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La pandemia puso a prueba la capacidad que las sociedades tienen para recomponerse y encontrar soluciones que permitan generar oportunidades y desarrollo en todos los ámbitos. Y Bogotá no fue la excepción, pues la Secretaría de Desarrollo Económico ha realizado diferentes estrategias y acciones que han permitido que la capital siga siendo ejemplo en empleabilidad, vinculación de poblaciones minoritarias en ofertas de empleo, formalización laboral y un progreso económico que han sido gracias a la Ruta Bogotá Trabaja.
Bajo la sombrilla de esta ruta figura el programa Empleo Incluyente, el cual se planeó para incentivar la contratación laboral de las poblaciones de difícil empleabilidad, por medio de beneficios económicos a las empresas que contraten a las poblaciones con mayores barreras para conseguir empleo, barreras como la información sobre ofertas laborales, el mismo acceso a estas y la obtención de nuevos empleos.
“Terminamos identificando, además de esa dificultad de estos grupos poblaciones para conseguir un empleo formal, que existían dos grandes problemas: el primero, que hay en la ciudad empresas que no consiguen el talento humano que necesitan, pero porque están buscando de manera muy restringida en el mercado laboral, y el otro, que muchos segmentos poblacionales contaban con muy pocas oportunidades de acceso al mercado laboral formal, porque no tenían cómo lograr una cercanía para aspirar a esos trabajos”, explica Alfredo Bateman, secretario de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Bogotá.
Esta ruta de empleabilidad comprende un proceso de orientación ocupacional y la remisión de esas postulaciones a la oferta de servicios que se disponen desde las empresas, con el fin de volverlos más empleables.
El funcionamiento de Empleo Incluyente radica en que las empresas interesadas deben inscribirse en el programa, a través del enlace www.bogotatrabaja.gov.co, y firmar un contrato laboral de mínimo seis meses. A los tres meses de demostrar dicha vinculación, es ahí cuando la Alcaldía entrega incentivos por cada contratación realizada. El valor del beneficio va de $600.000 hasta $4′200.000, dependiendo de la condición de vulnerabilidad de la persona contratada y el término del contrato laboral que se firme. La idea es que cada uno de estos nuevos empleos logre beneficiar a las 19 poblaciones priorizadas, en los que están las rurales de la ciudad; víctimas de violencia de género, personas en pobreza extrema, con discapacidades certificadas, mayores de 50 años, y especialmente a personas trans y migrantes.
En palabras del secretario Bateman, en Bogotá, a pesar de ser una gran ciudad y contar con una amplia oferta de mercado, el primer paso que dan muchas empresas para llenar una vacante de empleo es a través de “referidos o recomendados”, limitando aún más el acceso a personas que pertenecen a los grupos poblacionales ya mencionados.
Los empresarios interesados pueden encontrar apoyo en la Agencia Distrital de Empleo, pero ahora el llamado está enfocado en que el tejido empresarial de la ciudad, alentados por estos incentivos y por la idea de que sea el tejido empresarial un protagonista de primer grado para así contribuir a una Bogotá mucho más equitativa y productiva.
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico, a la fecha se han registrado cerca de 1.300 empresas en Empleo Incluyente.
“Habla muy bien que el 85 % de las empresas que a la fecha están en el programa son micro y pequeñas empresas que desde ya están usando a la Agencia para encontrar personal y llenar sus vacantes”, cuenta Bateman.
Si bien una de las preocupaciones, no solo para los empresarios, sino también para los empleados, es la de no contar con las herramientas profesionales para desempeñar determinadas labores u oficios, Bateman asegura que esto puede tener un sentido positivo.
“Estos grupos poblacionales son variados, cuentan con diferentes formaciones y orígenes, eso hace que tengan saberes distintos y eso es positivo, porque si a eso se le agrega toda la capacitación que puede recibir por parte de una empresa, eso dará como resultado no solo más personas en empleos formales, sino un aprovechamiento de esos saberes diversos”, afirma Bateman.
Por un mercado laboral formalizado para todos y todas
No es un secreto que la capital es una ciudad que recibe con las puertas abiertas a cualquier persona, por lo que desde la Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá hay una meta clara y es la de disminuir las brechas de desempleo y mejorar la tasa de informalidad. Es así como desde 2019 se ha venido gestando una recuperación del 103,2 %, que se evidencia en los 3,9 millones de personas ocupadas entre marzo y mayo de 2023, que representan 153.204 más que en el mismo período de 2022, y si se coteja con los mismos meses de 2019, el aumento es de 123.705 empleados.
Todas estas cifras han sido logradas gracias a los diferentes programas que desde la Alcaldía se adelantan para mejorar los indicadores económicos. Esto ha facilitado que desde 2021 se hayan vinculado laboralmente a 100.000 ciudadanos, lo que evidencia que durante esta administración se han colocado siete veces más personas en la cadena de empleabilidad. Y en relación con los grupos etarios beneficiados, el 62 % son jóvenes de 18 a 28 años, 33 % adultos de 29 a 50 años y el 5 % restante lo ocupan mayores de 50 años.
Ahora el reto está en que se sigan cerrando estas brechas de acceso a empleos formales y que a largo plazo el tejido empresarial sea cada vez más protagonista en la construcción de una ciudad más equitativa y más productiva.