:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/SJeKOWA1JN03HTEyi8lMaMXtLjk=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/B2SQO6IPRFFIZPQ6G2YGT4OTD4.jpg)
El Cartagena Festival de Música es uno de los eventos culturales más importantes del país, en el que miles de personas asisten para aproximarse a los sonidos de la música clásica y así identificar el talento de los músicos nacionales e internacionales que brillan en el escenario en compañía de su voz y sus instrumentos. (Le puede intresar: Antonio Miscenà, el hombre que camina por la música)
Este año, el lema del evento se basa en dos palabras que guardan un significado bastante representativo en la historia de la música; el primero es "lo bello", término que Antonio Miscenà, director del Festival, explica como un concepto del arte clásico de la antigua Grecia al que se referían la mayoría de las corrientes artísticas de la segunda mitad del siglo XVIII, y que es fundamental en la música; mientras que el segundo hace referencia a “lo sublime”, que es una de las categorías estéticas asociadas a la interpretación de las obras de los primeros movimientos románticos, un sentimiento que se posa entre la consternación y el asombro, y que es clave para la interpretación del romanticismo temprano, incluso en la música. (Lea también: Antonio Miscenà, al estilo italiano)
A raíz de estas definiciones, la trayectoria de Franz Schubert (1797 - 1828) fue la más indicada para ilustrar, en esta edición del Festival, ese tránsito entre el clasicismo y el romanticismo temprano, dos corrientes estilísticas que coexistieron en la misma época y en las que el músico austriaco embarcará a los asistentes a un viaje al corazón de Viena. El musico compuso más de seiscientos lieder (composiciones breves para voz y piano), que unen la poesía y la música y las transforma en una sola, lo que lo convierte en uno de los primeros compositores románticos en la historia.
El director del Festival contó a El Espectador cómo llegó a la Fundación Salvi, organizadora del evento y por qué en esta edición quiso centrarse en la carrera musical de Schubert.
¿De dónde nace su pasión por la música clásica?
Mi familia siempre pensó que la música era una disciplina. Cuando yo nací había un piano en la casa y todos tocaban, así que siempre he tenido una relación muy cercana con la música, y aunque me apasionaba, cuando era joven empecé una carrera científica, pero luego la dejé y retomé la parte musical. Siempre he hecho organización de eventos musicales y he tenido mucha experiencia, es una pasión que he tenido toda la vida.
¿Cómo llega usted a la Fundación Salvi?
En 1997 yo era el director del gremio de instrumentos musicales italianos, y tenía una relación muy cercana con Victor Salvi, esposo de Julia Salvi, quien fue un arpista maravilloso. En 2010 me invitó al Congreso Iberoamericano de Cultura en Medellín, esa fue mi primera vez en Colombia, y en el 2013 empecé a trabajar para el Cartagena Festival de Música. El evento nació en el 2007, Julia y su esposo lo crearon porque sabían que festivales como estos también podían ser exitosos en Colombia, lo que yo he hecho es darle un toque un poco más europeo, entregué un soporte técnico un poco más profundo y he visto evolucionar el festival de una forma bastante satisfactoria.
Esta edición del Festival se enfoca en el paso del clasicismo al romanticismo, ¿por qué se tomó la decisión de enfocarse en ese tema?
Dos años atrás nuestro tema principal fue el clasicismo, y a la gente le interesó mucho, porque este periodo se acerca un poco más técnicamente a la música, así que pensé que no podíamos perder este patrimonio que habíamos adquirido en la edición de 2017 y decidimos que para la edición de 2020 íbamos a tomar elementos del clasicismo. De ahí nació todo esto de "lo bello y lo sublime".
¿Por qué quisieron que Schubert fuera el protagonista de la edición número 14 del Festival?
Fue un músico muy interesante, porque a una corta edad ya había producido un montón de cosas y fue un gran compositor de lieder, pensamos que esta sería una oportunidad perfecta para poder valorar toda su música instrumental como la sinfonía y la ópera... también quisimos mostrar que hay otro Schubert más allá de los lieder, que es interesante conocer, es música bellísima y qué mejor escenario que el del Cartagena Festival de Música para mostrar su talento a todos los asistentes.
Adquiera las boletas para el Festival y reciba tres meses de suscripción digital a El Espectador a través de: https://www.cartagenamusicfestival.com/es/content/paquetes-boletria/