No es muy fácil encontrar la verdadera razón para creer en el equilibrio que se da entre el ejercicio y la meditación. Aunque uno de ellos está orientado a mover una gran cantidad de energía, el otro sirve para calmar, desactivar y relajar el cuerpo, generando sensaciones de placer que permiten aliviar tensiones y “reiniciar” todo el sistema mental y corporal. Justo ahí es donde está la respuesta de trabajar bajo estás dos prácticas, encontrando incontables beneficios. Le puede interesar: Meditación guiada de 10 minutos para iniciar la mañana
La respuesta está en el cerebro. Cuando se practica una actividad física se generan nuevas neuronas, factor que permite que el ejercicio de meditación resulte muy positivo para quien lo hace, ya que es por medio de esta que se fortalecen las conexiones neuronales para ayudar al cuerpo físico a concentrarse, a comunicarse con él, y a entrar en estados de consciencia que analizan el potencial que tienen los músculos para responder ante los entrenamientos que se le exigen. No deje de leer: Meditación guiada para trabajar la paciencia
Escuche meditación guiada antes de hacer ejercicio
Meditar antes de hacer ejercicio es una buena herramienta para “aumentar la tolerancia al dolor físico”, expertos en el tema han afirmado que esta práctica termina programando el cerebro, a partir de la consciencia plena, haciendo que el dolor sea manejable y ayude a disminuir crisis de estrés o sentimientos de frustración que se dan durante las jornadas y/o entrenamientos. Allí, se transforman las vibraciones energéticas y se hace una conexión directa con la respiración para disfrutar está liberación de tensiones. Continúe leyendo: Meditación guiada para bloquear sentimientos de frustración
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