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El conteo regresivo para que deje su cargo ya empezó. ¿Cuál es su balance de gestión?
Cumplimos, le devolvimos la confianza a la institucionalidad. Nuestro verbo convocatorio —en la campaña y en el gobierno— fue creer. Cuando la gente tiene fe en sus gobernantes, se genera una solidez necesaria en la política. En ese sentido: le estamos cumpliendo a la ciudad.
¿Cuáles fueron los principales retos a los que se enfrentó y cómo los superó?
Los dos más grandes: la pandemia y la protesta social violenta. La primera la superamos con trabajo y con las organizaciones de base, eso nos dio buen resultado y poca letalidad. En este momento tenemos casi toda la población vacunada y somos referente a nivel país. En el segundo aspecto, afrontamos la protesta social con diálogo, paciencia, concertación y compromisos que estamos cumpliendo.
Asumió varios compromisos al inicio de su mandato. ¿Considera que los ha cumplido?
Desde el principio nos planteamos que Popayán sea más competitiva como ciudad y como sociedad. Queremos que tenga énfasis en turismo, emprendimiento, educación y mejoramiento de su infraestructura. Hubo retrasos, claro, pero fueron ajustes por lo que anotábamos de la pandemia y la protesta social, pero al final conseguimos esos resultados.
¿Qué iniciativas destacaría de su gestión?
Varias, empiezo con el impulso al emprendimiento. Más de 6.000 personas fueron apoyadas por esta administración con capital semilla, acompañamiento y ferias de servicio y promoción. Entre ellas, mujeres de sectores vulnerables y personas con discapacidad, jóvenes, adultos mayores, recicladores y población LGBTI, entre otras.
Hemos tenido éxito en la protección de nuestras mascotas con los centros de trabajo para el bienestar animal, el refugio que estamos terminando, la eliminación de las carretillas en Popayán y las jornadas de esterilización en las que hemos intervenido a más de 20.000 perros y gatos.
Le apostamos a sembrar más de un árbol por habitante, mientras mejorábamos la infraestructura vial. Entregamos 800 calles pavimentadas integralmente y ocho kilómetros de vías nuevas, entre otras intervenciones. Todo con una inversión en obra pública superior a los $500.000 millones que han generado empleo y disminuido la pobreza.
En su Plan Municipal de Desarrollo hizo hincapié en emprendimiento, competitividad, cultura y bienestar. ¿Las intervenciones de su administración se vieron reflejadas en el día a día de los payaneses?
Claro que sí, porque si hay más empleo, hay más oportunidades y más competitividad. Con lo que hemos hecho, la calidad de vida ha mejorado para quienes viven en la ciudad y quienes nos visitan, porque la solidaridad se traduce en acciones no solo con los mismos ciudadanos, sino también con los animales y el medio ambiente.
Tras pasar por la Alcaldía, ¿qué cualidades destacaría de Popayán?
La ciudad tiene un toque distinto, tiene magia. Visitarla significa un viaje en el tiempo. Tenemos oportunidades a nivel educativo, laboral y de patrimonio que incluyen también entornos naturales. Es una ciudad maravillosa que va más allá de la infraestructura, porque su gente ha sido clave para lo que viene en el futuro. Por aquí pasa Colombia entera y transitan las oportunidades, por esto el emprendimiento es importante para la generación de ingresos y el crecimiento del producto interno bruto (PIB).
Uno de los temas pendientes en materia de desarrollo sostenible es el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad. ¿Cómo se avanzó en ese escenario?
Somos una ciudad que está en el límite para crecer socialmente de manera equitativa con el medio ambiente, por eso todos los esfuerzos que se hagan en ese sentido son justos y necesarios. Construir el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) es un imperativo, lo dejamos adelantado al 90 % y esperamos que la próxima administración lo termine.
A su parecer... ¿Qué retos tendrá que afrontar el próximo alcalde?
Debe dar continuidad a los procesos que han sido asertivos y aportan a dar más competitividad a la ciudad con énfasis en lo que yo considero que hace parte de nuestro ADN: cultura, turismo y educación. Todo esto con lo que ya dijimos, por supuesto: el equilibrio con la naturaleza.