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                                                                                                                              La Oración fúnebre a Uribe Uribe de Jorge Eliécer Gaitán  

                                                                                                                              El pasado 12 de abril se cumplieron 160 años del nacimiento de Rafael Uribe Uribe, asesinado el 15 de octubre de 1914 en Bogotá. Reproducimos el discurso de Jorge Eliécer Gaitán el día de su funeral.

                                                                                                                              Jorge Eliécer Gaitán

                                                                                                                              Rafael Uribe Uribe, uno de los líderes liberales más trascendentes de la historia en Colombia, asesinado a hachazos frente al Capitolio Nacional. / Archivo

                                                                                                                              Señores:

                                                                                                                              El Centro Nacional de la juventud ha querido que yo venga en su nombre a renovar las inmortales y las siemprevivas, que hace un año regamos en esta misma tumba, donde yacen el brazo de un Córdoba y el corazón de Sucre.

                                                                                                                              Rafael Uribe Uribe fue el heroísmo; Rafael Uribe Uribe fue la cristalización de la gloria. Sobre él, como sobre un gran espejo, se reflejan todas las tormentas de los cielos y todas las brumosidades del mar.

                                                                                                                              Si está interesado en leer más sobre Uribe Uribe, ingrese acá: 160 años del natalicio de Rafael Uribe Uribe: un liberal pura sangre

                                                                                                                              La historia será la encargada de cantar la marcha del gran león asesinado, en torno de cuya melena ensangrentada aún revolotean las águilas del Genio, como temerosas de dejar aquella cabeza colosal. 

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              Era el día 12 de abril de 1859. En la ciudad de Valparaíso, una aurora de grandeza levantada con frenesí estupendo la cuna de un niñito: era Rafael Uribe Uribe, era el héroe que desafiaría las tormentas que nacía; era el mártir que rodaría ensangrentado desde el calvario de su sacrificio. Su juventud se deslizó en la vida campesina, bajo un cielo de reposo cuyas estrellas se gozaban en bañarlo con su luz. 

                                                                                                                              Si está interesado en leer más sobre Jorge Eliècer Gaitán, ingrese acá: Miguel Torres: La memoria del Bogotazo hecha literatura

                                                                                                                              Era Rafael Uribe Uribe de temperamento heroico; su presencia parecía tallada en la roca de la leyenda y fundida en las fraguas de la idea; sus ojos centelleantes semejaban rayos de cólera, andar cadencioso, pero con la postura del Bayardo que se siente orgulloso de su fuerza y gemelo de su existencia, era un gesto de desprecio a los dolores de la vida. Diríase que Uribe era un coloso de granito arrancado a las entrañas de un mar en torbellino. Este hombre lo era todo: maestro, jurisconsulto, orador guerrero, escritor, diplomático, político, parlamentario, estadista, agricultor. Vencedor él, se llamó hidalguía; vencido, se llamó heroísmo; demócrata, fue el mártir. 

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              La virtud misteriosa que se escapa de las grietas de esta tumba, basta para hacer despertar en la inmortalidad el corazón de la raza. Todo el ciclón que fue su vida, duerme en el blanco sudario de este poeta de la espada. 

                                                                                                                              Dispersos ya sus huesos por el hacha, el héroe se hace coloso; el que lo había vencido todo vence, vence también a la muerte, y alzase del fondo de ella más luminoso y fundido en la inmortalidad.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              La historia se engalana con su nombre; el héroe se levanta ante los pueblos,y Colombia llora la desaparición del Uribe! 

                                                                                                                              ***

                                                                                                                              Discursos. Medellín. Beneficencia de Antioquia. Lotería de Medellín. Tomo I. 1977. Págs. 249-251. 

                                                                                                                              Rafael Uribe Uribe, uno de los líderes liberales más trascendentes de la historia en Colombia, asesinado a hachazos frente al Capitolio Nacional. / Archivo

                                                                                                                              Señores:

                                                                                                                              El Centro Nacional de la juventud ha querido que yo venga en su nombre a renovar las inmortales y las siemprevivas, que hace un año regamos en esta misma tumba, donde yacen el brazo de un Córdoba y el corazón de Sucre.

                                                                                                                              Rafael Uribe Uribe fue el heroísmo; Rafael Uribe Uribe fue la cristalización de la gloria. Sobre él, como sobre un gran espejo, se reflejan todas las tormentas de los cielos y todas las brumosidades del mar.

                                                                                                                              Si está interesado en leer más sobre Uribe Uribe, ingrese acá: 160 años del natalicio de Rafael Uribe Uribe: un liberal pura sangre

                                                                                                                              La historia será la encargada de cantar la marcha del gran león asesinado, en torno de cuya melena ensangrentada aún revolotean las águilas del Genio, como temerosas de dejar aquella cabeza colosal. 

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              Era el día 12 de abril de 1859. En la ciudad de Valparaíso, una aurora de grandeza levantada con frenesí estupendo la cuna de un niñito: era Rafael Uribe Uribe, era el héroe que desafiaría las tormentas que nacía; era el mártir que rodaría ensangrentado desde el calvario de su sacrificio. Su juventud se deslizó en la vida campesina, bajo un cielo de reposo cuyas estrellas se gozaban en bañarlo con su luz. 

                                                                                                                              Si está interesado en leer más sobre Jorge Eliècer Gaitán, ingrese acá: Miguel Torres: La memoria del Bogotazo hecha literatura

                                                                                                                              Era Rafael Uribe Uribe de temperamento heroico; su presencia parecía tallada en la roca de la leyenda y fundida en las fraguas de la idea; sus ojos centelleantes semejaban rayos de cólera, andar cadencioso, pero con la postura del Bayardo que se siente orgulloso de su fuerza y gemelo de su existencia, era un gesto de desprecio a los dolores de la vida. Diríase que Uribe era un coloso de granito arrancado a las entrañas de un mar en torbellino. Este hombre lo era todo: maestro, jurisconsulto, orador guerrero, escritor, diplomático, político, parlamentario, estadista, agricultor. Vencedor él, se llamó hidalguía; vencido, se llamó heroísmo; demócrata, fue el mártir. 

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              La virtud misteriosa que se escapa de las grietas de esta tumba, basta para hacer despertar en la inmortalidad el corazón de la raza. Todo el ciclón que fue su vida, duerme en el blanco sudario de este poeta de la espada. 

                                                                                                                              Dispersos ya sus huesos por el hacha, el héroe se hace coloso; el que lo había vencido todo vence, vence también a la muerte, y alzase del fondo de ella más luminoso y fundido en la inmortalidad.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              La historia se engalana con su nombre; el héroe se levanta ante los pueblos,y Colombia llora la desaparición del Uribe! 

                                                                                                                              ***

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                                                                                                                              Por Jorge Eliécer Gaitán

                                                                                                                              Ver todas las noticias
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