde el maniquí. Eso significa que tú coges un pedazo de tela y comienzas a moldear la tela sobre el maniquí, iba naciendo esa prenda y esa visión que tienes. De ahí uno logra tener varios diseños de esa prenda que quedó sobre el maniquí, de ahí salen ilustraciones, vas avanzando la muestra que tienes y se va desarrollando toda la colección poco a poco. También pensando mucho como en qué tipo de telas quiero usar y por qué, ¿qué va a representar? En este proceso creativo fue también tratar de entender cómo mezclar el jean con la lana, era algo muy importante para mí y que tuviera ese balance y que se viera bien.

¿A que desafíos se enfrentó al crear las prendas y realizar todo el proceso del que hemos hablado?

Fue difícil porque yo antes diseñaba mucho desde la investigación y trataba de plasmar esos conceptos en las colecciones, pero esta vez fue un proceso más intuitivo, dejar que el proyecto se desarrollará por sí solo, que el concepto se fuera dando y las siluetas se fueron desarrollando por sí solas. Fue un poco difícil para mí, como creativa. Siento que a veces no dejamos que las cosas se vayan desarrollando por sí solas y fue un proyecto de casi ocho meses; entonces, hubo momentos de mucha frustración donde yo ya quería ver las cosas avanzando y seguían el proceso creativo, pero tenía que entregar una colección en un mes y fue un poco frustrante, pero creo que aprendí mucho sobre esa diseñadora que también vive en mí y que encontré en el diseño 3D, de poner la tela sobre el maniquí, una manera mucho más fácil de crear para mí.

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El artículo de “Vogue” se refiere a su colección como “moda más allá del atelier”, ¿cómo desarrolla este concepto en su trabajo?

Yo diría que cuando uno ve el proyecto entiende que hay un proceso creativo y hay una colección, y es mi manera de plasmar esa visión de la ruana en Nueva York y en la moda moderna, pero a la vez también creo que se ha vuelto un homenaje muy bonito a esas personas y estos artesanos, porque quedaron dentro de la colección y sus historias están en la colección. La ruana de una de las pintas fue hecha por Carlos y tener su prenda y su representación ahí y la silueta original de la ruana era algo que yo no quería perder, porque me parece que hoy en día muchos diseñadores se apropian de elementos de otras culturas y no les dan esa representación a los artesanos. A mí me parece que esta colección es también un homenaje y creo que ahí entra un poco el concepto que va más allá de del atelier, porque sus historias están contadas.

Andrea Jaramillo Caro

Por Andrea Jaramillo Caro

Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com

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