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La Bienal Internacional de Arte BOG25 concluyó con la participación de cerca de tres millones de personas en toda la ciudad. Durante más de dos meses, Bogotá fue el escenario de un conjunto de actividades que combinaron exhibiciones, intervenciones urbanas, foros, laboratorios y procesos comunitarios.
La programación de BOG25 incluyó 180 actividades en 70 espacios distribuidos por toda la capital. Museos, parques, bibliotecas, centros culturales y espacios públicos fueron parte del circuito que articuló la Bienal. Participaron artistas, curadores, investigadores, gestores y colectivos locales e internacionales, que desarrollaron proyectos orientados a fortalecer conceptos como arte y territorio.
La Bienal, además, integró procesos de formación y mediación cultural. Los laboratorios y residencias artísticas permitieron que las comunidades locales se involucraran directamente en las etapas de creación y circulación, lo que pretendía descentralizar la oferta cultural y ampliar los públicos participantes, especialmente en zonas con menor acceso a espacios institucionales.
Uno de los ejes principales de BOG25 fue el trabajo en territorio
En distintas localidades se llevaron a cabo proyectos colaborativos que abordaron temas relacionados con la memoria, el espacio público y las transformaciones urbanas. Estas intervenciones se desarrollaron a través de metodologías de participación que vincularon a habitantes, organizaciones sociales y entidades culturales, con el objetivo de generar diálogos sostenidos entre arte y comunidad.
En paralelo a las exposiciones y actividades en el espacio público, la Bienal ofreció una serie de encuentros académicos y profesionales en los que se discutió el rol del arte contemporáneo en la sociedad. En estos espacios se abordaron temas como la sostenibilidad de los proyectos culturales, la circulación de las prácticas artísticas, el acceso a los bienes culturales y la integración del arte a la gestión de ciudad. Estas conversaciones reunieron a representantes de instituciones culturales, universidades y colectivos independientes, que aportaron distintas perspectivas sobre el alcance de las políticas culturales en Bogotá.
El componente internacional de la Bienal amplió la visibilidad de la ciudad en el circuito del arte latinoamericano. Artistas y curadores de diferentes países participaron en exposiciones y conferencias, generando intercambios que fortalecieron la proyección de Bogotá como escenario cultural contemporáneo.
BOG25 también tuvo un impacto en el ámbito del turismo y la economía cultural
Los recorridos, rutas artísticas y actividades abiertas al público atrajeron visitantes nacionales e internacionales y dinamizaron la circulación en zonas patrimoniales y espacios culturales de la ciudad. La infraestructura generada y los nuevos procesos de mediación se proyectan como parte del legado institucional del evento.
La Bienal dejó instaladas varias obras e intervenciones en el espacio público que permanecerán como parte del paisaje urbano. Estas piezas se integrarán a los circuitos culturales y turísticos de Bogotá y contribuirán a fortalecer la relación entre arte y ciudad. Asimismo, algunos proyectos comunitarios que surgieron en el marco de la Bienal continuarán desarrollándose con el acompañamiento de entidades distritales y organizaciones locales.