El Magazín Cultural

Green Book: el complejo del salvador blanco

Una historia sobre el racismo en América regresa a los cines para conmover a Hollywood con la misma fórmula: el heroísmo blanco a costa del sufrimiento de los negros. El relato del histórico Libro Verde quedó minimizado en Green Book.

Camilo Gómez / @camilogomez8
25 de febrero de 2019 - 04:15 a. m.
El Libro Verde original se publicó por primera vez en 1937 y tuvo 22 ediciones. / Creative Commons
El Libro Verde original se publicó por primera vez en 1937 y tuvo 22 ediciones. / Creative Commons

Existen libros tan esenciales en la historia que Hollywood se encarga de hacer películas sobre ellos para quienes no disfrutan del hábito de leer. La Naranja Mecánica y Criadas y señoras son buenos ejemplos de textos llevados al cine, que, si bien no se comparan con la lectura original, por lo menos acercan al espectador al fundamento de la historia. Pero en Green Book, una amistad sin fronteras, la nueva película de Peter Farrelly basada en el polémico Libro Verde, apenas vemos un tímido acercamiento a una de las lecturas más necesarias sobre la historia estadounidense.

El Libro Verde fue un texto editado en veintidós ocasiones, publicado entre 1937 y 1966 y creado por el afroamericano Victor Hugo Green con la intención de salvar algunas vidas. Fue ante todo una herramienta de supervivencia, una guía para evitarse problemas y afrontar la cruda realidad de un país tan violento y segregador como Estados Unidos. El Libro Verde de Green fue un documento que detallaba los lugares donde los negros podían comer, beber y pasar la noche sin ser acosados o golpeados hasta el cansancio.

Si está interesado en seguir leyendo el especial Óscares a la lata, le recomendamos la siguiente nota: Vice y la ignorancia de las audiencias

Leer el Libro Verde en esta década, después de todas las luchas por los derechos humanos y la igualdad en casi medio siglo, es sumergirse de forma cruda y personal en el infame mundo del racismo. Es comprender la crueldad de la segregación racial y su injusticia de primera mano. Porque nada como este libro nos podrá indicar sobre el peligro que significaba violar el código incomprensible que había creado el hombre blanco para establecer y hacer creer que el negro era menos.

“El Libro Verde fue el esfuerzo de Green para sacar lo mejor de una situación terrible, y para ofrecer algún tipo de libertad a una amplia franja de la población estadounidense que se consideraba inferior a los blancos y que no eran dignos de ser tratados como iguales”, escribió la periodista Alissa Wilkinson.

Sin embargo, el filme de Farrelly, a pesar de llevar el título del libro, poco tocó su importancia. Green Book es la historia de cómo Frank Anthony Vallelonga, conocido también como Tony Lip, un italiano racista, aunque no en extremo, se convirtió en el chofer del Doctor Don Shirley, un pianista negro de talla mundial. Los dos viajaron desde Manhattan hasta el profundo sur estadounidense por una gira de conciertos en las que tuvieron que enfrentarse al racismo de los estados más conservadores, no solo de los blancos, sino de los afroamericanos. Y eventualmente en ese viaje, en el que ambos construyeron una clásica amistad cinematográfica rodeada de lecciones y apoyo mutuo -tan común como predecible-, Vallelonga usó los consejos del famoso Libro Verde para sacar a su compañero de problemas.

Puede leer: Estos fueron los mejores momentos de la edición número 91 de los Premios Óscar

Pero, aunque poco trató Green Book el tema de su título, sus diálogos y personajes salvan la historia presentando algo realmente significativo: una crisis de identidad. A diferencia de otras películas sobre racismo en Estados Unidos, que anteponen la violencia y el maltrato al que fueron sometidos los afroamericanos, Green Book muestra el gran dilema de uno de ellos. El Doctor Shirley siente que, aunque se comporte como los blancos, aunque se vista como ellos y sea apasionado por sus gustos, nunca será aceptado como blanco; y aunque sea negro, su profunda desconexión con la cultura de su comunidad también le genera rechazo por parte de esta. Insuficiente para poder encajar en cualquier grupo, Shirley se convierte en un hombre solitario en flagelo constante por encontrarse bien con lo que es y con lo que quiere ser, aunque el contexto no se lo permita.

Vallelonga fue el complemento perfecto para la búsqueda de Shirley sobre él mismo. Él, un italiano de pura cepa reconoce cómo es vivir con estigmas sobre la espalda. Todos, según él, asumen que come pizza, pasta y tiene una relación con la mafia. Pero al contrario de su compañero, Vallelonga ha asimilado tanto los estereotipos que caen sobre él que parece no importarle. Por ello, mientras conduce al sur y comienza a construir un lazo con su jefe le hace un par de comentarios que resultan incómodos y racistas. Asume que como Shirley es negro come pollo, toma refresco de uva y conoce todo el repertorio de Aretha Franklin, y se lleva una sorpresa cuando descubre que no es así. Tras la experiencia con su chofer, el Doctor Shirley parece sentirse más cómodo consigo mismo, más seguro de su identidad. Y eso, en las películas que abordan el racismo, no es precisamente un buen elemento.

Puede leer también: "Roma": Entre la prohibición y la utopía

Además de no haber profundizado sobre el rol del Libro Verde, la película parece sufrir de ese complejo cinematográfico del salvador blanco. Tal como el doctor King Shultz se convirtió en el liberador de Django en Django sin cadenas, o como el canadiense Samuel Bass liberó al esclavo Solomon Northup en 12 años de esclavitud, o como Danny Archer se sacrificó por Solomon Vandy en Diamante de Sangre, o como Eugina Phelan relató las tragedias de las criadas negras en Estados Unidos en Historias Cruzadas (y la lista puede aumentar descomunalmente), en Green Book, pese a sus buenas intenciones, se perpetúa con la premisa de poner a un blanco como la figura salvadora de los negros. Simplificó el problema del racismo y asumió que se podía resolver fácilmente. Y la Academia la ha alabado pese a su autocomplacencia con un tema tan mordaz. Green Book muestra cómo los premios de la Academia están orgullosos de celebrar el heroísmo de los blancos a costa del sufrimiento de los negros. Los directores de este tipo de películas, con la fórmula en la mano para conseguir éxito, ya ni siquiera intentan profundizar en la crítica y salirse del plano regular. ¿Por cuánto tiempo seguirán así?

 

Por Camilo Gómez / @camilogomez8

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar