A raíz del escándalo que no termina de resolverse en la Corte Constitucional, que surgió con una tutela y que tiene hoy caminando por la cuerda floja al magistrado Jorge Pretelt, hubo un hombre que de paso quedó bajo el escrutinio público. Él, administrador de empresas de la Universidad de La Salle y con una experiencia de 25 años en el sector financiero, aparece no sólo como protagonista en el asunto de Fidupetrol —de la que tenía el 50% de las acciones—, sino en otros de relevancia mayúscula, como son los casos de Proyectar Valores y de Interbolsa y el Fondo Premium. Su nombre es Hélber Eduardo Otero Pacheco, es el dueño de una empresa llamada Tecfín, y la suya es una historia extensa y llena de detalles con importancia.
El primer tropezón de Otero Pacheco fue por cuenta de una denuncia por dos delitos: estafa y falsedad en documento público. Denunciante: el banco Citibank. Con base en la denuncia que radicó Citibank, se inició una investigación en febrero de 2004. Entre 2008 y 2009, Otero presentó tres tutelas ante la Corte Suprema de Justicia en contra de las actuaciones de la Fiscalía, pero en todos los casos la Corte le respondió que él no buscaba protección para un derecho fundamental, sino modificar “el curso normal del proceso”. En una ocasión, incluso, la Corte le llamó la atención por haber radicado dos tutelas iguales en un espacio de seis meses: “Es claro que se trata de una acción temeraria”.
Del expediente contra Otero de esa época no se tiene mayor información. Según pudo conocer este diario, la denuncia se radicó cuando éste dejó de trabajar en el banco, el lío fue supuestamente por la compra de unos bonos del estado de Brasil y, dicen personas de su gremio que lo conocen, de ahí obtuvo millones de dólares para financiar sus actividades posteriores. Otros ponen en duda esta versión, indicando que si se hubiera robado tanto dinero como dicen que fue, ¿por qué la justicia no pudo probarlo? Y así es: ninguna condena mancha la hoja de vida de este hombre de negocios. El caso de Citibank se desvaneció y Otero siguió su rumbo.
Paralelo al problema con Citibank apareció Proyectar Valores. Según Otero, le contó a este diario, para 2006 la firma comisionista necesitaba inversionistas con urgencia y Juan Carlos Ortiz —uno de los cerebros del descalabro de Interbolsa y el Fondo Premium— lo invitó a participar. ¿Eran amigos? Otero lo niega. Asegura que Ortiz lo contactó porque se conocían por trabajar en el mismo medio, nada más. Al final, la decisión fue montarse en el barco de Proyectar y Tecfín, su empresa, se hizo al 8,73% de las acciones de Proyectar. “Nos salimos antes de que fuera intervenida, porque no nos sentíamos cómodos, y otros accionistas minoritarios quisieron salirse también y yo negocié en su nombre”, asevera Otero.
Con base en información de la Superintendencia de Sociedades, es claro que además de Tecfín como accionistas minoritarios figuraban, entre otros, Eduardo Oyuela y Opciones Bursátiles S.A. Oyuela, le dijeron fuentes del sector financiero a este diario, trabaja en línea con los intereses de Otero. Éste rechaza tales afirmaciones: “Es un gran amigo, un industrial muy prestigioso, una persona a quien respeto mucho”. Tanto él como Otero tienen acciones también en la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC): el primero, el 2,51%, y Otero, 8,5%. A corte de diciembre de 2014, Opciones Bursátiles figura como accionista de la BMC con el 0,9% de las acciones.
Pero ésta, la comisionista más grande que operaba en la BMC, fue suspendida en julio de 2013. Y según reveló Caracol Radio en ese momento, en el listado de socios de Opciones Bursátiles también figuraba Otero Pacheco. Otros de los socios minoritarios que Otero representó en Proyectar fueron Leonel Torres Cortés y sus dos hijos, Leonel y Natalia. Ella fue asesinada en marzo de 2012 en el parque de Usaquén, en Bogotá, sin que la Fiscalía haya podido aclarar quién lo hizo o por qué; mientras a Leonel Torres Cortés y su hijo Leonel Torres Jaramillo la Fiscalía les imputó cargos el pasado 15 de febrero por haber desviado recursos de la gente para sus propias empresas.
Cuestionado por su relación con los Torres, Otero Pacheco aseguró que su interacción con ellos se había limitado a representarlos en Proyectar Valores. Sin embargo, este diario conoció un correo que está en poder de las autoridades, en el cual un Leonel Torres (no es claro cuál), desde un correo corporativo de Torres Cortés con fecha del 22 de diciembre de 2010, le escribió a Hélber Otero: “Como te conté por teléfono, la sra. necesita su dinero abonado en efectivo a más tardar el viernes. Yo tengo unos cheques, entonces te los consignaría a ti, para que tú hicieras la transferencia (...) Estoy muy agradecido contigo por este inmenso favor”.
El Espectador le preguntó a Otero Pacheco si él alguna vez había ayudado a los Torres con transacciones desde sus cuentas o las de sus empresas: su respuesta fue negativa.
Está, además, el asunto de Valores Incorporados, una de las empresas que fundó Juan Carlos Ortiz y que terminó siendo parte del Fondo Premium. Como Otero mismo admite y está registrado en la Superintendencia de Sociedades, Valores Incorporados le hizo un préstamo de $12.797 millones a Tecfín, su empresa. Otero asegura que ya pagó la mitad del préstamo; fuentes de la Supersociedades le contaron a este diario que los pagos todavía están en proceso de confirmarse. Otero está negociando con la Supersociedades e incluso le ofreció cubrir parte de su deuda con US$2 millones que, dice él, le debe el Fondo Premium. El liquidador Alejandro Revollo le dijo que ese cruce de cuentas no era posible.
La plata que le prestó Premium fue para hacer un negocio con la comisionista AgroRed. “Fue para ayudar a Boris López de Mesa (representante legal de AgroRed), y aunque nos dijeron que todo se solucionaría en dos años, y han pasado cinco y nada, no me arrepiento”. Personas que han trabajado con Hélber Otero dicen que a él le gusta promocionarse como una especie de “salvador”; él todo el tiempo habla de “ayudar”, como la vez que contrató a la esposa de Luis Fernando Cuadrado Zafra para que elaborara un concepto sobre cuál era la mejor manera de ayudar a unos niños de Engativá. “Eso fue en 2009. Ella es psicóloga y el doctor Cuadrado no era todavía delegado de la Superfinanciera, creo. Fue coincidencia”.
El asunto con AgroRed, que se resume en un préstamo de $7.000 millones, no ha tenido final feliz. En palabras de Otero, “Boris López de Mesa es un gran hombre”. En un certificado de Cámara y Comercio, de diciembre de 2010, se muestra que López de Mesa era también parte de la junta directiva de Proyectar Valores (era segundo renglón). Y el 6 de febrero de 2013, la Bolsa Nacional Agropecuaria informó que López de Mesa había sido suspendido seis meses porque AgroRed S.A. no había entregado “información real, exacta y fidedigna”, porque no había atendido el plan de ajuste y, quizá lo más grave: “Indebido manejo de los recursos de los clientes e indebida administración y control de riesgos”.
Otero replica que él nunca ha sido sancionado por la Superfinanciera o algún otro organismo de control, y es cierto. Lo que no quiere decir que no haya estado bajo la lupa. En febrero de 2012, el Autorregulador de Mercado de Valores (AMV) le envió un documento a la Superfinanciera, informándole que en la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) se habían activado las alarmas por operaciones que habían sido tan similares que el AMV advertía un posible acuerdo entre las personas y sociedades que habían participado. Otero Pacheco con Tecfín, Eduardo Oyuela, Coltec —otra empresa relacionada con Otero— y Opciones Bursátiles integraban el listado. El asunto no pasó de ahí.
En diciembre de 2012, un mes después de que Interbolsa hubiera sido intervenida, el entonces representante liberal Simón Gaviria dio un debate en el Congreso, en el cual señaló que entre abril y noviembre de 2011 se habían detectado 1.481 alertas en la acción de la BMC “por el ingreso de órdenes de cantidades superiores al parámetro establecido”. Otero Pacheco, Eduardo Oyuela y Opciones Bursátiles, así como Invertácticas (la empresa de Alessandro Corridori), Valores Incorporados y Las Tres Palmas (compañía de Víctor Maldonado, otro implicado en el Fondo Premium) hacían parte de la lista. “Coinciden los inversionistas más apalancados con los que generaron alertas”, concluyó Gaviria.
En el mundo financiero, lo más común es oír hablar de la relación cercana entre Otero Pacheco y Juan Carlos Ortiz, que luego se malogró. Además del Fondo Premium y Proyectar Valores, ellos coincidieron en dos espacios más: Interbolsa y Millonarios. En la primera, Otero tenía repos que canceló ya, como lo muestra un paz y salvo del 20 de noviembre del año pasado. En Azul Blanco - Millonarios F.C., Alessandro Corridori alcanzó a tener más del 8% de las acciones, Juan Carlos Ortiz tiene el 3,42% y Otero Pacheco, el 0,44%. Su empresa, Tecfín, alcanzó a tener el mismo porcentaje en 2012, pero ya no tiene nada. Otero es uno de los 20 principales inversores de Millonarios. Dice que compró las acciones por hincha.
Es así como Hélber Eduardo Otero Pacheco, un cristiano de la iglesia ‘El lugar de su presencia’, que tiene cuatro hijos, ha resultado involucrado en todos los escenarios de las crisis financieras más notorias de los últimos años. “Yo sé que aparezco en todos esos negocios como si fuera un factor común. Pero la verdad es que soy muy de malas”. Personas del mundo financiero se refieren a Otero como un “mañoso”, un hombre que camina por la delgada línea entre lo ilegal y lo legal con habilidad. “Me duele que digan eso, la verdad. Tecfín es la empresa de mis hermanos y mía, pero como todo lo del pobre es robado... Por eso dije que no vuelvo a estar en el sector financiero. Demasiadas intrigas”, concluyó Otero.