“Lo desconocido me emociona más que cualquier otra cosa”, decía Anthony Bourdain cuando se avivaban sus ganas de explorar terrenos que lo invitaban a poner su paladar a prueba. En vida se caracterizó por ser curioso, tener coraje y decir todo sin tapujos, con el único propósito de dejar sobre la mesa hallazgos memorables que exponían costumbres, sabores y diferentes formas de vida del mundo.
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Siempre consideró que la gastronomía debía ser un reto imparable, no solo para chefs, cocineros o aficionados a los fogones, sino también para los comensales, quienes según él “debían atreverse a tener el valor de abandonar lo familiar para abrazar lo nuevo con interés y mente abierta”. Así que cocinar algo que da miedo o respeto por complejidad o rareza, fracasar en busca de un aprendizaje o servir algo nuevo a otros y aceptar sus reacciones, sean positivas o no, hace parte de la arquitectura gastronómica.
Romper las reglar del sabor
Romper las reglas en la cocina es un acto de valentía que transforma la experiencia gastronómica en una exploración sensorial extrema. Es llevar al comensal más allá del confort del sabor esperado o la estética complaciente, hacia un terreno donde lo inquietante se convierte en parte esencial del plato.
En esta cocina innovadora, los sabores pueden ser tan delicados que casi pasan desapercibidos; las propuestas, a veces, resultan provocadoras o incluso inquietantes; y los ingredientes, poco comunes o extraños según la tradición cultural del comensal.
¿Vanguardias culinarias “extrañas” o realidades desconocidas?
En los últimos años, la gastronomía global ha entrado en tendencias que avanzan de manera acelerada. Allí la creatividad, la tradición y el atrevimiento se mezclan en los fogones de chefs y cocineros locales dispuestos a romper todas las reglas del paladar. Las cocinas del mundo, desde los salones refinados de Tokio hasta los mercados al aire libre de África oriental, han comenzado a poner en la mesa productos que, para muchos, resultan impensables. Ingredientes que desafían no solo el gusto, sino también ideas sobre lo que es comestible, aceptable o deseable.
En Asia, por ejemplo, la elegancia se combina con el peligro en platos como el fugu, un pez globo cuyo consumo puede ser mortal si no se prepara con precisión quirúrgica. Mientras tanto, en Corea del Sur, el sannakji, un pulpo que aún se mueve en el plato, desafía la relación con la comida viva. En Europa, los sabores fermentados de antaño resurgen con fuerza, como en Suecia, donde el surströmming, un arenque de olor penetrante y sabor extremo, se sirve con orgullo.
América Latina no se queda atrás. Las costumbres ancestrales vuelven a tomar protagonismo en recetas que muchos considerarían exóticas o extremas. En México y Centroamérica, se sirve con naturalidad el guiso de carne de iguana, y en los Andes, el cuy asado (conejillo de indias) es un receta cargada de historia. En África, los pueblos tradicionales como los masái mantienen viva la costumbre de preparar sopas con sangre de vaca mezclada con carne, una fuente de nutrición que se toma con solemnidad.
Después de leer esto, usted seguramente usted no se atrevería probar estos manjares, pero como la gastronomía es tan subjetiva, para todos los gustos hay. Tranquilidad: en este viaje usted puede decir no. Esa también es una respuesta. Lo cierto es que lo exótico no siempre está del otro lado del mundo; a veces se encuentra tan cerca como el plato del comensal dispuesto a cruzar sus propias fronteras.
Aquí va un recorrido por esa comida exótica que alguna vez puede pasar frente a sus ojos: para conquistarlo o, definitivamente, para romperle el corazón.
Balut
En países como Filipinas, Vietnam y Camboya, tanto locales como visitantes se encuentran con una receta tradicional que puede dejar perplejo al comensal: un huevo fertilizado de pato o pollo. Lo característico de esta preparación es que el embrión se cocina cuando ya ha alcanzado un desarrollo avanzado, con plumas, pico e incluso huesos formados. Estos huevos se hierven con el feto aún en su interior.
Tarántulas fritas
Camboya sorprende a los amantes de la comida con una propuesta llena de sabor: insectos a la parrilla que ofrecen una experiencia única de texturas. El secreto de esta receta está en su aderezo, una mezcla aromática de ajo y hierbas locales, que realza cada bocado. Servidos en bandejas de madera, estos bocados crujientes son populares a cualquier hora del día y forman parte del paisaje habitual en las calles del país.
Casu marzu
Es un queso tradicional de Cerdeña conocido por llevar la fermentación a un nivel extremo: contiene larvas vivas que ayudan a descomponer la grasa y le dan una textura muy blanda y un sabor intensamente fuerte. Considerado una excentricidad gastronómica, este queso ha sido prohibido en varios países por razones sanitarias, pero sigue formando parte de la cultura culinaria sarda.
kokoreç
Típico de los Balcanes, este plato combina intestinos de cordero asados y envueltos en mollejas, sazonados con hierbas y cocinados a la brasa como si fueran pinchos. Aunque visualmente es tentador, su sabor intenso no siempre agrada.A veces, lo mejor es no hacer demasiadas preguntas y simplemente probar, ya que, de no hacerlo, podrían surgir ciertos “mordiscos amargos”.
Boshintang
La sopa de carne de perro es un platillo considerado exótico debido a que su consumo ha disminuido notablemente en los últimos años y genera un intenso debate ético. A pesar de ello, forma parte de antiguas tradiciones culinarias en Corea, donde se creía que este caldo proporcionaba energía y vigor al cuerpo.
Escamoles
Los escamoles, originarios de México, son huevas de hormiga recolectadas de las raíces del agave y conocidos popularmente como “el caviar mexicano” por su exclusividad y textura suave y mantecosa. Este platillo exótico se prepara tradicionalmente friendo las huevas en mantequilla con ajo y epazote, y suele servirse en tacos o tortillas, ofreciendo una experiencia culinaria única y profundamente ligada a la gastronomía ancestral del país.
Después de leer esto, provocarse o definitivamente negarse a probar estas propuestas alguna vez en su vida, conteste el siguiente quiz con toda sinceridad y descubra qué tipo de comensal es:
Si te gusta la cocina y eres de los que crea recetas en busca de nuevos sabores, escríbenos al correo de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com) o al de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) para conocer tu propuesta gastronómica. 😊🥦🥩🥧