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La transmisión del Consejo de Ministros fue una suerte de rendición de cuentas de las gestiones que su gobierno ha realizado en sus primeros dos años. De esta manera, el mandatario lanzó un regaño a sus ministros por el incumplimiento de promesas de campaña y lineamientos que el gobierno se ha trazado. Al estarse preparando para el año electoral 2026, salió en defensa de su proyecto político.
Uno de los primeros puntos que presentó Gustavo Petro fue el de la crisis diplomática que tuvo lugar a finales del pasado mes de enero, aclarando la razón de su reacción a una fotografía de deportados brasileños que provenían de Estados Unidos esposados. “Reaccioné como creo que debería reaccionar todo hombre o mujer que conozca las ideas de Bolívar”.
Durante la aclaración de los aumentos salariales a la milicia colombiana se refirió a que la “dignidad empieza por el estómago y por las ideas”, para luego citar a Bolívar con su frase “maldito sea el soldado que voltee su arma contra su pueblo”.
Posteriormente, Petro se refirió al conflicto entre Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar: “Santander quería ‘sicariar’ a Bolívar”, probablemente por las intenciones del libertador sobre tener un gran país que llegara hasta el río Misisipi en Estados Unidos.
Según afirmó el mandatario, Santander fue el responsable de que la “Gran Colombia” llegara solamente hasta el Darién. Las afirmaciones de Gustavo Petro no fueron del todo precisas: la conformación de la Gran Colombia se realizó con la Ley Fundamental de la República de Colombia de 1819, que reunía legalmente a los territorios de Venezuela y la Nueva Granada (los actuales Colombia, Panamá, Ecuador y parte de la Amazonía peruana y brasileña). Esta conformación duró apenas doce años, como lo registró Señal Colombia. El enfrentamiento entre estos dos próceres de Colombia se dio por sus visiones alrededor del sistema de gobierno que se instauraría luego de la independencia.
Si bien existió un atentado contra Bolívar luego de que el Libertador se otorgara facultades extraordinarias —según Carlos Bastidas Padilla—, no había pruebas suficientes para indicar que Santander había estado detrás de este atentado.
Gustavo Petro continuó utilizando este argumento para resaltar su postura de “no arrodillarse” ante los Estados Unidos, en defensa de sus acciones durante la crisis diplomática por los deportados colombianos provenientes del país norteamericano. También hizo énfasis en que este tipo de luchas internas podrían afectar la defensa de la soberanía nacional.
El mandatario también recordó su paso por el M-19, en el que mencionó que la espada de Bolívar —hurtada en 1974 por este grupo armado— era cuidada por “poetas que no eran de ningún partido”. Fue en este momento en el que Petro recordó a Jaime Bateman para hablar de la confianza que tenía en su pueblo, y recalcó que esa confianza era necesaria para no caer en un sectarismo que “nos puede llevar a una nueva mortandad”.
