Sin explicar, cuando un ser querido desaparece, no se esfuma del todo. El ser querido encuentra la manera de recordarlo, de buscarlo en otros rostros, otros olores, otros objetos y hasta otras voces. Lo suficiente para lograr mantenerlo con vida mientras la búsqueda se hace eterna. Las causas de su desaparición: circunstanciales. Guiadas por una fuerza maligna que arrastra todo a su paso.La aceptación y el valor de ya no buscar la vida en ese rostro amado, sino sus rastros: los huesos, sus huellas, su nombre.
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Según la RAE, desaparecer es pasar a estar en un lugar que se desconoce. Es pasar a otro estado, es descubrir que se puede estar presente sin estarlo. Pero ¿cómo encontrar un cuerpo en más de dos millones de kilómetros cuadrados de territorio colombiano? Este cuerpo, entonces, ¿se convierte en extensión de tierra?
Forenses resulta ser un viaje de descubrimiento a partir de tres historias que se escenifican entre la exploración del territorio: la mirada de una mujer trans en la búsqueda de una identidad perdida; la ausencia de un hermano, primo y amigo del cual no se tiene retrato; o el hallazgo de que la desaparición, en la historia de la humanidad y en la historia colombiana, logra persuadir a la realidad para vestirla de verdad.
El dolor, la angustia, el desconocimiento y la espera aparecen como pasos hacia un campo abierto, mientras susurran en el viento pitos estremecedores de excavaciones en la tierra. Rostros que no actúan, sino que se disfrazan del cuerpo ausente para, por fin, recordar en una historia su paso por este mundo. Esa carencia de imagen lleva a la película a un abismo hacia el infinito, como si en vez de construir un guion para cumplir con el inicio, nudo y desenlace, reconstruyera los cuerpos de desaparecidos con retazos de historias.
“Son procesos que se basan en la idea de la prueba y el error, son procesos en los que incluso uno tiene que buscar el accidente o entenderlo como una instancia creativa que para la ciencia es totalmente común. Yo creo que el cineasta tiene mucho que ver con los procedimientos del científico, entonces, muchas veces, más que ejecutar un plan preconcebido y calculado, tiene que ver con gestionar una serie de accidentes, de choques, de errores, y creo que mientras uno más libre o ingenuo sea a la hora de generar esos accidentes, logra imágenes más genuinas, imágenes con las que la gente puede conectar de manera más íntima”, explica Federico Atehortúa Arteaga, director de Forenses.
Sus creaciones cinematográficas captan ese poder de las imágenes, sobreponiéndose unas sobre otras para generar un ritmo que detona en una colisión con las sensaciones que le hacen frente a la historia olvidada de Colombia.
Pirotecnia surge en 2019 y es el primer largometraje de Atehortúa, una cinta que cuenta sobre el origen del cine en Colombia, muy atado a los inicios del conflicto armado y a las primeras imágenes de los falsos positivos en el país.
En 2022 dirige la serie documental Un destino más concluyente, en donde se narra, desde la institucionalidad y desde las víctimas del conflicto armado, los caminos hacia la construcción de paz. Ambos proyectos reconocen la urgencia de poner ante los ojos del espectador la posibilidad de construirse desde esa historia de país. Por esta razón, los elementos que prevalecen en las creaciones de Atehortúa logran el sentido de pertenencia y de asociación con la cotidianidad.
“Al finalizar Pirotecnia, me encontré con la figura del antropólogo forense y me empezó a fascinar esa idea de un grupo de científicos que está atravesando el territorio nacional en búsqueda de los cuerpos de la guerra, en búsqueda de cuerpos escondidos bajo tierra. Esa imagen de personas que van atravesando espacios, de personas que van generando tránsitos, la encontraba con unos elementos muy cinematográficos y que me venían interesando, entonces inicié la búsqueda para poder acceder a alguien que viviera y que me pudiera acercar a cómo funciona ese proceso en el país”, cuenta Atehortúa.
Luego de la firma del Acuerdo de Paz en La Habana, en 2016, se plantea la necesidad de crear una unidad de búsqueda. Es así como en 2018 surge la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).
Desde 2019, Atehortúa comienza el acercamiento y la inmersión hacia la labor de búsqueda, encontrando que tan solo 40 antropólogos forenses se dedicaban a encontrar alrededor de 100.000 desaparecidos en el territorio colombiano en ese entonces. Después de dos años de indagar sobre aquella figura que personificara la experiencia de la búsqueda de desaparecidos, Federico se encuentra con Karen Quintero, antropóloga forense con más de 28 años de experiencia buscando bajo tierra.
“La película nos plantea o nos invita a un proyecto nacional de sumarnos a esa búsqueda que no tiene que ser únicamente de los dolientes de los desaparecidos, sino como un marco fundamental para nuestro país y para nuestra historia, donde estas personas que han querido ser borradas continúen siendo buscadas por generaciones y que su memoria también se perpetúe, que estos hechos no queden en el olvido, que se produzca arte, que se produzcan fotografías, exposiciones, baile, teatro; todos están bienvenidos a juntarse a la búsqueda”, expresa Karen Quintero en el estreno nacional de Forenses.
La tierra habla sobre lo que esconde. En la película, la búsqueda de una persona desaparecida es el reconocimiento del territorio mismo como un cuerpo. O, como dice Federico: “La excavación forense es un lenguaje y los lenguajes lo que hacen es borrar la separación entre los vivos y los muertos”.
Cavar es reconocer al otro y, en ese proceso, el término desaparición se relaciona con la identidad y la capacidad de pertenecer, de existir.
En Forenses se presenta la historia de Brenda, persona transgénero que fue desaparecida y no es reconocida por su identidad. Allí aparece Catalina Ángel, quien, a partir de esta historia, pone en evidencia esa otra cara de la desaparición: la invisibilidad social.
En sus palabras: “Si vamos a tocar el tema de desaparecidos se debe pensar desde el lugar que habito, si estoy borrando a alguien, si estoy desapareciendo a alguien con intención o sin intención, o por las dinámicas sociales en las que crecemos y nos construimos”.
Experimentar la idea de la imagen, borrarla, volverla archivo y reutilizarla. Darle construcción y moldearla hacia algo que no tiene rostro. Forenses es un cadáver exquisito que deambula por el territorio reconstruyendo la ausencia, fijándose en memorias, huellas y hoyos cavados para encontrar respuestas. Como se dice en la película: “La desaparición es un quiebre entre el cuerpo y la identidad”, y pone a los colombianos en escena para no desaparecer.