“Contacto total” es el programa de radio que creó hace diez años en Phoenix (Arizona). ¿Cómo ha sido el trabajo en esta década?
Es una opción que tiene la comunidad hispana para informarse y entretenerse, pero sobre todo para sentir respaldo. La idea es que la gente participe e interactúe, que se pueda ver beneficiada por los servicios del programa a través de los invitados que tenemos. Contamos con abogados de inmigración, de casos penales, de casos criminales; gente que asesora en temas de impuestos, de salud, de educación, todo ello para evitarles más inconvenientes como inmigrantes ilegales.
¿Qué tipo de casos atienden en su programa?
En Estados Unidos hay gente que vive situaciones de máxima pobreza. Hay otros que deben hacer su vida en tres kilómetros a la redonda de Phoenix, porque no tienen documentos migratorios, porque no saben el idioma, es gente a la que le da miedo salir. El inmigrante indocumentado es víctima de todo el mundo, desde el coyote o traficante que lo trae a Estados Unidos y que luego de ayudarle a ingresar lo extorsiona, hasta los empleadores que abusan de él al no pagarle prestaciones sociales o un salario, pasando por quienes prometen ayudarle a tramitar los documentos.
Teniendo en cuenta la situación política de Estados Unidos, ¿qué le conviene más a la comunidad latina en las próximas elecciones?
Arizona es un laboratorio de leyes antiinmigrantes, es el estado más racista, más discriminatorio de todo Estados Unidos. En los últimos años ha sido gobernado por republicanos que han adoptado la misma retórica nacional de oponerse a una reforma migratoria. Tristemente, el Partido Republicano ha hecho del tema migratorio, del sufrimiento de la gente, su botín más preciado para tratar de presionar al gobierno del presidente Barack Obama y sacar partido.
Aun así, ¿vale la pena seguir luchando por el sueño americano?
Creo que sí, a pesar de las dificultades y los cambios. Este es el país de los sueños, de las oportunidades, pero sólo si usted hace las cosas de la manera correcta, si su deseo es sacar su familia adelante.
¿Cuál cree que es el aporte de los colombianos a la comunidad estadounidense?
Aquí el colombiano es supremamente valorado, es visto con muy buenos ojos dentro de la comunidad inmigrante y la anglosajona. El colombiano es un excelente trabajador, por eso es tan apetecido. Nos consideran muy creativos, tenemos diferentes planes para resolver una situación. Bajo esa premisa, las puertas se abren para los colombianos.
De acuerdo con esa perspectiva, ¿está cambiando la imagen de los colombianos en Estados Unidos?
El narcotráfico es un sello indeleble que llevamos los colombianos, eso no ha cambiado. En cuanto al proceso de paz, la posibilidad de que la gente tenga un conocimiento más claro o más real de éste es difícil. La prioridad informativa en Estados Unidos está marcada en el 95% por la actualidad local y centroamericana.
¿Qué es lo que más extraña de Colombia?
Mi familia, porque ellos son mi soporte. También la calidez de la gente. Los latinos somos gente detallista, que te hace sentir bien. Aquí, en un encuentro multicultural, eso se pierde, la gente es distante por desconfianza o por formación cultural.
¿Tuvo que adaptarse al periodismo estadounidense?
Para quienes tuvimos el placer de ser reporteros en nuestros comienzos, de vivir el día a día, el choque fue grandísimo, además porque las prioridades informativas son muy diferentes en cada estado. Pero considero que el periodismo colombiano es supremamente cotizado. En los últimos años canales como Univisión y Telemundo han cambiado la forma de contar la noticia, dado que quienes están al frente son latinos. Es el caso de Daniel Coronell o Luis Carlos Vélez. Y creo que he intentado mantener esas bases en el programa, por eso lo considero exitoso, porque el buen periodismo es de fondo, no de forma.
Usted se inició cubriendo noticias nacionales, después se dedicó al periodismo deportivo y ahora transita por el periodismo social. ¿Cómo enfrentó cada uno de los cambios?
Siempre me ha inquietado desarrollarme en otros temas, por aquello de no quedarme estancado. Cuando estuve en el “Noticiero de las Siete”, Cecilia Orozco me dio la oportunidad de cubrir Bogotá. Luego, Carlos Antonio Vélez me llamó para que manejara la sección de deportes de “Noticias RCN”. Y después las circunstancias cambiaron en Estados Unidos: dejé de lado los deportes para dedicarme al periodismo social, porque me sentía más útil.
¿Qué otros proyectos vienen en camino?
Estamos trabajando en la versión impresa y digital del programa. La idea es que cada dos semanas circule el periódico en todo Arizona.