Una pasión por salvar vidas a ciegas
A veces las tragedias personales cambian y transforman las vidas para siempre, sin importar la edad. Cuando Walter Gálvez tenía diez años, su abuelo, una persona invidente, al cruzar una calle en Cartago, no se percató de que venía un carro a alta velocidad y el impacto fue tan certero que terminó con su vida. Él, desde entonces, se trazó la meta de evitar que otras familias pasaran por el mismo dolor que pasó la suya.
Ese ha sido su motor, su historia y su tragedia. Un impulso que lo llevó a ser finalista en la categoría de Tecnología e Innovación de Titanes Caracol 2021 con El Ojo de Dios. “El nombre se lo pusieron los policías. Al ver que el dispositivo detectaba para los peatones y avisaba la velocidad, distancia y en cuánto iba a pasar el carro, ellos dijeron que era como el ojo de Dios, que veía todo antes de que pasara”, cuenta Walter emocionado y explica que su innovación es un mecanismo que funciona con inteligencia artificial y se recarga con energía solar, lo cual le permite adecuarse a los semáforos. Eso es lo que ha pasado en Manizales, Buga y Chinchiná, tres lugares en los que las autoridades locales han ensayado pilotos.
Los siniestros viales son una tragedia diaria y constante. Cada muerte es evitable, ya sea por exceso de velocidad, mala señalización o imprudencia, casi todos los accidentes que ocurren en las vías son evitables, pero para quienes no tienen la vista la cosa cambia.
Esa solución es la que Walter vio en El Ojo de Dios, un dispositivo que sueña ver implementado en cada esquina y semáforo de este país, pero no por él, ni para que se invento sea el más comprado, sino para evitar más muertes. En Colombia al día mueren 17 personas en accidentes de tránsito. Walter espera que su ojo sirva para llevar esa cifra a cero.
Así se creó una red legal de compra de madera en Colombia
Los sueños pasan a ser realidad a veces con golpes de suerte. Un profesor le dijo a Juan Guzmán que su idea, de crear una red de compra y venta de productos forestales, tenía futuro. Juan, como cualquier emprendedor, se fue sin miedo y se ganó un pequeño recurso económico del Fondo Emprender, con el que montó su primer vivero, desde donde comenzó el trabajo con todas las asociaciones, viveros y agricultores de Colombia. “Al principio la gente cortaba estos árboles para sembrar otra cosas, y así poco a poco se fue gestando lo que hoy es Red Forestal”, cuenta Juan, cofundandor, una plataforma que hoy tiene más de 150 usuarios en el país.
Comprar y vender madera de forma legal se puede hacer a través de proyectos como Red Forestal, cuyo valor está en ser el primer aplicativo web para el comercio electrónico de madera legal y productos forestales no maderables del bosque.
En parte, Red Forestal ayuda a combatir la deforestación que hoy vive Colombia. La tala ilegal en Colombia ocasiona el 10 % de la deforestación, según los cálculos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Entre 2015 y 2017, la Policía incautó más de 64.000 metros cúbicos de madera ilegal, dando por resultado que la tala ilegal en Colombia ocasione el 10 % de la deforestación que sufre el país actualmente, según cifras del mismo instituto.
En un planeta tan afectado por la crisis climática, en especial en Colombia, donde la deforestación es una tarea pendiente, esta labor titánica de promover e incentivar la reforestación comercial y el comercio de madera legal ha hecho de Red Forestal un referente de innovación.
Salvando vidas, un rastreador para evitar más feminicidios
El feminicidio es un delito, y evitarlo debería ser un objetivo conjunto como sociedad. Por lo menos eso lo entiende Ana Viviana Espinosa, una mujer que después de padecer en carne propia abusos sexuales y violencia física decidió prevenir que otras mujeres pasaran por su misma situación y así creó Salvando Vidas, un dispositivo que manda emisiones de alerta, de geolocalización y hasta de grabación al ser accionado por la mujer que lo porta cuando está en peligro de acoso, abuso o feminicidio.
El dispositivo es tan pequeño, que se puede llevar en el llavero. Y Ana espera hacerlo “del tamaño de un botón”. Al activarlo, emite estas señales de alerta a tres contactos que la persona haya configurado, Ana predeterminó uno de esos para la Policía. Además de estas alertas, Salvando Vidas, que por ahora está disponible para celulares con sistema Android, también emite mensajes de S.O.S. a través de las redes sociales de cada mujer. “Cuando lo pusimos a prueba más de veinte amigos en redes me escribieron preguntando cómo estaba”, cuenta Ana.
Según un informe dado a conocer por la plata forma Change.org, 44 del total de mujeres asesinadas en Colombia durante esos siete meses de 2021 han sido declarados feminicidios, una cifra alarmante y triste.
Todo el desarrollo tecnológico lo ha hecho gracias a un laboratorio de innovación de la Universidad Nacional. Ana Viviana aspirar a ser una titán Caracol no solo por ella , sino para que Salvando Vidas sea una realidad y haga precisamente eso: logre salvar las vidas de miles de mujeres.
La posibilidad de cocinar con leña y carbón vegetal sin afectar el medio ambiente
Hace siete años, Ergonatura comenzó a realizar la elaboración de estufas artificiales ecoeficientes, que producen energía térmica para la cocción y energía eléctrica para diversos usos. De acuerdo con cifras que recita de memoria Alexánder Rojas, fundador de Ergonatura, en Colombia hay 1,6 millones de familias, ya sean afros, indígenas o campesinas, que cumplen dos condiciones: están muy alejadas de los cascos urbanos y cocinan todos sus alimentos con leña.
Fuera de lo tradicional que esto puede ser, la exposición constante a este tipo de fogones genera mucha presión sobre los pulmones por los gases contaminantes que produce la leña, además de las emisiones tóxicas al aire. “Hemos logrado llegar con nuestras estufas a muchas familias del piedemonte amazónico y la Orinoquia”, cuenta Alexánder.
Las estufas de Ergonatura buscan ser el producto estrella de una empresa que reduzca impactos en el medio ambiente, el cuidado de los bosques y la salud de millones de personas.
Su familia, como muchas otras, es el resultado de una historia de amor y tragedia. Alexánder perdió a dos de sus abuelos por afecciones respiratorias, producto de la exposición constante al humo que producen las estufas, una exposición solo por cocinar, por el simple acto de amor de cocinar a los otros. Hoy su lucha es por un mundo más limpio, una vida más sana y por ser conscientes de nuestra huella en este paso por el planeta, además de no dejar manchas imborrables al planeta.