Nadie lo ha dicho y en medio del frenesí de la campaña electoral, el asunto ha pasado inadvertido. Pero después del caos vivido en la Registraduría el pasado 14 de marzo, las alarmas están puestas. Además de las actividades proselitistas a lo largo y ancho del país, cada campaña desarrolla una tarea interna: la preparación de sus testigos electorales para vigilar los casi 10.000 puestos de votación en todo el país, a fin de que no quede un voto sin ser contado o un sufragio sin ser asignado al verdadero elegido.
De los tiempos en que imperaba la frase atribuida al ex presidente Miguel Antonio Caro, “el que escruta elige”, parece no quedar vestigios. Pero es tan vulnerable el sistema electoral colombiano que cuando se acercan los comicios también se extreman las medidas para evitar un eventual fraude. Y, sin que exista una amenaza concreta, preventivamente eso es lo que está sucediendo en las campañas presidenciales. Por si las moscas, se capacita a los testigos y los expertos electorales protagonizan.
El tema es tan real que el propio presidente Álvaro Uribe Vélez lo puso sobre aviso en sus días de candidato en 2002, a través de un moderno sistema de auditoría con enlace vía satélite que desde Bogotá supo lo que estaba pasando en cada sitio de Colombia donde había posibilidad de votos. Y para garantizar que su vigilancia fuera exitosa ante posibles fraudes, concertó la asesoría del abogado Alfonso Portela Herrán, además de consultor y escritor de estos temas, una verdadera autoridad en la materia.
Con experiencia como supernumerario de la Registraduría entre 1995 y 1997, asesor del Consejo Nacional Electoral en la misma época y después director Nacional Electoral de la Registraduría entre marzo de 1997 y agosto de 1999, el abogado Alfonso Portela Herrán fue el asesor primordial de la campaña presidencial Primero Colombia del actual presidente Álvaro Uribe Vélez. Fue el hombre que capacitó a los testigos, instruyó a los abogados y, con centros de cómputo, blindó a una empresa ganadora que realmente no tuvo riesgos.
Como acontece en todas las campañas, el 20 de enero de 2003, Portela fue retribuido por su eficiente labor y en reemplazo del abogado Jaime Rubio, quien cumplió 65 años, fue designado como notario cuarto del Círculo de Ibagué por el presidente Álvaro Uribe Vélez. Menos de un mes después, para no perder contacto con los temas de su especialidad, con sus coterráneos de Purificación (Tolima) Carlos Ariel Sánchez Torres y Henry Villarraga Oliveros, constituyó la sociedad Procesos Electorales, dedicada a la asesoría en estos asuntos.
El 7 de diciembre de 2007, 11 días después de que su socio Carlos Ariel Sánchez fuera escogido como nuevo Registrador, el abogado Alfonso Portela Herrán cedió sus acciones en la empresa Procesos Electorales y ocho meses después, el 27 de agosto de 2008, presentó renuncia al cargo de notario Cuarto del Círculo de Ibagué. Semanas más tarde retornó a la Registraduría Nacional, esta vez para desempeñarse en dos cargos importantes: delegado en lo Electoral y director de Gestión Electoral.
Hoy, este abogado es el hombre que tiene a su cargo la vigilancia de las elecciones presidenciales. No sólo aprobando los nombramientos de los jurados de votación, resolviendo consultas en materia electoral o garantizando la custodia de las arcas triclave, sino también publicando los resultados electorales parciales o totales que serán suministrados al registrador Carlos Ariel Sánchez. En otras palabras, en sus manos estuvo la supervisión de los comicios del 14 de marzo y estarán las elecciones del próximo domingo 30 de mayo.
Y como autoridad en la materia, tiene muy claro dónde están los puntos vulnerables del sistema electoral. Los expuso en el XIII Congreso Internacional sobre Reforma del Estado y de la Administración Pública, que se realizó en Buenos Aires (Argentina) entre el 4 y el 7 de noviembre de 2008. En sus propias palabras, “producto de la alta manualidad como hoy está concebido el proceso, más de 500 mil personas pueden hoy intervenir en la ejecución de las elecciones en Colombia. De ahí la necesidad de la tecnología”.
Por eso un proceso electoral es vulnerable “desde su concepción”, es decir, desde que empieza a estructurarse, incluyendo el proceso de expedición de cédulas. Portela tiene la misma tesis que hoy esgrime la nueva presidenta del Consejo Nacional Electoral, Adelina Covo: el apoyo tecnológico es la clave. Entre tanto, el primer aspecto a tener en cuenta es el trasteo de electores y según lo reconoció Portela en el evento internacional citado, hoy el control para este flagelo “es insuficiente”.
En otras palabras, la trashumancia de votantes hace que el censo electoral pierda su estabilidad y se dificulten los procesos ante el Consejo Electoral y los jueces de la República. También son vulnerables las actividades de los jurados de mesa. Por eso Portela Herrán sugirió en ese momento suprimir los grados de autoridad con que cuentan los jurados de mesa y trasladar la consolidación de los resultados a procesos técnicos más fáciles de auditar y de verificar, lo cual incluye elementos técnicos de votación y de escrutinio.
Son elementos técnicos determinantes de cara a las elecciones del próximo 30 de mayo, además sugeridos por el exitoso abogado Alfonso Portela Herrán, que en 2002 fue el hombre clave en la técnica electoral para darle tranquilidad al entonces candidato Álvaro Uribe Vélez y hoy vuelve a ser un hombre determinante, pero esta vez como registrador delegado del organismo electoral, es decir, la mano derecha de Carlos Ariel Sánchez, quien está dispuesto a sacarse el clavo después del fiasco de 14 de marzo.