Andrea Serna aceptó el reto de “The Wall"

Hernán Puentes

Tuvieron que viajar a Brasil para hacer el programa. ¿Cómo fueron las grabaciones de “The Wall”?
Estábamos a las afuera de São Paulo. Se hizo de esa manera porque es un set muy grande y ese muro no cabía en ninguna parte. Los dueños del formato armaron un muro para toda Latinoamérica en Brasil y a finales del año pasado todos los países viajamos a grabar. Era un tema logístico y de infraestructura, porque tenían que construir un edificio de cinco pisos para poder tener el muro y era inviable hacerlo en cada país. Fue una gran experiencia porque grabamos con un equipo multicultural, personas de Argentina, Brasil, Uruguay y Holanda, más nuestro equipo.
¿Por qué el lema del programa es “el muro que cumple sueños”?
Hay algo muy lindo detrás de todo esto, que no es entregar dinero porque sí, sino que las parejas que fueron a jugar con el muro tenían fines sociales y querían ayudar a alguien.
Hubo otras ediciones del programa en Alemania, Estados Unidos y Francia. ¿Las vio?
Vi varias para preparar la audición como presentadora. En el canal me entregaron el programa de España y el de Estados Unidos, que me sirvieron para ver cómo funcionaba. Cuando me confirmaron que sería la anfitriona, antes de viajar a São Paulo estuve viendo formatos de todo el mundo para tener clara la manera en la que se maneja el muro. No es un programa que se pueda preparar tanto, porque depende de la manera de ser de los participantes.
Un participante debe tener cultura general, intuición y suerte. ¿Por qué?
Las preguntas de The Wall son esas cosas que en algún momento viste. Hay que tener también buena memoria y la capacidad de hacer deducción.
¿Qué fue lo más retador de grabar “The Wall”?
Lo primero es lograr que todo lo que suceda sea natural para el televidente, apropiarse del lugar y de cómo funciona. Hay que lograr cercanía con los participantes y acompañarlos en sus emociones.
El programa podría entregar cada noche $2.275 millones.
Si a una pareja todo le sale perfecto, podría ganarse más de $2.000 millones. Todo depende de cómo le vaya en el juego.
¿Fue complicado entender cómo funcionaba el muro y explicárselo a la gente?
Tiene su ciencia, sobre todo porque no todas las fases funcionan igual. Siempre que la persona conteste bien, sumará, pero van apareciendo nuevos elementos.
Cuando viajó a grabar tuvo que dejar a su hija Emilia, de tres años, en Colombia. ¿Cómo fue estar lejos de ella?
Pensé que iba a ser más duro. Cuando me dijeron que tenía que grabarlo por fuera del país, lo pensé, porque nunca había viajado tanto tiempo sin ella, y cuando tengo eventos intento no pasar más de una noche fuera de casa. Lo comenté en la casa, todos me apoyaron y armaron una agenda de actividades para Emilia. Creo que ella sintió que estaba en unas vacaciones. En los últimos días, cuando la llamaba por Facetime, no me miraba, estaba indignada.
Han sido muchos años en el espectáculo. ¿Cómo siente la relación con la televisión?
Es una relación de infinito agradecimiento. Aunque las cosas han cambiado y hoy hay otras formas de consumir entretenimiento, a mí me tocó la época más fuerte de la televisión. No estudié comunicación, sino que aprendí sobre la marcha. Todo lo que me ha pasado en temas laborales ha sido gracias a los momentos que he vivido en televisión.
Otra parte de usted es la moda. ¿Cómo es su relación con ella?
La moda es algo que me ha ido pasando. A raíz de los programas que he presentado tuve que aprender un poco más acerca de cómo verme. Eso me fue encarretando un poquito. Ahora lo veo diferente, tomo en cuenta la industria que hay detrás y valoro inmensamente el talento de los creadores colombianos. Ha ido evolucionando el concepto que tengo de ella y ahora la valoro más.