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Las Kardashians, camaleones que se adaptan a los nuevos tiempos

Al ser las Kardashians celebridades con un alcance exorbitante, tienen el capital social y cultural para legitimar cualquier tendencia y convertirla en un bien transaccional.

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Valeria Akl
15 de enero de 2022 - 10:13 p. m.
Recientemente, las Kardashians han asumido la estética gótica-emo, sentando y convirtiendo este estilo en uno apetecible para las masas.
Recientemente, las Kardashians han asumido la estética gótica-emo, sentando y convirtiendo este estilo en uno apetecible para las masas.
Foto: Youtube Hulu
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Cuando apenas comenzaban las dinámicas de la era de internet que ha sido caracterizada por la inmediatez, fueron las Kardashians quienes encontraron la manera de forjar oportunidades lucrativas como la influencia, en lugar de tratar de acoplarse a un molde tradicional de celebridad, donde tener talento era un requisito.

Además de ser un nombre de familia, Kardashian es una marca y esta familia se comporta como un negocio, donde los miembros son socios que están colaborando en la búsqueda compartida de la riqueza. La jerarquía de la familia se organiza a partir de las dinámicas del negocio, donde los miembros menos exitosos se encuentran en la base de la pirámide. Por otra parte, la familia se ha caracterizado por su estructura matriarcal y en gran medida, los valores asociados a la belleza son determinantes.

Es la belleza lo que sustenta a la familia Kardashian y por esto estas hermanas se han dedicado a sus cuerpos, sometiéndose a una metamorfosis consecutiva. Ser bellas, en otras palabras, es su trabajo y de acuerdo con la investigadora Elizabeth Wissinger, sus cuerpos encarnan una ética laboral de esfuerzo y dedicación que representan los valores americanos del trabajo arduo. De manera casi que consecuente, este sueño americano está al alcance de muchos, pero solo los que están dispuestos a trabajar duro por él podrán gozarlo. En otras palabras, además de editar sus imágenes, las Kardashians deben estar editadas en la vida real.

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En esta era digital, la influencia y el número de seguidores en redes como Instagram y Twitter, son una especie de moneda que se basa en la legitimidad social y son una herramienta que catapulta a la fama a la gente “normal”. Entonces invertir tiempo y esfuerzo en editar el cuerpo yendo al gimnasio, acudiendo a quirófanos y editando fotos es un ideal que otorga legitimidad. Y en la era de la post verdad, lo fake es asumido mejor que lo real, por ende la belleza fake es un ideal de belleza. No más hay que observar el caso de Kylie Jenner, quien atravesó una completa transformación y pasó de ser un adolescente blanca (Jenner no tiene ascendencia armenia) a una mujer negra con piel blanca. Al realizar este cambio, Kylie obtuvo más fama y transacciones monetarias al lanzar su línea de lip-kits.

Otro factor importante en la familia Kardashian es la maternidad. De hecho sus cuerpos poseen una figura hiper feminizada que históricamente ha estado asociada a la capacidad de gestar y dar a luz a niños. Esta prole en cierta medida les da estatus dentro de las dinámicas de la familia, Kylie Jenner, por ejemplo, desde una temprana edad manifestó su deseo desbordante por ser madre. Y en general existe un debate en torno a la raza de sus hijos ya que estas mujeres han escogido a hombres negros como padres de estos. Esto a su vez, ha ayudado a eliminar barreras tabú acerca de los matrimonios interraciales en Estados Unidos. Al traer hijos étnicamente ambiguos a este mundo, las Kardashian están asegurando su legado y relevancia hacia futuras generaciones y a su vez están reflejando el futuro de Estados Unidos, una nación cada vez más híbrida.

Llama la atención que recientemente las Kardashian han cambiado de novios y están optando por hombres que los medios en general han tildado como ‘poco atractivos’. Estos hombres son blancos y tatuados, con una estética muy referente a las subculturas emo y punk. Kourtney Kardashian actualmente se encuentra comprometida con el ex baterista de la banda Blink-182 y Kim Kardashian tiene una relación afectiva con Pete Davidson, un comediante que ha estado románticamente vinculado a Ariana Grande y Kate Beckinsale.

Al haber realizado este cambio de novios, su estilo personal también parece haber cambiado. Por ejemplo Kourtney Kardashian exhibe ahora una estética gótica sexy, un reflejo de las expresiones visuales de su prometido Travis Barker. No es la primera vez que el estilo de estas mujeres cambia a partir de sus vínculos afectivos, Kim Kardashian cuando recién comenzó a salir con el rapero Kanye West, cambió sus vestidos de Hervé Léger por prendas monocromáticas y athleisure.

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Tras su ruptura con el rapero, Kim nuevamente se encuentra atravesando una transfiguración estilística, donde los catsuits, máscaras y atuendos ensamblados por el creativo Demna Gvasalia son su lienzo. Su nueva etapa sartorial posee un esquema cromático donde los negros y rosas vibrantes son el foco. Algunos de los atuendos emblemáticos que la dueña de la marca SKIMS ha utilizado fueron el catsuit de terciopelo fucsia para su performance en SNL y el atuendo negro que portó en el MET Gala del 2021, ambos de la firma Balenciaga.

Este estilo sombrío, reminiscente a las subculturas punk y emo, que las Kardashians han comenzado a emplear en sus elecciones sartoriales, está teniendo un renacer. La imprevista pandemia nos condenó al aislamiento e hizo que muchos acudiéramos desesperadamente a la conexión y a formar comunidades en línea. Este estilo de vida de la cuarentena de cierta manera recreó ámbitos adolescentes, donde muchas culturas juveniles proliferaron, creando un ambiente ideal para la nostalgia.

La red social TikTok permitió el despliegue de comunidades juveniles, donde varios usuarios encontraron una nueva manera de expresar su estilo personal a través de videos cortos. En medio de la melancólica coyuntura, usuarios en su mayoría centennials, evocaron elementos de nostalgia en sus videos, recreando expresiones que de primera mano no habían vivido en carne propia. En estos videos vemos a jóvenes compartiendo tutoriales de estéticas emo y demostraciones de cómo recrear atuendos de la década de los 2000, acompañados de sonidos de bandas como My Chemical Romance y Paramore. Inclusive la estrella centennial del momento, Olivia Rodrigo ha sido influenciada por esta tendencia y el año pasado lanzó su canción Good For You, inspirada en los ritmos de la banda Paramore.

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La reanimación de la estética gótica-emo no solo se ha quedado en los ámbitos juveniles, se ha filtrado a las pasarelas de alta moda y ya está circulando masivamente. Esto se evidenció con la colección de Resort 2022 de Chanel, que contenía prendas como camisetas negras con estampados grandes, los clásicos guantes sin dedos, medias escarpadas y tartán.

Al apropiar este estilo, las Kardashian lo están asentando y convirtiéndolo en apetecible para las masas. Al ser ellas unas celebridades con un alcance exorbitante, tienen el capital social y cultural para legitimar cualquier tendencia y convertirla en un bien transaccional. Pero además, este cambio en su estilo y apariencia evidencia lo sintonizada que está la familia con el zeitgeist cultural y su necesidad de buscar en el cambio y transformación, la licitud. Es la constante metamorfosis la que les permite afirmarse como versiones mejoradas de sí mismas y les da material para sus redes sociales donde comparten el proceso de sus cambios.

Por Valeria Akl

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