La historia detrás del poeta que se robó los aplausos en Cannes y en Colombia

Todo comenzó con el entorno de la poesía en Medellín. De ahí fue que Simón Mesa Soto, director de la galardonada película “Un poeta”, comenzó a unir las piezas para el largometraje que se estrenó en las salas de cine colombianas el 28 de agosto. El director sabía que quería hacer una película con ese ambiente, luego de haber asistido a lecturas de poesía y otros eventos. Sin embargo, los elementos y temáticas que se abordaron con la historia de Óscar Restrepo entraron a hacer parte del rompecabezas más adelante.

Los años pasaron y Mesa estrenó su primera película, “Amparo”. “Hacer cine es un proceso bastante complicado, largo y complejo y es muy bello también, pero hay momentos de frustración y al final de esta película y justo en la pandemia sentí la duda de si volvía a hacer una película o si renunciaba al cine. Ahí empecé a penar en qué me convertiría y si sería un ser frustrado si cortaba mis ambiciones con el cine”, reveló en una entrevista para El Espectador.

Imaginarse en esa situación llevó a Mesa a comenzar a desarrollar la historia que se convirtió en “Un poeta” y fue a través de la poesía y ese entorno en Medellín que encontró el vehículo para explorar las ideas que rondaban por su cabeza. “Encontré con este poeta como la forma de retratarme a través de la frustración”, aseguró. Sin embargo, más allá explorar estas temáticas y hacer una película sobre “mi yo del futuro si fracaso”, Mesa buscó “salirse de los moldes”, afirmó que quería “revolcar el lenguaje o la forma como venía haciendo cine y quería hacer algo que no conocía o no existía, algo raro e impredecible y conectar con mi yo joven cuando sentí esa pasión y esa inquietud tan vibrante a los 20 años cuando descubrí el cine”.

La trama de “Un poeta” no se queda solo en explorar las temáticas que se imaginó Mesa, aunque, según contó, todos sus dilemas terminaron convirtiéndose en el personaje y el filme. Para abordarlos y cumplir su objetivo de reconectarse con aquello que lo enamoró del cine, el director recurrió al humor y la comedia. “Pensé que si me voy a dedicar cuatro o cinco años a hacer una película, me voy a reír de esto e iba a disfrutarlo. Cuando escribía me reía, también cuando la rodamos, porque la idea era dejar entrar la comedia de frente por todas partes y también pensar en esta idea de que mientras la película tenía un valor artístico, no dejara de ser popular o que no fuera esquivo a la audiencia”.

En busca del poeta

Una parte clave de este proceso fue encontrar a la persona correcta para encarnar al personaje principal: Óscar Restrepo, un poeta que encontró el éxito, pero este se esfumó rápidamente y, con el paso de los años, no volvió a encontrar la gloria. Tras una larga búsqueda, el poeta de Simón Mesa se encontraba en el municipio antioqueño del Carmen de Viboral.

Ubeimar Ríos nunca había actuado, su trabajo como maestro no lo había acercado a las esferas de la actuación. Sin embargo, según relató a El Espectador, las cosas se dieron “por cosas de azar”. “Un sobrino de mi esposa tuvo la oportunidad de acercarse un poco al guion y él, al ser amigo de Simón, vio que ese personaje podía ser mío. Le comentó a Simón y me convencieron de presentar el casting. Además, me motivo que mi hija es actriz”.

Pasaron los días y los meses y Ríos se olvidó del asunto. Un año más tarde, lo llamaron para hacer la audición con libreto en mano, a los tres días se enteró de que había sido elegido para interpretar a Óscar Restrepo.

Ríos contó que, una vez tuvo el libreto final, sintió mucha empatía con su personaje, pues tuvo que ver con “ciertos rasgos de la personalidad y de lo que se hace en la vida que tenemos los dos. Óscar amante de la poesía, Ubeimar Ríos también. Óscar, fracasado en literatura, quien les habla también. Óscar y yo en la década de los 90 tuvimos la posibilidad de tener cierto reconocimiento porque nos ganamos premios de Casas de la Cultura y una publicación ahí. A los dos nos gusta el licor y por esas similitudes tuvimos una relación intrínseca durante la producción”, contó.

Las visiones del éxito y la frustración

Para Mesa, quien ya había sido reconocido en Cannes por uno de sus cortometrajes, el éxito y su percepción de este concepto se ha transformado en el sentido que “ha dejado de ser tan obsesivo”. Al principio su gran obsesión fue el cine, sus procesos y resultados. Pero, ahora, “he encontrado que la figura del éxito que uno cree que es no necesariamente es lo que uno lo llena. Con las películas he tenido momentos de un festival o momentos donde hay reconocimiento, pero no necesariamente son los momentos que recuerdo como los más felices, por así decirlo. Son procesos y obsesionarse con eso, en realidad, no te da esa paz necesariamente. El proceso creativo debe disfrutarse primero que todo, así uno no obtenga lo que buscaba”.

Con su experiencia como profesor de filosofía durante varios años, Ubeimar Ríos encontró otra arista para conectar con su personaje. Al preguntarle por su filosofía de vida, el profesor convertido en actor se refirió a sí mismo como un epicureísta, alguien que, en sus palabras, considera que la felicidad está en la filosofía y que, al mismo tiempo, “uno de los asuntos más importantes que podemos tener en la vida es la amistad”. También aseguró que ha sido un gran seguidor de Arthur Schopenhauer, “en ese sentido de que la vida es un eterno sufrir y de alguna manera llevamos ese sufrimiento a cuesta, es como un cierto pesimismo, que nos da también el hecho de observar esas realidades tan absurdas que nos toca ver”, dijo.

Frente a la frustración como una de las temáticas abordadas en la película, Ríos consideró que ha abordado momentos así en su vida sin quedarse en ellas. “Las frustraciones son como las alegrías o como los éxitos que pueden ir y venir, lo que nosotros hacemos es que cuando estamos frustrados porque las cosas no nos salen como queremos, lo enviamos a un lado porque no nos quedamos ahí. Tratamos de hacer cosas para salir de ese tipo de estados, y esas cosas tienen que ver muchas veces con el arte, con la gestión cultural, con la lectura, huimos de las frustraciones gracias al arte en muchas oportunidades”.

La película “Un poeta” recibió en el Festival de Cannes el premio Un certain regard (Una cierta mirada), el segundo más importante de este certamen. Desde entonces, ha recibido diversos elogios de la prensa a nivel nacional e internacional. Desde el 28 de agosto se puede encontrar el segundo largometraje de Simón Mesa Soto en las salas de cine colombianas.