Tal y como sucedía con los juglares de la Edad Media, que como nómadas contaban historias de la cultura popular, Misael Torres y su compañía Ensamblaje Teatro han recorrido por 25 años escenarios como perpetuadores de la tradición oral a través de su teatro festivo. Torres viene de una familia de narradores y siendo niño escuchaba las historias que le contaba su abuelo o las que su padre narraba a partir de los cómics de los periódicos.
Con esa herencia de la palabra, empezó a contar cuentos para niños. Jugaba a construir mundos a los que ellos accedían y disfrutaban. Luego, se tomó las calles narrando historias a los transeúntes, quienes respondían de manera positiva a su propuesta de oralidad. Por ello, Misael Torres es considerado un pionero de la narración oral escénica en Colombia.
Pero el alma de juglar la descubrió en la Escuela Nacional de Arte Dramático. Como poco se profundizaba en la historia de la juglería, El Misa, como le llama su hermano y compañero de teatro Gerardo, decidió hacer un recorrido montado en buses y contando historias acompañado de un cuatro que charrasquiaba.
Así, como con esta travesía, se convirtió también en un narrador de historias para adultos, otra aventura por las carreteras, que empezó en 1984 luego de conocer el diablo del Carnaval de Riosucio, Caldas, le mostró el camino del teatro festivo, aquel que crea y fundamenta en la oralidad.
Ha pasado un cuarto de siglo desde que inició esta travesía con Ensamblaje Teatro, pero con la modestia que lo caracteriza, Misael dice que sólo hasta ahora descubre la forma de dirigir a los actores desde el estilo que quiere, es decir, desde la narración oral pues su vocación es contar historias.