Cali siempre ha tenido fama de ciudad melómana. De ahí salieron algunos de los sonidos más importantes del país, como la salsa, y agrupaciones que marcaron generaciones, entre ellas Grupo Niche y Orquesta Canela. Aunque casi siempre fueron los hombres quienes escribieron esta historia, hubo una mujer que se abrió camino en medio de los amantes de la música. Se trató de Olimpia Solano, recordada como la coleccionista de vinilos más longeva y reconocida de la ciudad. Llegó a los 102 años rodeada de discos. Su apellido se convirtió en una referencia para el mundo melómano caleño, donde la familia Solano es vista como toda una institución.
Está historia resonó en dos jóvenes emprendedoras y las llevó a dar vida a Monte Olimpa, un proyecto inspirado en crear un espacio para melómanas y coleccionistas. Un lugar que no se quedó solo en lo simbólico, sino que pronto se convirtió en una plataforma dentro de la vida nocturna, pensada para DJs que buscaban representación. Desde sus inicios, también se propuso tejer redes entre mujeres y personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas, y aunque nació en Cali, no tardó en expandirse a otras ciudades del país, como Medellín y Bogotá
Según contó Juanita Carvajal, directora de Monte Olimpa y gestora cultural, en entrevista con El Espectador, después de muchos años en la escena de fiesta local, notaba que la mayoría de espacios estaban ocupados por hombres cisgénero. Desde el DJ hasta el fotógrafo o el personal de seguridad, casi todos los roles eran asignados a ellos, mientras que las mujeres y personas con identidades de género diversas rara vez eran tenidas en cuenta.
Fue entonces cuando Monte Olimpa se convirtió en un espacio que respondía a la falta de oportunidades de formación técnica para quienes no encontraban cabida en la escena. La idea, en sus palabras, era crear un lugar de amor por la música y de aprendizaje, donde además se compartieran herramientas sobre la industria. Un espacio pensado para formar gratuitamente a DJs, selectoras y melómanas con el fin de aportar a una cultura nocturna más inclusiva y segura.
Según explican las fundadoras, la idea es aumentar la presencia de mujeres y equipararla a la de los hombres, “porque existe la misma calidad musical, de formación, de educación y de coleccionismo en ambos casos”, señala Carvajal.
Además, relataron que, en cuanto a las diversidades de género, la representación puede ser amplia, pero depende desde dónde se mire. En su experiencia, enfocada en quienes trabajan en la noche vinculadas al arte y la música, esa presencia no es muy grande y, cuando existe, suele estar marcada por condiciones laborales precarias, acompañado de escenarios de prejuicios y riesgos de seguridad.
Los programas formativos que ofrecen incluyen talleres centrados en temas como: producción y realización de eventos, lenguaje musical, grabación y producción musical en vivo, salud mental para artistas, creación de espacios seguros para mujeres, personas trans y no binarias y con expresiones de género femeninas.
De acuerdo con Alejandra Gómez, directora de Biche Musical y cofundadora de Monte Olimpa: “El enfoque principal, a lo largo del proceso formativo, es abrir la conversación con los establecimientos nocturnos, desarrollando protocolos y certificaciones para crear espacios libres de discriminación y seguros, con talleres abiertos al público sobre estos temas”.
Para ello, la plataforma está realizando un estudio de las escenas nocturnas, en el que abordan los problemas estructurales que atraviesan la noche, desde la falta de protocolos hasta la salud mental, que, de acuerdo con ellas “son necesarios para sentirnos mejor entre todes”.
“Los espacios de fiesta, en la mayoría de escenas nocturnas, son donde más suceden discriminaciones, abusos sexuales y violencias. Por ende, necesitamos que no solo quienes asisten, sino también quienes organizan la fiesta, tengan mentalidades distintas, donde seamos conscientes del deber de cuidarnos. Un entorno donde el baile no sea una manera de ‘depredar a una presa’, sino, al contrario, un lugar para disfrutar y festejar, en vez de estar a la defensiva. Necesitamos generar espacios más seguros, donde podamos vivir una ciudad que realmente disfrutemos”.
Juanita Carvajal, directora de Monte Olimpa.
En relación con esto, hablaron sobre su directorio nacional, un documento que comenzaron a implementar con DJs mujeres, personas trans y no binarias que hacen parte de Monte Olimpa, junto con medios aliados y espacios seguros comprometidos con hacer de la fiesta un entorno más inclusivo para personas de todos los géneros, orientaciones sexuales y con discapacidad.
En el marco de esta iniciativa, lanzaron una nueva convocatoria para vincular a personas interesadas en formarse. En 2024, se desarrolló en Cali una primera fase que combinó formación técnica con una serie de eventos presenciales, espacios digitales como live sets y un estudio sobre las escenas nocturnas locales. Las participantes exploraron narrativas musicales, mezcla en vinilo, producción de eventos y la creación de espacios seguros.
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