Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

El precio de la memoria: la polémica venta de las obras de Débora Arango

La protección que la ley otorga a las obras de Débora Arango parecía un escudo contra cualquier intento de comercialización. Sin embargo, el intento del Museo de Arte Moderno de Medellín, de vender dos de sus lienzos al Banco de la República, abrió una grieta inesperada.

Samuel Sosa Velandia

13 de septiembre de 2025 - 04:00 p. m.
La obra "Rojas Pinilla" de Débora Arango es una de las piezas que el MAMM tiene intención de enajenar.
Foto: Gustavo Torrijos
PUBLICIDAD

La obra de Débora Arango es una cartografía de su vida y de la historia de Colombia, de un lugar en el que lo que a ella le preocupaba parecía no tener importancia o, por lo menos, ser cuestionado: el rol de la mujer, la desigualdad de clases, la educación, la vida urbana, la religión y la clase obrera.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

Parecía que estos temas solo se discutían en susurros, y entonces ella decidió llevarlos a gran escala, a sus lienzos, con pinceladas dramáticas y visibles, que no le temían al color y que traducían en figuras y formas lo que otros callaban.

Su carrera temprana estuvo marcada por la polémica y la censura. En 1939, tras exhibir desnudos en la Exposición de Artistas Profesionales, la sociedad antioqueña consideró sus obras “impúdicas”. La artista, no obstante, se afirmó en una postura: “El arte no tiene nada que ver con lo moral: un desnudo no es sino la naturaleza sin disfraces… puede no ser bello, pero es natural, es humano, es real”, aseguró.

Las presiones políticas y morales la obligaron a retirarse de exposiciones y buscar formación en el extranjero: Estados Unidos y México fueron sus primeros destinos, donde aprendió fresco y estudió muralismo; más tarde España e Inglaterra le permitieron perfeccionar su técnica y profundizar en la historia del arte europeo. Por eso es que en Colombia, su tierra, su reconocimiento fue tardío.

Solo fue hasta 1975 que permitió exhibir públicamente 100 de sus cuadros en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. La década de los ochenta consolidó su legado: museos como el MAMM y la BLAA comenzaron a incorporar sus obras como testimonio radical y femenino de los momentos más álgidos de la historia moderna de Colombia. En 1986, donó 233 obras al MAMM, que se convirtieron en la base de una colección permanente que todavía hoy permite recorrer la intensidad de su mirada sobre el país.

Este reconocimiento tardío y la singularidad de su obra llevaron a que sus piezas fueran declaradas Bienes de Interés Cultural (BIC) de la Nación por la Resolución 316 del 25 de marzo de 2004, un estatus legal que protege y resguarda su valor histórico, artístico y social.

Read more!
Débora Arango falleció en el año 2005, a los 98 años, luego de tener una larga carrera artística y obtener distintos reconocimientos por su aporte visual y pictórico. Al morir entregó su legado a su pupilo, el artista y escultor Joaquín Restrepo.
Foto: Javier Agudelo - El Tiempo

En Colombia, la Ley 397 de 1997 y su modificación en la Ley 1185 de 2008 establecen que los BIC son bienes cuya relevancia cultural requiere una protección especial. La declaratoria, que se formaliza a través del Ministerio de las Culturas con concepto del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, garantiza que las obras no puedan ser vendidas, alteradas o retiradas de su contexto sin un procedimiento legal estricto.

La protección que la ley otorga a las obras de Débora Arango, como Bienes de Interés Cultural, parecía un escudo sólido contra cualquier intento de comercialización. Sin embargo, hace unos días se conoció que el Museo de Arte Moderno de Medellín envió una propuesta al Banco de la República para enajenar dos piezas de la artista: “Madonna del silencio” y “Rojas Pinilla”. La noticia encendió de inmediato las alarmas en el sector cultural, porque ponía en evidencia que la protección legal de estas obras podría estar siendo, al menos en apariencia, soslayada.

Estas piezas forman parte de un conjunto más amplio donado al museo, entre 1986 y 1987, representan el núcleo más valioso de la colección de la artista en el MAMM. Según revelan diversos archivos, Arango entregó sus lienzos, argumentando que su obra decía más junta que por separado.

Read more!

La directora del museo, María Mercedes González, afirmó que la propuesta comercial buscaba que el Banco de la República, como entidad idónea para la custodia del patrimonio, asegurara la preservación y ampliara la difusión de las obras, especialmente ante las limitaciones de espacio y recursos en la nueva sede del museo.

No ad for you

“El museo tiene hoy 246 obras de Débora Arango, y esas obras son el grueso de su producción. Para nadie es un secreto que los museos exhibimos más o menos el 10 % de nuestra colección, y este es un museo que, como otros, tiene unas limitaciones de espacio, humanas, administrativas y financieras. Entonces, para nosotros, que Débora Arango esté presente en colecciones públicas es parte fundamental de esa estrategia”, le dijo González a “El Colombiano”.

A pesar de que el MAMM sostuvo que los recursos obtenidos podrían destinarse a la conservación general de la colección y al cumplimiento de su misión cultural y social, como financiar exposiciones de otras artistas, el Ministerio de las Culturas negó la solicitud el 25 de julio (documento que fue revelado por la “Revista Papel”), recordando que las obras fueron declaradas Bienes de Interés Cultural en 2004 y que la donación al museo fue irrevocable, con la intención de que el MAMM fuese su guardián. El Ministerio advirtió que separar las obras podría afectar sus valores integrales, considerándolas “unidades indivisibles” de la producción de la artista.

No ad for you

La raíz de la polémica por los cuadros de Débora Arango

La controversia no tardó en atraer la atención del sector cultural, que parece no tener una misma opinión sobre el futuro y el destino de estas obras. Por su parte, el Consejo Internacional de Museos (ICOM) emitió un comunicado oponiéndose a la venta, recordando la obligación ética de preservar el patrimonio cultural y priorizar la transferencia a otras instituciones o la creación de alianzas sobre cualquier decisión de carácter comercial.

Para el ICOM, aunque la situación financiera de los museos es complicada, nada justifica que se ponga en riesgo la integridad de colecciones declaradas BIC, que son patrimonio de toda la sociedad.

Dar de baja estas obras parece contradecir el código de deontología del ICOM (numeral 2.13), que establece que la retirada de objetos de una colección solo debe hacerse con pleno conocimiento de su valor, naturaleza y condición jurídica, y sin afectar la misión de interés público. “Transferir obras a otros museos, bajo la condición que sea, salvo cuando la colección o parte de ella haya perdido valor o esté en riesgo de desaparecer, implica la baja de un objeto de una colección, lo que a su vez significa la pérdida de un bien representativo de la historia y la cultura de una comunidad”, se lee en el comunicado.

No ad for you

A estas advertencias se sumó la voz de Mario Ómar Fernández, profesor de la Universidad de los Andes, quien calificó la decisión como sorprendente y éticamente grave: “Fue sorprendente que el Museo de Arte Moderno de Medellín quiera fragmentar una colección tan importante como la de Débora Arango, quizá la más valiosa que tiene en arte moderno. Éticamente, habla muy mal de las directivas del museo”. Para él, lo que está en juego no son solo dos lienzos, sino un archivo que tiene un valor político, histórico y artístico en conjunto, comparable con la donación que Fernando Botero hizo al Banco de la República y al Museo Nacional. Fragmentar esa unidad, insistió, es comprometer la misión del museo y crear un precedente muy serio en el manejo de colecciones patrimoniales.

Fernández recordó que en Colombia pocas colecciones de artistas modernos han recibido la declaratoria de Bien de Interés Cultural, lo que hace aún más delicado el caso. Y cuestionó también el papel del Banco de la República, que en lugar de optar por un préstamo o comodato, aceptó una transacción que debilita el valor integral de la colección: “Dos obras solas en el Banco no cumplen la función que tienen en su contexto original. Si se quieren exponer, se pueden prestar, como se hace habitualmente”.

No ad for you

El periodista José Fernando Hoyos, quien hizo público el intento de venta en la “Revista Papel”, coincidió en señalar el riesgo que implica disgregar la colección y denunció el carácter hermético con que se manejaba la operación. “Cuando un artista entrega su obra a un museo, lo hace con la certeza de que será conservada, preservada y difundida, no comercializada. La maestra Débora Arango, en su legado, dejó esas obras para que el museo las cuidara y garantizara su proyección. Separarlas de la colección traiciona ese mandato”, afirmó.

Para explicar el absurdo, Hoyos recurrió a una metáfora: “Es como si el Banco de la República decidiera que tiene miles de narigueras de oro precolombinas y que, para financiarse, puede vender 500 a otros museos. El valor está en el conjunto, no en las piezas sueltas”. Según él, el MAMM se escuda en la falta de espacio y en la intención de fortalecer su colección con más artistas mujeres, pero al recurrir a una transacción comercial pierde su esencia como museo y se acerca más al rol de un marchante de arte.

No ad for you

Además, Hoyos puso en duda la justificación financiera de la medida. Citó los estados contables del MAMM, que muestran un incremento cercano al 25 % en sus ingresos entre 2023 y 2024. “Si el museo aumenta sus ingresos, y aun así considera necesario vender obras patrimoniales, algo en la ecuación no está funcionando. Y si hoy abre la puerta, ¿qué impedirá que mañana venda otras piezas? Ese precedente mina la confianza de cualquier artista que quisiera donar su obra en el futuro”, cuestionó.

No todos ven en la venta un atentado contra la memoria. Elkin Rubiano plantea que, antes de condenar al MAMM, habría que mirar con cuidado los matices legales y prácticos. Aclara que las obras de Débora Arango son bienes de interés cultural de la nación, inalienables en cuanto a que no pueden pasar al mercado privado ni salir del país. Pero señaló que en este caso no se trata de enajenación en sentido estricto, pues la oferta está dirigida a una entidad pública como el Banco de la República, que también es parte del Estado. “El Ministerio está siendo más papista que el papa”, aseguró, al considerar que la operación no vulnera la protección legal.

No ad for you

Su argumento va más allá de la norma: el Banco cuenta con mejores condiciones de conservación y una red cultural que le permitiría a la obra circular por distintas ciudades de Colombia, democratizando el acceso a un patrimonio que hoy permanece, en gran parte, guardado en bodegas. Desde su perspectiva, la venta no sería un retroceso, sino una oportunidad para que la obra de Arango se haga más visible en otras ciudades, en lugar de quedar confinada a Medellín. Además, recordó que el museo ha señalado que con esos recursos podría fortalecer su colección, especialmente con obras de mujeres que han sido históricamente invisibilizadas. Para Rubiano, ese horizonte también forma parte de la misión cultural que debería discutirse.

Así, se evidencia que el debate no es solo por dos cuadros, sino por el sentido mismo de lo patrimonial. Para unos, venderlos rompe la unidad del legado de Débora Arango; para otros, es la oportunidad de ampliar su circulación y cuidado. Entre la ley y la memoria, entre el arraigo local y la difusión nacional, lo que está en juego es cómo Colombia decide proteger su arte y qué precedente deja para el futuro.

No ad for you

Por Samuel Sosa Velandia

Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia. Apasionado por las historias entrelazadas con la cultura, los movimientos sociales y artísticos contemporáneos y la diversidad sexual. Además, bailarín de danza folclórica en formación.@sasasosavssosa@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.