
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En la escena bogotana, con la aparición de una generación tan vigorosa, dedicada a la dramaturgia, extraña la presencia de un clásico como el de Las criadas, del autor francés Jean Genet. Si bien su aparición no responde a las dinámicas con las que en la actualidad se está construyendo el panorama de la creación bogotana, la selección de este clásico no sorprende teniendo en cuenta el paradigma que rodea la pieza desde su aparición hasta la constitución de un llamado teatro de post guerra. La obra cuya historia nos cuenta de las criadas Solange y Claire, dos hermanas que sirven a una dama de la burguesía y con quien se sienten agradecidas por salvarles de un pueblo cuya situación no les brindaría ni una sola oportunidad de avance social. Ahora, sin embargo, su situación no parece ser mejor que la de entonces, viven para una dama cuyos tratos son, según lo podemos ver a través de sus juegos, poco menos que deseables. El esposo de esta señora ha sido llevado a la cárcel debido a una confesión anónima de las hermanas y ahora está por volver a casa gracias al manejo de las influencias, su situación ahora, que el señor va a volver, las pone en una encrucijada que no vieron armarse enfrente de si.
Le recomendamos: Diálogos con la Muerte (Parte II)
La visita al mito compuesto por Genet trae preguntas que aquí pretenden ser reactualizadas por la apuesta de Escena Independiente, grupo emergente cuyo trabajo empieza a ser parte de la diversa programación de la ciudad. Allí, el drama contemporáneo se viste de revista musical y la salsa cobra un especial protagonismo en el tono de la pieza, cierto anacronismo del espectáculo nos hace transitar entre la política colombiana actual y los tradicionales embelecos que antaño construyeran el panorama social del país. Nuestras nuevas criadas, interpretadas con deliberación por hombres, cantan y bailan y en un estilo muy particular, donde los juegos de rol y el teatro dentro del teatro nos permiten transitar por una historia europea a la colombiana que nos recuerda el poder de los que tienen dinero y la miseria que aún hoy día, rodea ciertos sectores de la sociedad, acostumbrados a vivir bajo el amparo y la sombra de quienes cuentan con mejores recursos.
Le sugerimos: Sandra Torres, la actriz
La obra, que se está presentando desde hace unas semanas en la sala de Cabaret Rosa teatro, abre una mirada a la lucha de clases de la que no ha sido posible desprenderse en ninguna etapa de la historia. Las dos mujeres avanzarán por la trama oponiéndose entre si y sirviéndose de apoyo emocional cada tanto, las actuaciones de los tres interpretes son arriesgadas y los momentos musicales dan frescura a una obra que si bien no la necesita, se permite oxigenar los alcances de la obra en su forma original.
Escena independiente lleva ya un par de años elaborando un trabajo continuo que espera mantenerse activo durante todo el tiempo que lo permita el publico, por ellos, por el teatro que emerge cada día y por el futuro del panorama teatral de la ciudad, acompañar estas puestas resulta necesario. Una apuesta valiente, con mucho aún por crecer en el camino de la creación. Si Genet había imaginado una forma tan tropical para su obra, no podremos saberlo, sabemos que necesitamos preguntarnos por nuestra realidad social, la de nuestro tiempo, la de nuestro espacio.
Le podría interesar: Lo que no tiene precio