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¿Cómo era Bogotá, no solo en lo político, social o económico, sino en lo artístico, en los años 90? Esta es la pregunta que intenta responder el productor Mauricio Leiva-Cock, junto a los directores Ana Katz y Pablo Stoll, en la primera serie original de Movistar Play para Colombia: Ruido capital. (Le recomendamos: Paco León: “Bogotá en los 90 era maravillosa”).
La producción, que consta de seis capítulos, narra cómo en medio del narcotráfico y asesinato a líderes sociales y candidatos presidenciales, una generación, que no podía jugar en la calle por temor, encontró en la música una escapatoria a la cruel realidad de la época. La fría, desorganizada e indiferente Bogotá por fin se convertía en la capital cultural del país, la cuna de los artistas, bohemios y soñadores.
En esta serie, Mauricio Leiva-Cock explica cómo la música se convirtió en el vehículo de una generación para confrontar la violencia de la época. Entrevista con el productor.
¿Cómo nació “Ruido capital”?
La inspiración inicial de la serie era darle un tributo a todo ese sonido que se estaba generando en el momento histórico de los años 90, que fue doloroso para el país, pero que sembró la semilla de todos los sonidos que hoy escuchamos.
¿Cuál es la importancia de la música en esta historia?
La serie narra cómo la música y las artes son un vehículo para afrontar estos contextos de violencia. La cultura es la mejor manera para confrontar la violencia que hemos vivido y seguimos viviendo. No es una serie política, es una comedia, pero sí trata sobre esto porque cuenta la historia de unos jóvenes que encuentran en la música una manera de enfrentar la realidad bogotana de los años 90. (Le recomendamos: Aterciopelados estrena el video "Los 90").
Se podría decir que es una serie con tintes biográficos…
Sí, no sólo de mí sino de mi hermano y de mis amigos. Traté de hacer un retrato de unas experiencias muy personales que me llevaron a explorar la música en un nuevo entorno y también quise reflejar cómo esas amistades fueron ampliando mi gusto musical, pero cada personaje, de una manera u otra, es una mezcla de mis mejores amigos, la verdad.
El eje principal de la serie es la música. ¿Qué tipo de agrupaciones escuchaba en ese entonces?
Aterciopelados, 1280 Almas, La Derecha, Mano Negra, Todos tus muertos, The Clash, La Etnnia, entre otros.
Los 90 fueron una época de arte y violencia. ¿Cuál es el objetivo narrativo de esta serie?
En gran parte tiene que ver, de nuevo, en cómo la música y la cultura son los vehículos o las mejores maneras para confrontar nuestra realidad. Como el medio artístico, sea el arte, música, cine, literatura, televisión, son las mejores maneras para nosotros mismos cuestionarnos sobre nuestro pasado, presente y futuro. La música y la Bogotá que explora esta serie es una que estaba en conflicto y que, asimismo, estaba buscando una mejor respuesta a la violencia para expresarse.
Los 90 fueron un momento histórico que marcaron a Colombia por completo: Pablo Escobar, Jaime Garzón, Los Aterciopelados, el 5 a 0 contra Argentina, como que son hitos no solo de mi generación sino de la historia colectiva colombiana. Nosotros siempre éramos vistos como el país de las drogas y, de repente, la música se volvió como una muy buena marca de identidad.
¿Qué producciones utilizó como referencia para crear “Ruido capital”?
“Freaks and Geeks”, “Gueros” y “25 Watts” fueron un punto de referencia. La verdad en Colombia el tema de la adolescencia, aunque ha sido tratado en distintas maneras, nunca se había enfocado de este modo como lo hacemos en “Ruido capital”.
Hacer una serie que sea comedia pero que al mismo tiempo esté cuestionando el contexto histórico no era una cosa fácil, entonces, por eso en gran parte buscamos un poco de ayuda afuera, para que le dieran un poco más de objetividad a la cosa. Pero, la mayor referencia fue la música, el ruido musical, yo pasaba horas escuchando a las bandas que te mencioné anteriormente para escribir la serie. Es un poco irónico que la serie esté saliendo en el momento en el que Bogotá está más callada que nunca.