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Willy García y el sueño musical de un niño de Buenaventura

El niño de Buenaventura que alguna vez soñó con cantar en el Coliseo de su ciudad fue nominado al Grammy Latino a Mejor álbum de salsa por su disco “El día es hoy”.

Andrea Barraza Cabana*
29 de noviembre de 2021 - 12:23 a. m.
William García Moreno, que más adelante fue rebautizado por Andrés Viáfara como Willy, creció en el barrio Alberto Lleras Camargo de Buenaventura, en el seno de una familia numerosa y humilde.
William García Moreno, que más adelante fue rebautizado por Andrés Viáfara como Willy, creció en el barrio Alberto Lleras Camargo de Buenaventura, en el seno de una familia numerosa y humilde.
Foto: Archivo particular

Las casas de madera alzadas sobre el mar Pacífico que inundaba la calle e impedía caminar, los niños descalzos, las caras largas, es una postal que se ve en muchos barrios de la costa pacífica de Colombia. En un barrio como este creció un niño que soñó con cantar en el coliseo de Buenaventura, pero su voz y su talento lo llevaron a encabezar las listas de las canciones más sonadas, ganar premios y el reconocimiento de un público.

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Estamos hablando de Willy García. Exintegrante de las orquestas Suprema Corte, Grupo Niche, cofundador de Son de Cali y nominado al Grammy Latino a Mejor álbum de salsa como solista.

William García Moreno, que más adelante fue rebautizado por Andrés Viáfara como Willy, creció en el barrio Alberto Lleras Camargo de Buenaventura, en el seno de una familia numerosa y humilde, pero alegre y musical. Su abuela se encargaba de organizar las reuniones familiares y se aseguraba siempre de que hubiera buena música. Creció viendo a su abuela y a sus tíos cantar entre baladas románticas y folclor del Pacífico.

Muchas veces salía para el colegio y en su casa faltaba el desayuno, y cuando volvía aún no había almuerzo, así que cantaba para entretener el hambre. Era lo único que lo hacía feliz. Con sus amigos del barrio armaba una orquesta con tapas de ollas, palos, tarros, botellas y todo lo que se les atravesara con lo que podían hacer música. Desde muy niño tenía muy claro que su sueño era estar en los escenarios y hacer bailar a la gente con su voz.

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Los inicios

A la edad de 15 años, Willy organizó una orquesta que llamaron La Combinación con unos amigos y un músico experimentado de Buenaventura llamado Guillermo Cabezas. Su repertorio incluía canciones de Frankie Ruiz, Eddie Santiago, Rubén Blades y todo lo que estuviera de moda en el momento. Alquilaban los instrumentos con los que se presentaban y tocaban en fiestas de empresas, fiestas de fin de año y cualquier otro evento que les resultara.

Las cosas iban bien con la orquesta; sin embargo, la comida seguía escaseando en la mesa y desde el norte llegaban los ecos de la bonanza gringa. El sueño americano era una utopía en el puerto, cada vez eran más frecuentes las historias de amigos que se fueron y triunfaron en el país del tío Sam.

En una presentación que hizo con La Combinación en una empresa ubicada en el puerto de Buenaventura, él y sus amigos hablaron seriamente de irse de polizones en uno de los barcos de carga. No sabían a dónde se dirigía, pero con seguridad llegaban a Estados Unidos o Canadá y cualquiera de las dos hubiese estado bien. Tenían panela, queso y agua para el camino. Ya todo estaba hablado. Después de la presentación se mezclarían con la tripulación del barco y se esconderían.

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En ese momento Willy García recordó las historias que contaban los marineros sobre los polizones. Los arrojaban vivos al mar si no los encontraban muertos de hambre en algún rincón del barco. Pensó en su familia que lo necesitaba y en una carrera que estaba arrancando, así que en último momento decidió quedarse en tierra firme.

Inteligente decisión. Al poco tiempo entró a hacer parte de la orquesta Integración Porteña, una orquesta de Buenaventura que estaba radicada en Cali. Con ellos estuvo un tiempo en la sucursal del cielo y fue adquiriendo cierto reconocimiento. En esta orquesta conoció a Andrés Viáfara, un hombre que cambiaría su destino en la música.

La sucursal del cielo le abre las puertas

En ese momento Andrés Viáfara era el director de la orquesta de Álvaro del Castillo y quedó flechado con la voz de este jovencito de Buenaventura. A principios de los 90, Viáfara empezó su orquesta Suprema Corte y mandó a llamar a Willy García para que hiciera parte de los coros, pero gracias a su talento se convirtió en uno de los primeros vocalistas de esta reconocida orquesta.

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Estuvo tres años con la Suprema Corte y grabó éxitos como Escombros, Porque fallaste y Quiero quedarme en ti, entre otros.

En 1993 grabó para un proyecto llamado Paraíso que compartieron Andrés Viáfara y Jairo Varela. Ese mismo año Varela le pidió hacer parte de su orquesta y comenzó una relación que cambiaría su vida y su carrera.

El preferido de Jairo Varela

Entró al Grupo Niche en calidad de corista y director vocal. Varela estaba en el proceso de creación del álbum Huellas del pasado (1995). Tenía muchas expectativas con este nuevo elepé por la delicadeza y profundidad de sus letras, pero estaba seguro de que Gotas de lluvia era el tema que se iba a llevar todos los honores del público mundial. Una vez más, no le falló el instinto.

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En el 94, mientras la orquesta estaba de gira, Varela, que nunca viajaba, se quedó en Cali a hacerle los arreglos al nuevo disco. Y aunque la canción estaba pensada para la voz de Charlie Cardona, Varela quería tener una guía de la voz, así que le pidió al que tenía más cerca, Willy García.

Grabaron hasta la madrugada, y exhaustos terminaron. Cuenta la leyenda que a la mañana siguiente Varela llegó a los estudios en su carro oyendo la canción a todo volumen. Ese mismo día Varela llamó a la prensa y anunció al nuevo cantante del Grupo Niche. Willy García pasó de ganar 300 mil a 800 mil pesos. No lo podía creer.

Willy García se convirtió en la voz favorita de Jairo Varela. Todas las grabaciones las quería hacer con él, incluso aceptaba sus aportes creativos, que para los que conocieron al director saben que no era algo común que pasara. El maestro era muy perfeccionista y celoso con sus creaciones.

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Con el grupo Niche Willy realizó siete producciones: Huellas del pasado (1995), Etnia (1996), A prueba de fuego (1997), Señales de humo (1998), A golpe de folklore (1999), Propuesta (2000) y Grupo Niche 20 años (2001). Indiscutiblemente sus éxitos más grandes en casi 10 años de trabajo fueron Gotas de lluvia y La magia de tus besos.

Nace un nuevo fenómeno de la salsa

Con la experiencia de haberse formado con los mejores, García ya se sentía capaz de abrir vuelo con sus propias alas. Así que junto a Javier Vázquez enviaron dos canciones que grabaron para Univisión con los arreglos de José Aguirre, extrompetista y exdirector musical de Niche. Así nació Son de Cali.

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Juntos hicieron éxitos nacionales e internacionales como Te Amo, Qué nos pasó, No quiero dormir. Estuvieron nominados a los premios Billboard, al Grammy Anglo, ganaron el premio Sesac en Miami y Premios Lo Nuestro.

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En el 2011 Willy García decide volver a empezar, pero esta vez por su cuenta. Empieza su carrera como solista con la trayectoria y experiencia que lo acredita. Ha compartido estudio y escenario con los más grandes de la música internacional: La India, Gilberto Santa Rosa, Maía y Sergio Vargas, entre otros.

Otro gran año

Durante la pandemia, Willy García grabó su cuarto álbum como solista El día es hoy lanzado en abril de 2021. Este álbum ha conquistado las listas de Latinoamérica. Lo veo y no lo creo conquistó el primer lugar. Se convirtió en el primer solista salsero de Colombia en alcanzar el Top Ten de la radio latina en Estados Unidos.

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Y las noticias no paran de llegar. En septiembre recibió una nominación al Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum de Salsa por El día es hoy. Compitió por el reconocimiento con Rubén Blades, El Gran Combo de Puerto Rico, José Gaviria y Gilberto Santa Rosa.

Ganó el maestro Rubén Blades, pero todos saben que Willy García, el niño de Buenaventura que alguna vez soñó con llenar un coliseo, viene ahí.

*De la Fundación Color de Colombia.

Por Andrea Barraza Cabana*

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