¿Cómo ha sido recibido el cambio de imagen de Almacenes Éxito?
Espectacular. Se rejuveneció la marca, ganó dinamismo y se encontró un signo. ¡Un signo de admiración!
Lleva más de 20 años como el líder de Almacenes Éxito. ¿Recuerda algún momento crítico para la compañía?
El incendio del Centro de Distribución fue el más crítico por todo lo que implicaba en nuestra logística.
¿Y uno inolvidable?
El mismo; al ver cómo nuestra gente trabajaba más de 60 horas sin dormir; cómo la empresa no se detuvo ni por un segundo y cómo fueron los clientes los que nos dieron ánimo para seguir adelante.
¿El Éxito aún se siente paisa?
Ahora somos más colombianos que otra cosa, estamos en más de 50 ciudades y cubrimos gran parte del territorio nacional. Aún así tenemos un saborcito internacional, accionistas de todas partes del mundo, y queremos llegar pronto con operaciones al Uruguay. Claro que el origen no se pierde.
¿Qué porcentaje de la empresa es de los franceses Casino?
Al 31 de diciembre de 2010 el Grupo Casino tenía el 53,89%.
¿Cómo le va con el francés?
Ahí más o menos. Entiendo al 100, hablo al 90 y me desenvuelvo en el mundo de los negocios. Es un sueño poder tener más tiempo para aprender un idioma tan hermoso.
¿A qué lugar fue difícil la llegada del almacén?
Hay veces que es difícil la conquista, pero siempre hemos salido adelante. Apartadó, Caucasia, Bello y Rionegro, son ejemplos.
¿Qué le queda al Éxito de su inicio como almacén de telas?
Algunas secciones que permanecen en ciertos almacenes. Pero creo que no es sano estar mirando siempre al pasado. Nos queda haber pasado de un almacén de 16 m² a más de 320 almacenes y más de 680.000 m².
¿Por qué el Éxito decidió apostarle a la compra de minimercados en los barrios?
Porque en los barrios también se necesitan los buenos precios, la seguridad alimentaria, la política de cambio sin hacer preguntas y surtido amplio y profundo. No los llamaría tanto minimercados sino mercaditos pequeños pero completos.
¿En qué se basa su filosofía de trabajo?
Visión, persistencia, estudio y delegar.
¿Qué es lo que más vende el Éxito?
Huevos, arroz y papel higiénico.
¿Y qué es lo que usted más compra en el Éxito?
Pijamas Bronzini, ropa Custer, productos Finlandek, todo lo eléctrico, electrónico y digital, el ciento por ciento de los productos de mercado y muchas Goticas de nutrición.
¿Cuánto le vale un mercado a Gonzalo Restrepo?
Esa pregunta hay que hacérsela a Helenita... compramos mucho en Carulla y Pomona.
¿Cada cuánto tiempo merca Gonzalo Restrepo?
Yo sólo hago ajustes. Me doy gusticos muy frecuentemente con la marca Casino y en las secciones de vinos. El mercado completo lo hace mi esposa.
¿Cómo le va con las listas de mercados?
En casa somos más bien frugales. Comemos bien pero muy sano y casi siempre lo mismo. Y yo almuerzo en la oficina todos los días para que me rinda el tiempo, y como estamos encima de un almacén ya se imaginará de dónde vienen todos los productos. La lista no es escrita pero casi siempre se repite y nos va bien.
¿Es más barato comprar en una tienda o en un hipermercado?
Por supuesto que en un hipermercado. Entre un 5% y un 7%.
¿Qué productos de la marca Éxito consume?
Muchos: aceite, papel higiénico, suavizante, jabón para ropa, margarina, filete de pollo, etc.
Su ritual para el trabajo.
Ejercicio en la mañana, muy temprano; citas y comités todo el día; lectura y respuestas de e-mails entre una y otra y, eso sí, 45 minutos de noticieros y descanso al medio día. Pero la puerta está abierta y recibo al que se presente.
¿A qué dedica el tiempo libre?
Al campo, a charlar con un buen amigo, a la familia, a la bicicleta, a la fotografía y a la lectura.
¿Tiene alguna afición?
Además de todas las anteriores, me gusta viajar, pero no saltando de un lugar a otro sino siempre en una sola ciudad.
¿Una música para relajarse?
Preferiblemente la de piano. Todos en la compañía saben que yo trabajo escuchando música y todos los que entran a mi oficina están acostumbrados.
¿Un lugar de Medellín que sienta propio?
Del Poblado a Envigado, todo. Crecí allí cuando eran potreros y fincas. Y en las afueras de Rionegro, a donde mis padres y abuelos me llevaban los fines de semana.
Qué le gusta de la capital antioqueña
Su gente; es alegre, descomplicada y servicial. Y cada vez mejor educada.
¿Montaría su oficina en Bogotá?
Todo depende. Podría ser. Pero hoy en día, con las comunicaciones como son, la oficina puede estar en cualquier parte.
¿Cuántas veces se monta en un avión al mes?
Digamos que unas 7 u 8 veces; pero largo, largo, una vez.
Su lugar de Latinoamérica preferido.
De las ciudades, Buenos Aires. Los Roques, en Venezuela, me parece un lugar hermosísimo.
¿Qué debe tener un buen gerente?
Debe ser un hombre sensible a la realidad social, que piense holísticamente, que integre y que, desde su función, busque alternativas para ayudar a la solución de los problemas de su país. Sabe delegar, confía en su gente, no se desvía de las metas y, en forma constante, lleva a su equipo hacia las mismas.