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Thoreau y su libro "Waden" conmovieron a Nils Verkaeren. Cuando el pintor terminó de leerlo tuvo la necesidad de buscar su origen más humano y natural en la tierra y eligió a Colombia para hacerlo. El contacto con las montañas y la soledad a la que se sometió cuando se internó en una plantación abandonada de café, inspiraron lo que después se concretaría en la Sierra Nevada de Santa Marta, lugar en el que se aisló por completo de la tecnología. El contacto con los demás fue mínimo y la producción de su obra terminó por acoplarse y aceptar los devenires de la naturaleza.
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Lluvia, frío, calor, humedad, todos los climas y sus consecuencias quedaron en los lienzos que usó Verkaeren, quien entre junio y agosto de 2018 se internó como nuevo huésped de una naturaleza que para él era ajena.
En abril de 2018, trabajó en SN Macarena con los recuerdos que le quedaron de esas experiencias. En la muestra se expondrán las imágenes que Verkearen experimentó y memorizó. Las que se tatuó después de convertirse en un vecino de los campos en los que le permitieron vivir y producir.
El artista realizó una residencia en Arte Sumapaz y actualmente se encuentra internado en Gaia, un campamento de Wade Davis y Martin Von Hildebrand en el Amazonas. La exposición, que se compondrá de oleos sobre tela y paneles de pequeño y gran formato, se abrirá al público el próximo 12 de septiembre y estará abierta hasta el 1 de noviembre en la galería MMASON, ubicada en la carrera 3A no. 63 – 48, en Bogotá.
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Nils Verkaeren estudió pintura en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes. Se graduó en 2016 y desde ese momento su obsesión fue el paisaje. Las locaciones que prefiere para la composición de sus obras son los exteriores más naturales en los que explora y cuestiona la pintura, género de la pintura clásica.
Aunque no solo pinta paisajes naturales o desprovistos de personas, el artista se ha empeñado en retratar lo que fue de la tierra antes del paso del hombre y lo que será después de que la especie humana se extinga.
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