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Finalistas de la categoría Tecnología e Innovación

Ideas ingeniosas para cambiar el mundo con tecnología

20 de diciembre de 2020 - 02:00 p. m.
Estos son los finalistas de la categoría Tecnología e Innovación de Titanes Caracol 2020.
Estos son los finalistas de la categoría Tecnología e Innovación de Titanes Caracol 2020.
Foto: El Espectador

Los sueños en realidad aumentada

Hay ocasiones en las que para que las ideas cobren vida requieren tiempo y un sentido de la oportunidad. La primera vez que a Alfonso Posada se le atravesó la idea de ser emprendedor fue en 2009, cuando asistió a un seminario y vio la realidad aumentada.

“Siempre he buscado forjar mi camino”, rememora. Al ver que no era el momento de la tecnología, porque no se podía masificar, porque la realidad aumentada necesita un smartphone, por eso Alfonso decidió hacer otros emprendimientos. “Tuve una academia de inglés, armé una red multinivel y formé una empresa de helados”. Todos esos proyectos hoy siguen vigentes. A finales de 2014 se dio cuenta de que con la cantidad de teléfonos inteligentes en Colombia era posible.

Así creó Playcard, un buscador de experiencias de realidad aumentada y virtual. Lo que ha hecho de esta aplicación algo distinto es que funciona de manera autónoma y descentralizada. Esto último es importante, porque así permite que otros emprendimientos y empresas logren acceder a esa visualización de contenidos digitales en cualquier entorno.

Como publicista tiene claro lo importante que es para un emprendimiento contar con respaldo. Ha trabajado con universidades, cadenas de comida y la exposición de vehículos en Ecuador.

“Las marcas son ese respaldo que te dan para seguir creciendo”.

Hoy Playcard está en el top 10 del programa Acelera región en el Eje Cafetero y espera ser el líder y convertir a Armenia en la capital de la realidad aumentada en el país.

Robótica que da sentido a la vida

David Bustamante creó sin querer My RoboTech, una escuela de robótica. Un accidente en octubre de 2018 lo hizo quedarse en su casa en Tuluá (Valle), compartir más tiempo con sus hijos y darse cuenta de que ese pensamiento de enseñar sobre robótica no era tan alocado. Esos seis meses en casa le sirvieron para darse cuenta de que entre un sueño y materializarlo solo está la acción, y eso hizo. Un mes después de su accidente ya estaba con un grupo de 20 niños en lo que denominó “Vacaciones robóticas”.

Y así comenzó a robarles el tiempo a niños que empezaron a creer que era posible elaborar un satélite que orbitara la Tierra o un carro que funcionara con energía solar, impresiones en 3D... Y así, entre ideas, sueños y circuitos a los cinco meses ya se encontraba con un grupo de sus estudiantes compitiendo contra otras escuelas del país y llegando al punto de ser campeón nacional de robótica. Un reconocimiento que los llevó hasta China. “Ir allá fue toda una odisea, una suma de esfuerzos de los niños, de sus familias, pero lo logramos, demostramos que aquí el talento sobra y que son muchos los niños que tienen potencial para destacarse en el campo de la robótica”.

Después de su recuperación hubo un recorte en la compañía y él quedó por fuera. Eso solo lo hizo dar el empujón definitivo. Hoy la escuela ha crecido, y David que es ingeniero mecatrónico decidió crear “Becas para genios”, un programa que les permite a estudiantes con menos recursos aprender de robótica. Ya van más de 200 niños que han pasado por la escuela. Y a pesar de lo que ha implicado para la educación estos tiempos de pandemia, cuenta con cerca de 40 menores que vía online siguen aprendiendo. Pero el sueño no para y espera poder abrir otra sede en Cali y así continuar fortaleciendo la curiosidad de aprender y hacer robótica de miles de pequeños que como él la robótica les entregó un sentido en la vida.

Espacios por emprender

Ser emprendedor estuvo durante más de 20 años en la mente de Sandra Loaiza, una pereirana que comenzó graduándose de tecnóloga, luego como administradora de empresas, hasta obtener el título de maestría en desarrollo humano. En su vida de estudiante fueron 20 años de trabajar en empresas del Eje Cafetero, hasta que dijo no más. Ese empuje de hacer algo por otros le dio vida a Sembrar Futuro, algo que ella llama una “incumbadora de empresas”.

Dentro de las muchas carencias que enfrenta un joven en Colombia están la falta de empleo, de estudios y las dificultades de constituir una empresa. Eso es lo que Sandra detectó.

“La falta de documentación no materializa las ideas”, dice Sandra mientras cuenta con orgullo cómo funciona hoy Crea, una plataforma que le permite a cualquier joven emprendedor organizar y entender cómo es el armado de una empresa y todos “esos términos administrativos que no se entienden”, resalta.

Crea ayuda a cristalizar sus ideas de negocio. “Cuando hicimos el primer prototipo nos dimos cuenta de que debía tener un lenguaje gráfico que apropiara fácil los conceptos administrativos de la academia. Por eso creamos un lenguaje muy visual y que fuese intuitivo”.

Hoy en Crea más de 1.000 jóvenes, con cerca de 500 emprendimientos, encuentran una plataforma en la que pueden hacerle seguimiento a su empresa y recibir entrenamientos por parte de diferentes coachs. En Crea se han formado miles de jóvenes del Eje Cafetero, una región con altos índices de desempleo. Lo que ha hecho Sandra es una labor titánica de casi 10 años buscando que otros tengan las oportunidades reales de convertirse en empresarios. Una economía del cambio.

Soñar con independencia

Este ingeniero electrónico encontró en una tragedia personal una oportunidad para ayudar a otros. En 1994, Faber Cortés fue una víctima más del conflicto armado en Colombia, por ese hecho perdió a su hermano y él quedó en condición de discapacidad de por vida. Tres años después de eso conoció a otras personas con discapacidad y en 2005 comenzó a estudiar ingeniería electrónica. En 2013 se hizo profesional y durante todos esos años se dio cuenta de las dificultades de movilidad en silla de ruedas.

En Antioquia hay más de 380 mil personas en condición de discapacidad, y de esas el 70 % se movilizan en sillas de ruedas. Es por eso que nació Wheels, que se presenta como una solución a estos problemas de movilidad. Con esta idea de empresa obtuvo un capital semilla con la Alcaldía de Medellín y fabricó dos dispositivos eléctricos que, según Faber, le “mejoraron la calidad de vida”.

Este es un emprendimiento social que se ha dedicado a mejorar la movilidad de las personas con discapacidad y en especial en lo empinadas que resultan las calles de Medellín, como las de otras ciudades de un país tan montañoso como el nuestro.

Wheels lo que ha hecho es convertir una silla de ruedas convencional en un triciclo eléctrico, un dispositivo que, según su creador, es “90 % compatible con todas las sillas de ruedas”.

Como proyecto a futuro con Wheels tiene el de constituir una planta en la que al menos el 5 % de sus empleados sean personas con discapacidad. “Lo ideal es que Wheels le permita generar empleo a personas que quizá no son apreciadas en el mercado laboral por su discapacidad”, dice Faber, quien cree fielmente en que su dispositivo les dará a millones de personas empleo y la posibilidad de conseguir ingresos a través de aplicaciones de mensajería. Y así, al igual que él encontró un camino con Wheels, otros puedan hallar el propio.

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