El traductor, escritor y cineasta es reconocido por obras como La trilogía de Nueva York. Auster, tras convertirse en licenciado, se radicó en París, ciudad en la que hizo sus primeras traducciones. En 1974 regresó a Estados Unidos, donde se dedicó por completo a la literatura publicando obras como El país de las últimas cosas, El palacio de la luna o Leviatán. Sus intereses también se han enfocado en el cine, produciendo guiones como La música del azar, Smoke, Blue in the Face, entre otros.
Su inspiración la ha encontrado en obras y autores que su país no eran reconocidos, situación que comentó al ser galardonado, leyendo un texto sobre los restos sin lápida durante muchos años del poeta Edgar Allan Poe. El autor norteamericano se enfocó con su intervención en la motivación de los seres humanos a trascender limites sociales y especificamente culturales que pueden experimentarse en cualquier lugar del mundo, señalando el interés y respeto que sentían los franceses por Poe, y la falta de reconocimiento e importancia que el poeta tenia en su país natal.
Auster generó una gran cercanía con el público y su presencia en la fería lo cual no es nuevo, ya que al autor siempre se le ha reconocido por su gran influencia hispana y sus visibles y meritorias intenciones por aproximarse al público iberoamericano. Tras largos años sin noticias del autor, presentó 4321, su reciente obra y como lo mencionó, para la cual se preparó toda su vida.