El Magazín Cultural

El viaje: La vida elegida de Juliana González-Rivera

La periodista y escritora colombiana Juliana González-Rivera presentó su libro “La invención del viaje”, y afirma que, pese a sus múltiples viajes, su lugar preferido en el mundo es un salón de clases.

Isabel-Cristina Arenas
07 de julio de 2019 - 01:00 a. m.
Juliana González-Rivera, quien dice que la sensación de "desarraigo crónico" que producen los viajes no tiene género.  / Pilar Chacón Preciado
Juliana González-Rivera, quien dice que la sensación de "desarraigo crónico" que producen los viajes no tiene género. / Pilar Chacón Preciado

Escucharla es un viaje. Esta colombiana habla con tanta pasión sobre su trabajo, que se siente la necesidad de ir a tomar el primer bus, tren o avión que pase no importa hacia dónde. Con ella es fácil “sentir de golpe el viaje”. Juliana González-Rivera, con menos de treinta y cinco años, ha vivido en Medellín, Madrid, Bogotá, Barcelona y Estocolmo. Es escritora y periodista, habla inglés, sueco y francés; hace yoga, corre, dicta clases y conferencias y no descarta seguir estudiando. Ya es doctora en Periodismo y especialista en Literatura de viaje por la Universidad Complutense de Madrid. Durante los primeros días de junio estuvo en Barcelona presentando su primer libro: La invención del viaje (Alianza Editorial, 2019).

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Aunque dice no identificarse con ninguna bandera, se siente orgullosa de ser la segunda colombiana en publicar en Alianza Editorial, después de Álvaro Mutis. Para ella el mundo es el lugar para entenderse, además de la lectura. Bruce Chatwin, Saint-Exupéry, Ryszard Kapuscinski, Cees Nooteboom... la lista es larga, este espacio se llenaría de nombres que han sido su referencia para escribir este libro. Afirma que no hay diferencia entre hombres y mujeres en cuanto a “sentir de golpe el viaje”, a llevar la vida errante de quien decide que todo el planeta es su casa y que no está regresando a alguna parte. Aclara que esto no quiere decir que no existan dificultades para una mujer que viaja, pero la sensación de “desarraigo crónico” no tiene género. Ella se siente en un estado de permanente tránsito.

Este libro fue primero una tesis de grado de setecientas veinte páginas y si no hubiera sido por su tenacidad al llevar a cabo un proyecto estaría hoy guardado solo para la consulta de especialistas. A esta escritora le tomó seis años convertir su trabajo académico en un libro, del que dice que no es más que el comienzo. La tarea, que en un principio parecía imposible, es hoy un ensayo que puede disfrutar el público en general. Con este libro se aprende y se viaja; basta una hoja para quedar atrapado en su forma de combinar tantos lugares, pensamientos y experiencias en un mismo sitio. Al leerla parece que ha sido muy fácil escribir, pero detrás de sus páginas hay diez años de estudio sobre el tema, horas de dedicación y, por supuesto, muchos viajes.

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“Si me preguntan cuál es mi lugar en el mundo diría que es el salón de clases”, lo afirma varias veces durante la presentación. Hoy es profesora de periodismo, creación literaria y arte en Medellín. Le apasiona ver cómo sus alumnos aprenden y es exigente en los resultados que espera de ellos. La admiración y la emoción son el motor de todo lo que hace, e intenta transmitirles esto a sus alumnos. “Quien viaja de verdad busca dialogar, entender el destino al que llega”. Dialogar es la palabra clave del que viaja, el saber mirar.

A veces dos personas que han estado en el mismo sitio parecen hablar de lugares distintos; la diferencia está en la mirada, en la forma en que el viajero cuenta lo que ve y experimenta. Ella pertenece a la escuela de la mirada del escritor Pedro Sorela —quien falleció en abril de 2018—: “Sin él este libro no existiría”. González-Rivera dice que no le gusta la dicotomía que existe entre viajero y turista; al final todos llegamos a ser un poco de los dos. Un turista siente que debe cumplir visitando ciertos monumentos y ver ciertas obras de arte y podría llegar a decepcionarse al no encontrar lo que esperaba, eso no impide que dentro de sí mismo esté viajando. “El viajero no necesita redes sociales, pues su viaje es interior”.

Juliana González-Rivera busca entender su propio viaje, ya ha estado en cuarenta países. Y como “quienes cuentan el mundo son los viajeros”, ella lo seguirá contando. Mientras tanto podemos comenzar a disfrutar de su primer libro.

Por Isabel-Cristina Arenas

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