Juan Manuel Santos, entre la espada y la pared: ¿Llerismo o gavirismo?

Desde el VII Congreso del Partido Liberal, en septiembre del año pasado, el expresidente César Gaviria ha venido lanzando duros cuestionamientos contra el jefe de Estado. Ha dicho que no garantiza unas elecciones “sin cartas marcadas”.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
-Lorena Arboleda Zárate / @LorenaArboleda8
09 de marzo de 2018 - 04:48 p. m.
El presidente Juan Manuel Santos ocupó el ministerio de Comercio de Exterior en el gobierno de César Gaviria, recién creado ese puesto. Entre tanto, Germán Vargas Lleras fue su vicepresidente y su abuelo, Carlos Lleras, director de El Tiempo, de la familia Santos.  / Archivo
El presidente Juan Manuel Santos ocupó el ministerio de Comercio de Exterior en el gobierno de César Gaviria, recién creado ese puesto. Entre tanto, Germán Vargas Lleras fue su vicepresidente y su abuelo, Carlos Lleras, director de El Tiempo, de la familia Santos. / Archivo
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

El divorcio entre el presidente Juan Manuel Santos y su mentor, el expresidente liberal, César Gaviria Trujillo se veía venir. Al fin y al cabo, dicen que el alumno supera al maestro. Y el presidente Santos sí que ha sabido cómo jugar sus cartas. Por ejemplo, logró, en 2010, ser el ungido del expresidente con mayor popularidad en la historia reciente de Colombia, el actual senador Álvaro Uribe Vélez y, años más tarde, supo manejar su posterior distanciamiento, al punto de haber logrado, sin su apoyo, la reelección presidencial en las elecciones de 2014.

Por eso, la discusión que han venido cazando Santos y Gaviria también saldrá parece ser una historia que se repite. Este tipo de disgustos, en todo caso, no son atípicos y, menos aún, en medio de un proceso electoral en donde se pondrá en juego la continuidad del establecimiento, que se pelea el cargo más importante del país con un candidato que, aunque viene liderando las encuestas de intención de voto, es absolutamente contrario a lo que ha sido la forma de gobernar en Colombia, como lo es Gustavo Petro.

(Lea: El partido Liberal se despedaza a pocas semanas de las elecciones)

Pero ¿qué pasó para que el director de la colectividad roja y el presidente Santos rompieran relaciones? Este viernes, se conoció un comunicado del expresidente César Gaviria en el que rechaza, de manera vehemente, la supuesta intervención del jefe de Estado en los comicios presidenciales del 27 de mayo. Su molestia radicó, básicamente, en que el presidente Santos hubiese invitado este jueves a la residencia presidencial al actual representante a la Cámara del liberalismo por el departamento de Antioquia, Iván Agudelo, en donde se habrían tocado temas de cara a las elecciones.

“Quiero dejar sentada mi protesta ante el presidente Juan Manuel Santos por invitar a una persona de altas calidades como el Dr. Iván Agudelo, a reuniones donde, supuestamente, van a tomar decisiones de mecánica electoral después de las elecciones del domingo, las cuales el Partido Liberal no reconoce ni reconocerá”, dice Gaviria. Y más aún, se va lanza en ristre en contra del exministro Juan Fernando Cristo a quien acusa, sin mencionarlo directamente, de pretender quebrantar la unidad de la colectividad y lo tilda de “mal perdedor”, cuando salió derrotado en la consulta popular del 19 de noviembre de 2016.

(Lea: Lástima que el presidente Santos no garantice una elección sin cartas marcadas: César Gaviria)

El candidato presidencial del liberalismo también levantó su voz de protesta. En una carta abierta, Humberto de la Calle Lombana, afirma sentirse engañado frente al objetivo del encuentro en la Casa de Nariño con algunos candidatos al Congreso pues, según él, la intención era hablar de alianzas futuras entre quienes acompañaron y acompañan el Acuerdo de Paz. No de coaliciones “de las que hagan parte viejos enemigos del proceso de paz, ni tampoco aquellos que, pese a haber hecho parte del gobierno en altas posiciones, cambiaron de bando a última hora”. En pocas palabras, la insistente crítica que le ha hecho al exvicepresidente y hoy candidato presidencial, Germán Vargas Lleras.

Así las cosas, los enemistados de hoy están divididos en varios bandos: el expresidente César Gaviria y el candidato presidencial de las huestes rojas, Humberto de la Calle, de un lado. Del otro, el exministro Juan Fernando Cristo, que no quiere nada con el director de su partido y, finalmente, Germán Vargas Lleras quien, pese a haber sido parte de los dos gobiernos de Juan Manuel Santos, se convirtió en aspirante a sucederlo, criticando su principal bandera: el proceso de paz de La Habana. La pregunta es ¿de qué lado está el presidente Santos? La historia, paradójicamente, lo pone en todas las orillas.

Las jugadas políticas de Santos

Al expresidente César Gaviria el presidente Santos le debe su primer salto a la vida política en las altas esferas. Cuando el segundo era subdirector del diario El Tiempo, el entonces mandatario liberal lo nombró, en 1991, como su ministro de Comercio Exterior. Una cartera recién creada. Al año siguiente, apoyó su elección en el Congreso como designado presidencial. En otras palabras, si César Gaviria se hubiese retirado parcial o definitivamente del gobierno, su reemplazo habría sido Juan Manuel Santos, convirtiéndolo en el presidente de la República.

(Lea: El liberalismo y sus crisis históricas)

En esa época, ya su exministro del Interior, Humberto de la Calle era precandidato presidencial y terminó siendo la fórmula vicepresidencial de Ernesto Samper en 1994. El mismo año en el que Gaviria se convirtió en el secretario general de la OEA. Entre tanto, convertido Samper en el presidente de Colombia, De la Calle se vuelve su vicepresidente. Juan Manuel Santos se va para la Fundación Buen Gobierno y, desde allí, ejerce la oposición al gobierno de Samper.

Por esa época, Germán Vargas Lleras constituye su actual partido, Cambio Radical, asumiendo las banderas de su abuelo, el expresidente Carlos Lleras Restrepo. Y Cristo, el otro protagonista de esta historia, fue nombrado vicecanciller del expresidente Samper, luego de sufrir el fuerte golpe que le propinó la muerte de su padre, Jorge Cristo, a manos del Eln en 1997.

Las cosas toman un rumbo distinto un año después, cuando Andrés Pastrana es elegido como el presidente de Colombia, cobijado por el Partido Conservador. De la Calle es designado como su ministro del Interior y Juan Manuel Santos como su ministro de Hacienda. El exministro Cristo regresa al país, tras haber ocupado la embajada en Grecia y busca una curul en el Legislativo en representación de su departamento: Norte de Santander.

En 2002, cuando el país elige por primera vez a Álvaro Uribe como presidente de la República, César Gaviria deja la Secretaría General de la OEA para convertirse en el director del Partido Liberal y en principal opositor al gobierno recién electo y Cristo hace lo propio desde el Congreso. Entre tanto, De la Calle se dedica a ejercer el Derecho. Germán Vargas Lleras apoya el primer gobierno de Uribe, pero le retira su apoyo para el segundo. Juan Manuel Santos crea el partido de la U, logra la reelección de Uribe y se vuelve su ministro de Defensa.

Ya en 2010, Santos se vuelve presidente, Simón Gaviria director de Planeación Nacional, Gaviria los apoya, De la Calle se vuelve el negociador del gobierno en los diálogos de paz, Germán Vargas se vuelve ministro del Interior y de Vivienda en el primer gobierno, y en el segundo pasa a ser vicepresidente. Y Juan Fernando Cristo se vuelve un baluarte del Gobierno en el Congreso al punto que llega a ser el presidente de la corporación.

El presidente Santos, en su trayectoria política, recuerda que, en el gobierno de Eduardo Santos, entre 1938 y 1942, el ministro de Hacienda fue Carlos Lleras Restrepo, abuelo de Germán Vargas Lleras, quien estuvo en dos etapas y, en el intermedio, ocupó la dirección de El Tiempo, de la familia Santos. Santos ratifica, una vez más, que la política es dinámica.

Ahora, ad portas del debate electoral para definir a la persona que lo deberá suceder, se enfrenta a dos grandes decisiones: acompañar la candidatura de Germán Vargas Lleras quien, pese a las críticas en contra del Acuerdo de Paz, cuenta con altas probabilidades de triunfo a una segunda vuelta o, por otro lado, irse con De la Calle, el elegido de César Gaviria y el hombre que sacó adelante las conversaciones de paz con la hoy desarmada guerrilla de las Farc.

Ambas posibilidades representan hoy, para el presidente Santos, una larga trayectoria política que no puede desconocer. Menos aún, obviar el “primer empujón” que recibió de Gaviria cuando apenas arrancaba su carrera en la vida pública en la década de los 90. ¿Qué decidirá el jefe de Estado? Eso sólo lo dirán los hechos, porque la respuesta jamás saldrá de su boca.

Por -Lorena Arboleda Zárate / @LorenaArboleda8

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.