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Usted es el fundador de FADO, que se dedica a la creación de piezas de arte decorativo. ¿Cómo surgió este proyecto?
Quería tener un proyecto propio y el arte siempre me ha acompañado desde pequeño. Estudié arquitectura y esto me sirvió para descubrir nuevas habilidades. Además, FADO está relacionado con mi pasión por los viajes, pues en muchas ocasiones han sido a destinos históricos y arquitectónicos. Entonces, ya tenía un material fotográfico y fue a partir de ahí que surgió la idea de ir más allá, porque no quiero mostrarles a las personas la fotografía original, sino hacer algo no convencional, mediante la alteración de la dimensión. Al final, quiero que cada pieza decorativa transmita un sentimiento y cuente una nueva historia.
¿Y por qué estudió arquitectura en vez de artes?
Porque muchos familiares son ingenieros y decidí irme por arquitectura. Y, como dije antes, quizás esta carrera fue una excusa para descubrir nuevas pasiones o habilidades. Soy muy feliz con la arquitectura, pero ahora me gustaría inclinarme más hacia las artes y potenciar quizás ese talento que tengo guardado. Las piezas que estoy realizando para FADO son hechas por mí, desde la idea hasta su materialización.
¿Se considera artista así no haya estudiado para serlo?
Sí, estoy justamente empezando mi etapa de artista.
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Recientemente estuvo presentando en Medellín la primera colección de FADO: “Geometría Reflectante”, compuesta por piezas de arte decorativo construidas a partir de sus fotografías. ¿Cuál fue su primer acercamiento con este tipo de arte?
Desde mi niñez siempre me llamó la atención el tema de la decoración: ingresaba a algún espacio y estaba pendiente de lo que había y si eso no estaba en mi casa. Luego hice un curso de decoración. Cuando estudiaba arquitectura, dibujaba espacios como la cocina y el comedor en los planos, pero no entraba a detallar cómo se iban a ver (la distribución de la mesa, el tapiz, etc.), porque eso lo hace alguien encargado de la decoración de interiores. Igual, pienso que la arquitectura está conectada con el diseño, así que me gustaría seguir en ese proceso de aprendizaje.
Hablemos de esa pasión suya por la fotografía.
Creo que me ha acompañado toda la vida, porque siempre tenía cámaras antiguas y me gustaba captar cada momento. Realmente fue un gusto adquirido en el proceso, como un hobby que empiezas a hacer y te toma tiempo, pero no te molesta, no lo haces de mala gana; es decir, lo disfrutas.
¿Le pasa lo mismo con la arquitectura?
Sí…
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¿Cuál será la próxima colección de FADO?
No he pensado en un nombre, pero quiero enfocarme en lo abstracto.
¿En qué se diferencia FADO de otras propuestas?
Si pudiera definir a FADO en una sola palabra, sería “ecléctico”. Entonces lo distinto es que les muestro a las personas la evolución, el proceso de cómo se consigue el arte. Así que FADO ofrece una pieza original junto con su evolución.
Para la creación de “Geometría Reflectante” utilizó diferentes materiales, como espejos, acrílicos y telas…
Sí, lo hice con el fin de reflectar la geometría. Por ejemplo, en los acrílicos, que son los espejos, lo que consigo es imprimir un vinil a partir de la composición de la fotografía que he alterado. Aunque está en 2D, cuando las personas ven el espejo, tienen la sensación de que está en 3D. Si te das cuenta, en nuestro día a día todo es geometría, y por reflectarla ahora me quiero enfocar en impresiones y en espejos… Me interesa mucho este tema.
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¿Por qué?
Porque a partir de una simple forma geométrica se pueden lograr infinitas formas (regulares, irregulares, abstractas). Además, siempre me ha gustado la monumentalidad; por ejemplo, los rascacielos. De hecho, anhelo conocer las pirámides de Egipto. Esa monumentalidad también quiero reflejarla en mis piezas.