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Big Killa: ‘Colombia puede ser potencia mundial del freestyle’

El rapero fue el primer MC confirmado para el arranque de la Freestyler Master Series Colombia (FMS), el torneo de freestyle organizado por la multinacional española Urban Roosters, que llega al país con el objetivo de posicionarse en un mercado que cada vez pisa más fuerte.

Joseph Casañas Angulo
29 de octubre de 2021 - 02:00 a. m.
El rapero de Medellín es el freestyler más veterano del circuito local. Suma siete participaciones en Red Bull, un título y dos subcampeonatos.
El rapero de Medellín es el freestyler más veterano del circuito local. Suma siete participaciones en Red Bull, un título y dos subcampeonatos.
Foto: Red Bull

Daniel Rendón (Big Killa) es parte de esa generación de MC’s que mucho antes de aterrizar en el mundo mainstream que hoy se forma entorno a las batallas de freestyle, se tatuó en el alma los códigos del rap y la calle. Empezó a hacer hip hop en 2007, pero dos años antes, en 2005, vio su primera batalla de free. Un duelo entre los raperos españoles Zatu y Bha. Aquello, dice, le desbarajustó los tornillos de la cabeza y jamás volvieron a su lugar.

“Cuando empecé el freestyle iba directamente ligado al hip hop, de hecho, las primeras ediciones de las batallas de Red Bull en cualquiera de los países fueron enfrentamientos netamente entre raperos y con códigos del hip hop por todo lado. En la vestimenta, en el lenguaje, en los instrumentales”.

En mucho las cosas han cambiado. No diremos aquí si para bien o para mal, simplemente son diferentes y Big Killa ha sido testigo de esa mutación acelerada. “Las redes sociales, por ejemplo, han hecho que los improvisadores se salten procesos que ya no son necesarios en la formación de un freestyler. Se omiten un montón de conceptos y los pelaos llegan solo a la parte específica de la batalla”.

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Una década atrás era imposible pesar en la existencia de un MC que no estuviera de alguna forma ligado al breakdance, el grafiti o a los tornamesas. Para entonces, los cuatro elementos del hip hop funcionaban como la diástole y la sístole. No eran variables intendentes. Y los practicantes de aquella religión presumían de ser dogmáticos.

“Eso ha mutado bastante. Incluso el freestyle está muy desligado del hip hop. No conserva nada. Ni de los códigos ni del discurso. Nada. Simplemente de lo único que se ocupa un improvisador es del rapeo, y hasta eso ha cambiado porque ahora se improvisa sobre beats de dembow, trap y un montón de ritmos nuevos”, dice Killa.

Hay que subirse DeLorean y marcar una fecha: octubre de 1999. Ese fue el año en el que el rap tocó a la puerta de Rendón, se le metió a la casa y le alquiló para siempre los cuartos del alma. “Resulta que a un primo que era mayor, que le regalaron un PlayStation 1. Esa consola venía con una película de Wu-Tang Clan que me encantó. Lo particular de ese CD es que si se ponía en una grabadora, se podía escuchar todo el álbum de Wu-Tang. Los fines de semana íbamos a una piscina que estaba en el conjunto de apartamentos y mi primo ponía su película a sonar todo el tiempo y a todo volumen. Desde ahí empecé a seguir el hip hop”. Luego de eso vinieron The Fugees, SFDK, Violadores del Verso, entre otros. “Verlos improvisar me explotó la cabeza”, dice.

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La llegada de Big Killa al freestyle fue definitiva, pero con tropiezos. En 2008 no clasificó a las competencias regionales de Red Bull, en 2012, aunque se clasificó para disputar el título nacional, no tuvo dinero para viajar a Bogotá. En 2014 disputó su primera nacional de Red Bull y en 2017 se ganó el título de la batalla de los dos toros. Desde entonces ha participado en siete finales nacionales de esta competencia. Algunos lo llaman el abuelo del freestyle colombiano. “No tanto por lo viejo, sino por todo el proceso que he podido ver. Los cambios, los movimientos, la mutación y me parece chévere que me reconozcan todo eso”, dice.

Ser el primer MC confirmado para la Freestyler Master Series Colombia es el reconocimiento a un freestyler puro. Un MC versátil, con la lengua afilada y el rapeo más coherente del circuito local. Será un hueso duro de roer.

“Colombia puede meterse fácilmente dentro de las potencias del freestyle, como lo hemos visto en las últimas competencias con Marithea o Valles-T. La llegada de la FMS era la cereza que le hacía falta al pastel”.

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Mientras llega la hora del debut, Big Killa seguirá recorriendo escuelas y colegios de Medellín para hacer pedagogía en torno al freestyle y al rap. Porque aunque aún no sea lo suficientemente evidente, ya no es utópico decir que “muchos niños están viendo que pueden ganarse la vida haciendo rimas sobre una base de rap”. Y como todo lo bueno tarda, parafraseemos a los AlcolirykoZ. Es una chimba de pronóstico del tiempo, el sol es mi dios y los tiempos del sol son perfectos.

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Al cierre de esta edición, junto a Big Killa, el freestyler venezolano Wilmer Elías Chang Páez (Chang) había sido confirmado para la primera edición de la FMS Colombia. “Esto significa mostrarles a todas las personas que me rodean que también soy un profesional a pesar de que nunca pude graduarme en la universidad. No sé cuánto me quede en el freestyle, pero puedo jurarles que mi última rima saldrá con las mismas ganas de comerme el mundo que la primera hace tanto tiempo”, escribió el MC de Valencia, Carabobo.

Joseph Casañas Angulo

Por Joseph Casañas Angulo

Comunicador social y periodista egresado de la Universidad Los Libertadores con diez años de experiencia en medios de comunicación.@joseph_casanasjcasanas@elespectador.com

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