El Tribunal Supremo de Estados Unidos reavivó este 10 de marzo la batalla legal por un cuadro de Camille Pissarro de la Colección Thyssen-Bornemisza, cuyos herederos reclaman desde hace décadas la devolución de esta obra de arte expoliada por los nazis.
La máxima instancia del país concedió una orden para devolver el caso a un tribunal de apelaciones para considerar si se puede aplicar una ley recientemente firmada en California que podría beneficiar a los demandantes en su lucha por recuperar el cuadro.
Este proyecto de ley, aprobado el pasado agosto, tiene como objetivo ayudar a los residentes de California a recuperar bienes robados, incluidos durante el Holocausto, reforzando una legislación californiana que exige que las obras de arte expoliadas tienen que ser devueltas a sus propietarios originarios sin importar que el comprador desconociese el origen.
David Cassirer recurrió al Supremo el pasado julio para tratar de recuperar el cuadro del pintor franco-danés después de que una Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de EE.UU. rechazase en enero del año pasado su devolución a la familia.
El tribunal de California entonces dio la razón a las autoridades españolas y confirmó la posesión del cuadro por parte de la Colección Thyssen-Bornemisza. Ahora, el caso deberá regresar al Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito para que emita una nueva resolución, teniendo en cuenta la reciente ley aprobada en California, que establece que no se debe aplicar el derecho extranjero, como el de España, para definir quién es el propietario legítimo de la obra.
La disputa por el cuadro de Pissarro
El cuadro en disputa es el “Rue Saint-Honoré, après midi, effet de pluie”, que perteneció a la familia judía Cassirer hasta 1939, cuando Lily Cassirer (la abuela del actual demandante) se vio obligada a entregarla a los nazis a cambio de poder huir de Alemania e instalarse en Estados Unidos.
El barón Heinrich Thyssen-Bornemisza compró el cuadro a una galería de Nueva York en 1976. Según las leyes españolas, al desconocer que la pintura había sido robada, tres años después de la adquisición se convirtió en el propietario legal del Pissarro.
En 1993, el Estado español adquirió por 288 millones de dólares las 775 obras de la Colección Thyssen-Bornemisza, incluido ese cuadro. Tras la decisión del Supremo, la Fundación Thyssen-Bornemisza aseguró que trabaja para garantizar que el cuadro “siga expuesto al público en el museo Nacional Thyssen-Bornemisza” de Madrid.
La Fundación Thyssen-Bornemisza ha valorado la nueva decisión con unas escuetas líneas en las que asegura que “como ha venido haciendo durante los últimos 20 años, espera trabajar con todos los interesados para garantizar que el cuadro del pintor franco-danés siga expuesto al público en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza”.
De hecho, el cuadro ocupa estos días un lugar de honor en el museo por ser la obra que abre la gran exposición “Proust y las artes” sobre el Marcel Proust y su universo intelectual, social y literario integrada por decenas de obras y que podrá visitarse hasta principios de junio.
Por su parte, el abogado Bernardo Cremades Jr., que representa a la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) y la Comunidad Judía de Madrid, en apoyo de la familia Cassirer, aseguró a Europa Press que “todavía queda mucha tela por cortar, queda mucha batalla. Está lejos de haberse acabado”.
Y agregó que: “Esta ley dice clarísimamente que un ladrón o una persona que haya obtenido un bien ilícitamente no puede transmitir título válido. Entonces, lo más probable es que el Tribunal de Apelaciones tenga que tomar en consideración esta ley y diga que España tiene que devolver el cuadro. Sería lo natural”.