“No se vale dejar a un perro encerrado todo el día”: José Julián Gaviria

Diego Cuevas / El Espectador

José Julián Gaviria acaba de protagonizar una de las series con más sintonía de los últimos años: El Bronx. Tiene 24 años y es un fanático de los perros. Por eso tiene uno: Carlos, un bulldog de siete años que se ha convertido en su mejor amigo.

¿Por qué un bulldog?

Fue un capricho adolescente: yo tenía 17 años cuando lo compré; era el primer perro mío de verdad. En mi casa, mis papás siempre tuvieron perros, pero a Carlos lo escogí yo, me comprometí con él desde el primer día, lo he educado, es mi gran responsabilidad y mi gran compañía. Llevo siete años con él.

¿Los bulldog son una raza muy popular, pero también muy propensa a padecer diversas enfermedades… ¿Cómo ha sido este tema con Carlos?

Sí, eso dicen, pero él no ha tenido problemas; es un perro muy sano.

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¿Cómo fue el primer día cuando llegó Carlos a tu casa?

Fui a recogerlo con mi hermano en Chía, era una bolita blanca de dos meses. Ese día le compramos su primera cama y vivió con nosotros en la misma casa sus cinco primeros años. Luego nos pasamos a un espacio más grande, en donde se siente muy cómodo. Creo que es un perro feliz.

Al estar ocupado, con grabaciones, ¿no es enredarse la vida el tener una mascota?

Al contrario, un perro es la mejor compañía que puedes tener. Carlos sabe cuándo estoy triste, incluso hablo con él. No sé cómo explicarlo, pero si el perro está conmigo yo no me siento solo, es toda una terapia. Es muy diferente estar con un amigo u otro ser humano, los perros tienen algo muy especial que solo quienes los tenemos podemos entender.

¿Cree que es verdad que los animales entienden lo que sentimos?

Pues mi perro parece hacerlo. Carlos es muy tranquilo y aunque es muy social, no es de interacciones explosivas como otros perros que te saltan encima y ladran… Por eso lo escogí, esta raza es excelente compañía.

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¿Qué es lo que Carlos no tolera?

La soledad, le da durísimo estar sin alguien conocido cerca. Una vez tuvimos que viajar y lo dejamos con unos conocidos, nos contaron que lloraba todas las noches, no comía…

Lo mejor de tener un perro como mascota es...

Todo: la compañía, la complicidad, la incondicionalidad, la lealtad…

Y lo peor...

Viajar y no tener dónde dejarlo. He tenido malas experiencias con algunos lugares que se ofrecen como ideales para cuidarlos cuando no estás. Prefiero buscar a algún amigo o familiar que lo tenga mientras no estoy.

¿Su opinión sobre la humanización de las mascotas?

Respeto mucho lo que hacen las personas con sus animales, pero yo le hablo normal, le doy comida normal, lo saco a pasear, no soy de comprarle cosas que, creo, un perro no necesita.

Hacerles fiestas de cumpleaños, vestirlos, darles regalos de Navidad... ¿no estamos exagerando?

Creo que los perros no entienden eso, pero si celebrarle un cumpleaños o darle regalo de Navidad hace feliz al dueño, no veo por qué está mal.

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¿Una costumbre o hábito que “humanice” a Carlos y que no pueda dejar de hacer?

En realidad no soy yo, pero en mi casa le dan comida y eso no me gusta. Yo lo enseñé a comer de su plato y ellos le dan cosas y lo malcrían.

¿Es verdad que los dueños de perros no toleran a los gatos?

No, antes me caían gordos los gatos, pero he cambiado de opinión; quizá mi próxima mascota sea un gato.

¿Lo mejor que puede hacer una persona por su mascota?

Darle lo necesario: comida, cariño y compañía, no se vale dejar a un perro encerrado todo el día. Ellos necesitan salir, compartir con nosotros. Para eso los tenemos, ¿no?