Arte constructivista: la muerte de lo tradicional en tiempos tumultuosos (II)

La funcionalidad y propaganda que marcaron el constructivismo como movimiento artístico vieron su auge durante los primeros años que sucedieron a la Revolución Rusa en una amalgama de collages encabezada por artistas como El Lissitzky, Vladimir Tatlin y Alexander Rodchenko. Pero así como el movimiento revolucionario tuvo su división entre bolcheviques y mencheviques, el constructivismo también tuvo una división en dos grupos que, si bien creaban bajo la misma bandera, tenían concepciones diferentes del movimiento.

La funcionalidad y propaganda que marcaron el constructivismo como movimiento artístico vieron su auge durante los primeros años que sucedieron a la Revolución Rusa en una amalgama de collages encabezada por artistas como El Lissitzky, Vladimir Tatlin y Alexander Rodchenko. Pero así como el movimiento revolucionario tuvo su división entre bolcheviques y mencheviques, el constructivismo también tuvo una división en dos grupos que, si bien creaban bajo la misma bandera, tenían concepciones diferentes del movimiento.

Por un lado, estaban los realistas (Pevsner y Gabo) quienes, según Gerardo Mosquera en su libro El diseño se definió en octubre, “se toman formas, materiales, instrumentos y otros recursos de la tecnología para hacer una escultura de nuevo tipo”. Mientras que los productivistas (Rodchenko y Stepanova), declaran “la muerte del arte y se busca disolverlo en la construcción de objetos útiles”. Con esto se observa un poco de lo que Alexander Rodchenko significaba dentro del movimiento y como se articulaban las oposiciones dentro del constructivismo.

Según Mosquera, Rodchenko hace la siguiente afirmación: “fuimos nosotros los que nos rebelamos contra los cánones, los valores y los gustos recibidos. Fuimos nosotros los que exaltamos el mundo nuevo de la industria, la técnica y la ciencia. Fuimos nosotros los inventores y los que nos pusimos a transformar el mundo en lugar de sugerir la naturaleza en nuestros cuadros. Fuimos nosotros los que creamos una idea nueva de lo bello y ampliamos el concepto mismo del arte. Creo que esta lucha no fue un error”.

Por lo tanto, se da a entender que este movimiento de acuerdo con Rodchenko creó un nuevo concepto de belleza dentro de la sociedad rusa y que cambió radicalmente la manera en la que se entiende el arte.

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Así se puede ver como el constructivismo no fue solo una herramienta, en cierto sentido, para el régimen sino que también fue una revolución en si miso viendo como cambiaron los cánones y como los artistas del movimiento, Pevsner, Gabo Lissitzky, Rodchenko, Gan, Malevich y Mayakovsky, invirtieron las reglas del arte tradicional de manera que se convirtiera en un método de propagación de una idea y que además fuera lo suficientemente cercano al pueblo para que su lenguaje se entendiera de la manera más simple posible.

Por otro lado, además del manifiesto constructivista de Gabo y Pevsner, Rodchenko y su esposa Stepanova proclamaron también en 1920 en su Programa del grupo productivista lo siguiente: “El grupo está a favor de una lucha a todo trance contra el arte en general; el grupo debe demostrar que no hay transición evolucionista entre la cultura artística pasada y las formas comunistas de edificación constructivista.

Las consignas de los constructivistas son: 1. Abajo el arte, viva la técnica. 2. La religión es mentira, el arte es mentira. 3. Se matan hasta los últimos restos del pensamiento humano al ligarlos al arte. 4. Abajo el mantenimiento de las tradiciones artísticas, viva el técnico constructivista. 5. Abajo el arte, que solo disfraza la impotencia de la humanidad. 6. ¡El arte colectivo del presente es la vida constructiva!”

A pesar de que sea un programa diferente al de Gabo y Pevsner, Rodchenko mantuvo en su obra un poco de esos principios dados por los primeros. Por esto es importante resaltar su carrera como diseñador gráfico en la elaboración de posters y cubiertas de libros, además de su desarrollo a la par con la tecnología.

Según el texto de Margit Rowell, El diseño constructivista de libros: moldear la conciencia proletaria, Rodchenko comenzó su carrera de artista como pintor del modernismo y demostró interés por “los patrones decorativos abstractos”. Rowell afirma que Rodchenko fue expuesto de manera tardía al futurismo por lo que no pudo participar de este movimiento. Sin embargo, al trasladarse a Moscú en 1915 su vocabulario artístico ya era abstracto, lo cual se demuestra en sus obras creadas con regla y compás centradas en superficies planas y una paleta monocromática. Gracias a que alrededor de esta época conoció a Tatlin y Vesnin, Rowell dice que fueron ellos quienes despertaron su interés por la arquitectura. Durante el periodo de 1915 a 1917, Rodchenko hizo experimentos pictóricos que luego se convirtieron en la aplicación de los principios abstractos a estos para obtener objetos utilitarios. En 1918, de acuerdo con Rowell, utilizó estos mismos principios en construcciones geométricas; según la autora estos experimentos abstractos permitieron que Rodchenko tuviera una transición natural hacia el constructivismo y al ser uno de los miembros fundadores del INKJUK, ayudó a la formación teórica del movimiento con su programa mencionado anteriormente.

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Entrando en sus obras, Rodchenko diseñó las cubiertas de varios libros y afiches para el régimen. Por un lado se encuentran las primeras cubiertas que diseñó para Lenguaje transracional y transracionalistas entre 1921 y 1922, estas cubiertas según Rowell “muestran su preferencia por destacar los volúmenes planos y las construcciones lineales, e incluyen sus experimentaciones con la textura mediante técnicas como el linograbado y el collage”. De esta manera se puede ver cómo, al igual que en otras vanguardias, el constructivismo productivista de Rodchenko hace uso de gran cantidad de materiales y técnicas para llegar al producto final, al proyecto del que tanto hablan los constructivistas. Por otro lado, Rowell menciona que Rodchenko quiere una serie de materiales que tengan un gran impacto visual en la audiencia pero que a la vez resulten económicos. La autora también menciona la paleta restringida a dos o tres colores de Rodchenko y la forma concisa y directa en la que hace llegar los mensajes a través de sus cubiertas. Por otro lado, también afirma que los tipos con los que se imprimían las cubiertas eran sueltos y usualmente hecho por el mismo artista.

Esta estética se puede observar en varias de sus obras como la cubierta de Poesía escogida de Nikolai Aseev la cual en un fondo blanco tiene únicamente dos palabras, el nombre del autor en naranja y el título del libro en negro, además ambas palabras estás en direcciones opuestas lo cual hace que, por el color y el tamaño de los tipos, resalte más el nombre del autor sobre el cual está yuxtapuesto el título. Una obra que refleja el uso de una paleta restringida y que causa impacto visual es Mayakovsky sonríe, Mayakovsky se ríe, Mayakovsky se burla. En esta obra, Rodchenko utiliza rojo, verde y blanco, divide la obra en seis líneas horizontales en las que intercala el rojo con el verde y en cada franja roja coloca el nombre de Mayakovsky. Según Rowell la impresión en negativo blanco da una sensación de frivolidad teniendo en cuenta que las letras fueron hechas a mano y si se le suma además la alternancia de colores. Por otro lado, también menciona que los espacios dejados entre las palabras generan cierto ritmo acompasado para la audiencia.

Además de esto, se puede decir que la estética de Rodchenko fue cambiando un poco a lo largo de los años ya que, si se ven sus obras de finales de la década de los 20, hay un poco más de libertad respecto a la paleta de color y las texturas que utiliza, sin embargo, hay un cambio mucho mayor y que va ligado con la parte técnica del arte constructivista productivista de Rodchenko, esto es el llamado fotomontaje. Otro artista del movimiento, Klutsis (1931), desarrolla lo siguiente sobre el fotomontaje: “El fotomontaje está estrechamente relacionado con el desarrollo de la cultura industrial y las formas de arte de difusión de masas”. En un primer momento, Klutsis toma a Rodchenko como modelo a seguir por las cubiertas, carteles y obras de propaganda que había realizado en años anteriores, de acuerdo con Rowell, el objetivo de Rodchenko en un principio era no estar involucrado con la propaganda, sino llevar la cultura al pueblo por lo que compuso carteles para películas a través de fotomontajes y en 1924 cuando comenzó a realizar sus propias fotografías, vio esto como un modo de expresión personal, según Rowell. Pero a pesar de su objetivo inicial, Rowell afirma que alrededor de 1929 con la cubierta de la revista Vamos a producir, comenzó a ver este medio de expresión como una manera de llevar la propaganda ideológica haciendo evocaciones de la realidad industrial o agrícola del país.

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El constructivismo como movimiento y los artistas que hacían parte de él, veían el arte de una manera mucho más utilitarista que en cualquier otra época pues como lo menciona Toby Clark en su libro Arte y propaganda en el siglo XX “los constructivistas pretendían la creación de un diseño estético total para cambiar los hábitos de comportamiento de la población soviética o como decían ellos, ‘para organizar la psique de las masas’”. Sin embargo, no se puede generalizar viendo cómo Rodchenko en un principio no pretendía que sus obras sirvieran a la propaganda. Aun así, los métodos que utilizaron y la manera en que transmitían el mensaje eran en su mayoría para esparcir el pensamiento comunista y al ser un movimiento de tanta expansión, relativamente económico y con apoyo gubernamental, se puede decir que lograron el objetivo de un lenguaje “universal” que tenía rasgos distintivos que eran posibles de ver en cada artista.

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