Gbagbo permanece acorralado en el búnker del Palacio Presidencial de Abiyán hace cuatro días, mientras que las fuerzas del presidente electo, Alassane Ouattara, rodean la residencia, aguardando la rendición.
Las tropas, que como el resto de la comunidad internacional reconocen la legitimidad presidencial de Ouattara, perpetraron algunos ataques contra la residencia, pero el expresidente se niega a rendirse, como se ha negado a aceptar la derrota electoral de noviembre de 2010, que sirvió de antesala a combates entre los fieles a ambos líderes y que cobraron la vida de cientos de civiles.
Gbagbo, quien se autodenomina mártir, se ha negado a aceptar las condiciones ofrecidas por la ONU, Ouattara y Francia, que actúa como negociador. Al parecer, el exmandatario estaría pidiendo que se le garantice un indulto en instancias nacionales y extranjeras. El pedido fue rechazado por la Corte Penal Internacional, que ya anunció una investigación en su contra por crímenes contra los derechos humanos.