La injusticia de Colombia con la región del Chocó es difícil de calcular. El olvido y abandono a un territorio pluricultural y repleto de riquezas naturales habla de la negligencia e indolencia con que hemos subestimado el poder que puede llegar a tener una zona como el Chocó.
Allí donde surgen las orillas de los ríos, aparecen algunos visos de oro. Ese material que se ha concebido como sinónimo de riqueza pero que en su nombre se han cometido crímenes atroces contra la naturaleza y contra la humanidad misma. Y pese a que la historia del oro en el Chocó brillaba por su material y por su aparente prosperidad en la época de la Colonia, con el paso de los años la explotación ilegal de este recurso y la competencia malsana y violenta provocaron episodios de pobreza, desigualdad y destrucción del territorio.
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Una mirada de la historia aurífera en el Chocó, que inicia en el período prehispánico y termina con los escenarios de minería ilegal y marginación de las comunidades, ofrece la posibilidad de acercarse a esa realidad plagada de vicisitudes, conflictos y luchas sufridas y asumidas por los chocoanos.
La exposición temporal es apoyada por la Secretaría de Cultura del Distrito. Artistas como Fernando Arias o Estefanía García hacen parte de la exhibición en la que también participan algunos artesanos oriundos del Chocó. Así mismo, algunas de las piezas pertenecen a la Biblioteca Nacional, al Museo Nacional, Museo de la Independencia, Instituto Colombiano de Antropología e Historia y el Instituto Caro y Cuervo.
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Es por eso que el arte, como medio que despierta consciencias y que abre perspectivas, se presta para hablar de aquello que hemos ignorado y lo exalta a partir de piezas y contenidos que reflejan con estética y con detalle aquellos escenarios que tienen algo por decir sobre nuestra realidad.