Demasiado lejos, de Eduardo Sacheri, es una novela escrita desde la retaguardia. Mientras la Guerra de las Malvinas se libra en las islas, aquí se libra otra: la emocional, la civil, la que recorre las cocinas familiares, los bares de barrio, las oficinas ministeriales.
Sacheri abandona la figura del protagonista único y construye un entramado coral: múltiples voces que, sin cruzarse del todo, componen el retrato de una Argentina dolida y expectante. Funcionarios, vecinos, soldados, madres, parejas, militares. Cada uno con su temor, su esperanza, su forma de callar o hablar lo que no sabe cómo sentir.
La novela está tejida con contención, sin énfasis ni dramatismo. Lo que no se dice, pesa. Lo que se insinúa, golpea. Y lo que se espera, se vuelve casi insoportable.
En esta historia, la guerra no es un escenario: es un eco que transforma el aire de cada escena.
A continuación, compartimos algunos fragmentos de lectura de la novela, seleccionados por Isabel López Giraldo:
- Gente que pregunta mucho pero se interesa poco por lo que le responden.
- No es lo mismo ser astuto que ser inteligente. Inteligente es alguien que sabe comprender las cosas, estudiarlas a fondo. Astuto es alguien que es bueno para engañar y para evitar el engaño.
- Se puede poseer un poder enorme y ser un necio.
- Sabe que nunca la diplomacia reemplazará por completo el uso de la fuerza.
- Estos tipos son buena gente, pero no tienen ni idea, ni la menor idea, de lo que es una guerra.
- ¿Cómo puede ser que nadie, absolutamente nadie, parezca darse cuenta de que están corriendo hacia un precipicio?
- Como sabe que es inminente que otras cosas peores la conduzcan a un estado de furia homicida, decide que es preferible no salirse del dichoso quicio.
- Al final para qué sirven las disculpas si lo que sirven son los actos, las decisiones que tomamos y los perdones que otorgamos.
- Existe un solo modo de estar muerto. De estar vivo, en cambio, hay muchos modos.
- Ha descubierto que los comunicados parecen obedecer a una lógica que no tiene que ver con las acciones militares sino con una narrativa emocional.
- Capacidad para ver por debajo de nuestras miserias y nuestras diferencias y nuestros egoísmos.
- Pero viste cómo son las verdades. Después de que las decís una vez, se te vuelven más fáciles de pronunciar.