Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

La seguridad de las colecciones en museos: el caso colombiano

A propósito del reciente robo en el Museo de Louvre y con el tema de la seguridad en el ojo del huracán, exploramos cómo algunos museos colombianos protegen sus obras y colecciones.

Andrea Jaramillo Caro y Mariana Álvarez Barrero

24 de octubre de 2025 - 07:38 a. m.
El Museo de Arte Miguel Urrutia, del Banco de la República, expone custodias coloniales como "La Lechuga" (al fondo), que protegen dentro de una bóveda de seguridad.
Foto: Banco de la República
PUBLICIDAD

“Uno se sorprende ante un hecho como el del Louvre, porque uno pensaría que tienen sistemas mucho más fuertes, pero pueden ser tan débiles como los nuestros”, dijo Elvira Pinzón directora la Casa Museo Quinta de Bolívar.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

En medio del revuelo mundial que generó el robo en la Galería de Apolo del museo parisino, museos y expertos alrededor del mundo se han hecho la pregunta sobre la seguridad de sus colecciones. El pasado 19 de octubre, el mundo vio con asombro cómo ocho de las joyas de la corona francesa fueron robadas del Louvre. Con un montacargas, chalecos amarillos de obreros y una sierra, cuatro personas se llevaron tiaras, diademas, aretes y collares en un hurto que duró apenas siete minutos.

Tras el shock inicial, las investigaciones han avanzado y el pasado miércoles 22 de octubre, la directora del museo, Laurence des Cars, “reconoció la insuficiencia del sistema de cámaras perimetrales que se ha empezado a reforzar, y pidió para mejorar la seguridad, entre otras cosas, que se instale una comisaría de policía en el interior mismo del museo”, según información de agencias. Por su parte, el presidente Emmanuel Macron se unió a la petición de la presidenta de la institución.

Mientras que se esperan nuevas pistas de la investigación, el mundo tiene los ojos sobre Francia y la seguridad de sus instituciones, pues esta no es la primera vez que el Louvre se ha convertido en víctima de un hurto y, adicionalmente, en septiembre se registraron otros sucesos similares en museos en Francia.

Estos episodios no fueron ajenos a la realidad colombiana. El país también vivió momentos en los que su patrimonio quedó expuesto. En octubre de 2011, un grabado original de Pablo Picasso fue robado del Museo Iberoamericano de Arte Contemporáneo, Casa Negret, en Popayán. La obra, un aguafuerte realizado en 1930, fue sustraída sin mayores dificultades y recuperada poco después, cuando un hombre intentaba venderla en la misma ciudad. Más allá de la anécdota judicial, el caso evidenció la fragilidad de la custodia del arte, incluso en instituciones creadas para protegerlo.

Read more!

Años después, en 2016, el Museo de Arte Religioso de San Pedro de los Milagros, en Antioquia, sufrió un golpe similar. Los ladrones abrieron un boquete en una de las paredes y se llevaron piezas de oro y piedras preciosas que habían sido donadas por los feligreses. Más allá del valor económico, lo que se perdió en esa ocasión fue también simbólico: objetos que representaban la fe y la gratitud de una comunidad. La seguridad, por más reforzada que pareciera, no logró resguardar aquello que tenía un valor espiritual.

Los casos nacionales e internacionales han puesto el tema de la seguridad de los museos bajo la lupa. Las reacciones más comunes al robo en el Louvre incluían la incredulidad frente a la forma en la que fue llevado a cabo el hurto. Sin embargo, este tipo de sucesos son los que hacen que las instituciones refuercen y actualicen sus protocolos de seguridad para garantizar el bienestar de sus colecciones. A raíz de esto, exploramos los casos de algunas instituciones colombianas y las estrategias que han implementado para proteger el patrimonio.

Custodiar la memoria: la seguridad en la Casa Museo Quinta de Bolívar

Como parte de las instituciones que velan por la protección del patrimonio, desde la Casa Museo Quinta de Bolívar en Bogotá relataron cómo se organiza la seguridad en los museos del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes. En la casona donde alguna vez vivió el Libertador, el silencio y la calma esconden una rutina precisa: guardias que recorren las salas, cámaras que observan cada rincón y un equipo que, sin hacer ruido, garantiza que la historia siga intacta.

Read more!

Según explicó su directora, Elvira Pinzón, la Quinta de Bolívar comparte su sistema de seguridad con los demás museos del Ministerio. La vigilancia está a cargo de una empresa privada contratada por la cartera de Cultura, responsable de custodiar tanto los espacios físicos como las piezas que allí reposan. Aunque las compañías de seguridad se renuevan periódicamente, los protocolos permanecen estables y se refuerzan en fechas conmemorativas o de alta afluencia.

Entre las piezas que demandan especial atención se encuentra la espada de Bolívar, cuyo traslado o exhibición activa un protocolo minucioso que involucra a restauradores, aseguradoras y fuerzas de seguridad. Durante la última posesión presidencial, por ejemplo, el desplazamiento del arma implicó la supervisión directa de Pinzón y de la restauradora del museo, además de una urna móvil autorizada por la compañía de seguros.

No ad for you

La espada comparte protagonismo con otras joyas del acervo nacional que reposan en la Quinta: retratos de Bolívar, realizados por José María Espinosa y por los Figueroa, y la pintura El paso del Ejército Libertador por el Páramo de Pisba, del maestro Francisco Antonio Cano.

Para Pinzón, la fortaleza del sistema no radica únicamente en la tecnología, sino en la coordinación y el control riguroso del ingreso. “Uno pensaría que museos tan grandes como el Louvre son invulnerables, pero también tienen fragilidades”, afirmó. En la Quinta de Bolívar, la vigilancia es también un acto de memoria: custodiar una pintura o una reliquia no significa solo proteger su valor material, sino preservar un fragmento de la historia que aún respira entre sus muros.

Una mirada a los bienes que resguarda el Banco de la República

Por otro lado, el Banco de la República ha tenido bajo su cuidado múltiples piezas de gran valor para la nación, desde el Poporo Quimbaya, hasta ‘La lechuga’. El entramado de seguridad necesario para proteger estas y el resto de las obras en su colección se ha enfocado en ir más allá de una posible sustracción y, con protocolos estrictos y rigurosos, han cumplido la tarea de resguardar las piezas de todas las amenazas que identifiquen.

No ad for you

Ángela María Pérez, subgerente cultural del Banco de la República, comentó que las medidas tomadas para proteger las piezas de una colección del daño físico y ambiental, hacen parte de la gestión de colecciones de cualquier museo. “La seguridad es toda una cadena de procesos que hacen que haya reglamentación y normatividad y protocolos de seguridad en todo momento, en todos los lugares, tanto en depósitos como en las áreas que están expuestas al público, como en cualquier gestión que se vaya a hacer con las colecciones”, dijo. La subegerente aseguró que la gestión que hacen de sus colecciones se ha basado en el manejo que el Banco de la República ha hecho de los demás valores que tiene a su cargo.

Por su parte, Fredy Bautista, director del Departamento de Protección y Seguridad, habló sobre las capacidades humanas, mecánicas y tecnológicas necesarias para llevar a cabo el objetivo de proteger las colecciones. Entre barreras, anillos de seguridad, personal entrenado, monitoreo a través de circuitos de CCTV, alarmas y sistemas de detección, se han asegurado de que las obras permanezcan seguras de una situación como la que vivió el Louvre.

No ad for you

“Lo que menos queremos es afectar al visitante o al usuario que perciba que está en un área hostil, por el contrario, la política del banco siempre ha sido de total apertura y que tengan un ambiente justamente para disfrutar el espacio cultural, pero los controles que tenemos nosotros implementados a partir de tecnología y a partir del control humano y del monitoreo, sí nos permiten a nosotros mantener el ambiente de control permanente durante el espacio de apertura del museo”, aseguró Bautista.

Adicionalmente, mencionaron que el banco cuenta con su propio departamento de seguridad, lo que significa que “está integrado por más de 160 personas que hacen carrera en el banco. Eso nos permite a nosotros tener una diferencia respecto a otros modelos de seguridad”, afirmó el director del departamento de Protección. Adicionalmente, Pérez comentó que mantienen un monitoreo constante sobre los temas ambientales, por ejemplo, como ha sucedido con el huracán Melissa y su paso cerca a las costas colombianas.

No ad for you

Bautista finalizó contando que las noticias internacionales, como la del Louvre, hacen que el equipo siga en alerta y continúen evaluando posibles amenazas e identificando puntos vulnerables, de manera que puedan hacer los ajustes necesarios para cubrir esas preocupaciones. “Las situaciones que, desafortunadamente, se les presentan a otros homólogos nuestros, particularmente en museos en Europa, han sido lecciones aprendidas que traemos y que revisamos si es que existe alguna brecha identificada para cerrar”, dijo Bautista.

La seguridad en museos no solo se ha limitado a evitar el hurto de piezas de una colección, se ha extendido a la protección ambiental y, adicionalmente, la seguridad de los visitantes. En Colombia, las instituciones consultadas por El Espectador continúan adaptando sus protocolos para responder a las nuevas amenazas que puedan surgir con el tiempo y, con sucesos como el del Louvre, aprenden de las experiencias sus homólogos para proteger el patrimonio colombiano.

Por Andrea Jaramillo Caro

Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com

Por Mariana Álvarez Barrero

Periodista de la Universidad del Rosario. Apasionada por la agenda global, la literatura y la economía. Además, presentadora de Moneygamia, formato audiovisual de finanzas fáciles de El Espectador.malvarez@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.