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“Si el artista no es vulnerable, es un impostor”: Carolina Zamudio

La poeta argentina es una de las participantes del Festival Internacional de Poesía “Luna de Locos”, que se lleva a cabo actualmente en Pereira.

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Jhon William Hurtado
28 de agosto de 2025 - 08:00 p. m.
La poeta argentina Carolina Zamudio es reconocida por títulos como "La timidez de los árboles" y "La extensión de un deseo".
La poeta argentina Carolina Zamudio es reconocida por títulos como "La timidez de los árboles" y "La extensión de un deseo".
Foto: Andrés Gómez
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El Festival Internacional de Poesía de Pereira “Luna de Locos”, continúa convocando a voces de distintas latitudes que encuentran en la palabra un espacio de resistencia, diálogo y creación. Entre los invitados de este año se encuentra la poeta argentina Carolina Zamudio, autora de La timidez de los árboles y La extensión de un deseo, dos libros que exploran la poesía en prosa desde un registro en el que lo íntimo se cruza con lo enigmático y lo onírico con lo cotidiano.

Zamudio nació en Curuzú Cuatiá, una ciudad del norte argentino. Según recordó, su infancia fue un territorio de descubrimientos: no abundaban los libros en casa, pero sí una tradición cultural marcada por la lectura de diarios los domingos y la música. “Mi padre nos introdujo al folclore argentino, el tango, la bossa nova y cierta música italiana. Esos momentos lúdicos, junto con el ritual de leer los suplementos literarios, fueron a la larga una forma de poesía fundacional”, señaló.

Su vida, atravesada por la errancia, también dejó huella en su escritura. El tránsito de su ciudad natal a Buenos Aires y, luego, a cuatro países en tres continentes, le dio una voz poética que mira el mundo desde la herida y la ganancia, desde la pérdida y la transformación.

Sus poemas suelen habitar un espacio entre lo íntimo y lo enigmático. ¿Cómo dialogan en su escritura la claridad y el misterio?

Me interesa el enigma, dejar un espacio abierto en el poema para que lo complete el lector. Intento la claridad desde lo formal, pero busco crear imágenes más ambiguas. Mis poemas, en general, no son narrativos; por eso el enigma se vuelve parte natural de ellos.


En la poesía de Carolina Zamudio, existe una sensación constante de tránsito y ritualidad. Para ella, el poema puede ser un espacio ceremonial que organiza la memoria y conecta lo propio con lo universal. “La cotidianidad abreva en lo ritual, en eso que podría ser el inconsciente colectivo o ciertos rasgos medio mágicos”, explicó.

El silencio, como en otros poetas, es un protagonista en su escritura. “La música en la poesía es todo. El silencio sucede para que el resto en la poesía sea. No concibo un poema sin ritmo”, sostuvo. Esa búsqueda la llevó también a habitar la vulnerabilidad como motor creativo: escribir sin censura, sin imposturas. “Si el artista no es vulnerable es un impostor”, afirmó.

Cuando un poema suyo llega a los lectores, ¿qué le interesa más: que comprendan su sentido o que experimenten su atmósfera?

Eso no debo responderlo yo. Cada uno se acerca a la poesía con sus propias inquietudes. Sí creo que, en la poesía, más que en otros géneros, erigir un mundo creativo que cautive los sentidos puede ser en sí mismo el gran acierto.


En su obra, lo onírico ocupa un lugar privilegiado, especialmente en sus libros en prosa. Para Zamudio, los sueños son una realidad paralela, rica y sustancial, que complementa lo consciente: “¿Por qué no integrar ese mundo en la creación, esa perspectiva que nos acerca a sucesos y sensaciones que la conciencia plena esconde?”.

Si su poesía fuera un territorio, ¿sería un lugar fijo o un mapa en constante transformación?

Sería un árbol de tronco firme, raíces profusas y ramas que elevan sus brazos al cielo tanto como deslizan sus hojas y flores a la tierra, con arrebato o en calma.


Su vínculo con Colombia es profundo: vivió en el país durante cuatro años y participó en diversos festivales de poesía. Regresar a Pereira la llenaba de expectativa. “Admiro la tradición poética colombiana y el empeño que le ponen no solo a la creación, sino a la gestión cultural. Me sorprendió gratamente la invitación a ‘Luna de Locos’ porque sé de la valía del festival y de su camino ascendente. Espero estar a la altura y sumar desde mi lugar para que este gran festival siga sembrando cada año, como debe ser, como debemos hacerlo todos quienes creemos en este sueño loco que es la poesía”.

Por Jhon William Hurtado

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