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Retornar a los orígenes del vallenato

El Festival de la Leyenda Vallenata, que este año le rendirá homenaje al juglar Luis Enrique Martínez, más conocido como el “Pollo Vallenato”', se realizará del 26 al 30 de abril. Entrevista con Rodolfo Molina Araújo, el presidente de su fundación.

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05 de abril de 2023 - 02:00 a. m.
Rodolfo Molina Araújo teme que al vallenato le pase lo mismo que a la ranchera: que pierda su esencia.
Rodolfo Molina Araújo teme que al vallenato le pase lo mismo que a la ranchera: que pierda su esencia.
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Este año le realizarán un homenaje a Luis Enrique Martínez. Para usted, ¿quién fue este acordeonero?

Luis Enrique Martínez ha sido uno de los juglares que dentro del vallenato impuso un estilo e hizo un registro del acordeón durante los años 60 y 70. Los acordeones, cuando llegaron a nuestra región, eran de un teclado y posteriormente de dos. Cuando empezaron a llegar los de tres teclados, los que conocemos en la actualidad, se limitaban a hacer unos registros. Luis Enrique Martínez descubrió que se podían utilizar los tres simultáneamente y comenzó a registrar nuevas composiciones y arreglos musicales. Él fue el pionero, la persona que empezó a descubrir los alcances del acordeón.

¿Qué características debe cumplir un buen acordeonero?

El acordeonero no solamente debe tener la capacidad de interpretación del vallenato tradicional, sino de ir hacia los juglares, componer, cantar (así no tenga una voz tan extraordinaria) y ser buen verseador. Por eso Luis Enrique Martínez era unos de los juglares más completos que tenía la música vallenata, al igual que Emiliano Zuleta, Lorenzo Morales, Toño Salas, entre otros, quienes no solamente tocaban y componían, sino que tenían la capacidad de ser buenos verseadores.

¿En la actualidad se podría hablar de una involución en el vallenato?

Lo que pasa es que la nueva generación está interpretando la música de Luis Enrique Martínez sin profundizar en su origen. Nosotros lo que estamos haciendo es mostrarles que lo que realizan se debe a la escuela de Enrique Martínez. Tratamos de que las nuevas generaciones conozcan y sepan qué es lo que están tocando.

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¿Cómo lograr un equilibrio entre las nuevas propuestas y la música tradicional vallenata?

Voy a poner un ejemplo. Carlos Vives ha sido nuestro principal promotor a nivel internacional y, a pesar de que agrega nuevos instrumentos, no se sale de la parte tradicional. Lo mismo ocurre con Silvestre Dangond: ha hecho un paréntesis entre lo que es el vallenato tradicional y otros géneros musicales, sin necesidad de perder la esencia. Nosotros hacemos énfasis en que pueden hacer lo que quieran, pero que sean respetuosos con la parte tradicional.

Para usted, ¿cuáles son los referentes actuales del vallenato?

Los compositores, que son la matriz de la música vallenata, están siendo muy cuidadosos para conservar y preservar lo tradicional. Entre los artistas que conservan esa parte tradicional del vallenato encontramos a Poncho Zuleta, Beto Zabaleta, Silvestre Dangond, Peter Manjarrés e Iván Villazón.

¿Para qué preservar lo tradicional?

Para seguir conservando las matrices de lo que históricamente tenemos. La música tradicional vallenata no permite que se desdibuje lo que nuestros juglares lograron hacer, quienes fueron más allá de lo que nosotros pensamos. Desde 1968, que se organizó el primer Festival de la Leyenda Vallenata, lo único que hemos hecho es defender lo tradicional.

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¿Cómo sería una sociedad sin vallenato?

No sería lo mismo, y esa es una de las preocupaciones que tenemos: que no nos vaya a pasar como con la ranchera. Si miras el proceso que tuvo la ranchera, te das cuentas de que lo comercial se la llevó, haciendo que uno tenga que redimirse a sus inicios, a aquellas personas que la hicieron grande, para poder sentirla. Nosotros no queremos eso. Mientras exista un semillero, una fuerza que venga arrastrando la parte tradicional sin olvidar la memoria, que es lo que defendemos como fundación, garantizaremos que la música tradicional vallenata perdure.

Puedes hacer una buena canción por medio de un computador, pero sin necesidad de vulgarizar la música. Se trata de solamente hacer un símil, que era lo que se realizaba antes. Por mucho tiempo el vallenato fue una historia cantada de los acontecimientos diarios. Por eso se refería a la amistad, el amor y la naturaleza. Cuando escuchas Luna sanjuanera o Río Badillo te trasladas, enseguida, a un mundo imaginario, que tiene una connotación muy grande. No hay necesidad de maltratar a la mujer a través de las canciones; nada de eso, sino hacerle una comparación muy linda, de que la naturaleza se conjuga con su cantonear, con lo que ella representa para nosotros. No es un mundo machista ni que cambia el orden natural, sino que lo conjuga con la vivencia de cada ser humano.

Una de las apuestas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, aparte de la preservación de lo tradicional, ha sido lograr que el vallenato sea la música más representativa del país. ¿Por qué?

Porque varios estudios, que se han realizado en diferentes oportunidades, han mostrado que por ejemplo la salsa tiene varios padres (algunos dicen que nació en Nueva York y otros en otros lugares). Si ves el caso de la guabina, en Ecuador se pelean su origen. Si nos trasladamos a la música llanera, Venezuela, y gran parte de otros países, aseguran que son de ellos. Sin embargo, hasta ahora en el vallenato no hay ninguna discusión de que es una música que nació en Colombia, que se gestó y se creó en nuestros campos. Lo mismo pasó con sus cuatro vertientes: el paseo, la pulla, el merengue y el son.

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LIBARDO(11201)05 de abril de 2023 - 04:17 p. m.
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