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El pasado 6 de febrero el viceministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Camilo Salazar Rueda, envió una comunicación a la presidenta de la Comisión Nacional de Televisión (CNTV), María Carolina Hoyos Turbay. En la misiva, el funcionario solicitó que dentro del proyecto que actualmente estudia la entidad para reglamentar la publicidad en televisión, se permitiera la promoción del tabaco en los horarios para adultos.
Salazar Rueda es un destacado zootecnista bumangués, que luego de ocupar varios cargos directivos en el propio Ministerio de Agricultura, Finagro, el Plan Colombia y en la Bolsa Nacional Agropecuaria, llegó al Viceministerio de Agricultura el 17 de enero de 2008.
Cifras de la mesa sectorial tabacalera, el Ministerio de Agricultura y Fedetabaco muestran que los departamentos de Santander y Norte de Santander registran el mayor número de cultivadores y plantaciones de tabaco del país, cerca de 4.000.
La inusual propuesta escrita del funcionario sorprendió, por tratarse de la petición de un viceministro en favor de un sector, porque en abril del año pasado Colombia y otros 163 países firmaron un tratado con la Organización Mundial para la Salud (OMS), en donde el Gobierno asumió el compromiso de restringir la publicidad del tabaco en televisión; porque desde hace varios meses se prohíbe fumar en lugares públicos, porque la petición no la hizo directamente el ministro de la época, Andrés Felipe Arias, y porque la mayoría de observaciones frente al proyecto de acuerdo correspondieron a empresas y gremios relacionados con la televisión.
El mensaje de las tabacaleras también transitó por otra vía. Cuatro días antes de que llegara la carta del viceministro, al mismo despacho de la comisionada Hoyos acudieron varios directivos de Protabaco S.A. con similar propósito al del viceministro Salazar. Es más, Jaime Humberto Delgado, gerente de la tabacalera, ratificó su posición mediante otra comunicación. La idea, según el directivo, es permitir la publicidad de licores entre las 9:30 p.m. y las 6:59 a.m., franja de adultos, e “igualar las condiciones de publicidad indirecta y promocional tanto para las bebidas con contenido alcohólico como para el tabaco”.
Pero el caso de las compañías de tabaco es la punta del iceberg de lo que se está viviendo en la CNTV, desde que el pasado 4 de diciembre el comisionado Ricardo Galán presentó a consideración de la junta directiva de la Comisión un proyecto de acuerdo para reglamentar la publicidad en televisión.
Una norma que en 30 artículos, y en concepto del propio comisionado Galán, buscaba unificar las normas y expedir un nuevo estatuto de publicidad acorde con los últimos desarrollos tecnológicos de la industria, como la televisión digital, por suscripción o la interactividad.
El 16 de diciembre, la CNTV continuó el trámite y determinó recibir observaciones que se ampliaron hasta el pasado 18 de febrero. De allí se desprendieron múltiples controversias y se abrió un debate que aún no termina.
La Asociación Colombiana de Empresas Licoreras (Acil) se mostró en contra del acuerdo al considerar que la normatividad actual regula de forma adecuada la publicidad de bebidas alcohólicas, cigarrillos y tabaco.
Fenalco, por su parte, expresó la necesidad de que el acuerdo cobijara a los cableoperadores, en razón a que éstos están en una situación favorable porque pueden transmitir publicidad sin ninguna restricción.
Por el contrario, UNE-EPM Telecomunicaciones observó que la medida permite generar nuevos ingresos a los operadores de televisión por suscripción.
A su vez, entre otras observaciones, los canales privados Caracol y RCN indicaron que la regulación de la publicidad constituye “una indebida intromisión por parte de la CNTV en las competencias del legislador”. También porque puede afectar el equilibrio económico de los contratos de concesión y no es posible la expedición de ninguna disposición del proyecto de acuerdo.
Asomedios destacó que el acuerdo reduce los escenarios publicitarios de la televisión abierta, distorsiona la competencia, favorece a los cableoperadores, genera fisuras en el modelo de televisión abierta y por lo tanto debe ser revaluado.
Alfredo de Luque, presidente de la Asociación de Operadores de Televisión por Suscripción, señaló que el acuerdo es positivo porque “abre el mercado de la pauta en televisión y le genera más recursos a la CNTV”.
Por su parte, la Unión Colombiana de Empresas de Publicidad (UCEP) precisó que el proyecto excede las competencias legales de la CNTV, que no comparte la comercialización de la televisión por suscripción, porque los recursos quedarían en el exterior y se pondría en riesgo el modelo de televisión en Colombia.
El comisionado Alberto Guzmán va más allá y pide que “la emisión de publicidad no puede superar los seis minutos por cada media hora de programación”. Un asunto que limitaría los ingresos de los empresarios de la industria. También la televisión regional advirtió que se pueden reducir sus ingresos.
La iniciativa de Galán tiene a la industria a la expectativa. La semana pasada pidió a la junta directiva de la CNTV que el estudio del proyecto sea aplazado por un tiempo teniendo en cuenta la crisis económica mundial.
Juan Andrés Carreño, director de la CNTV, señaló que una vez se haga un análisis sobre las observaciones que presentaron 31 empresas, gremios, canales y se revise la petición del viceministro de Agricultura, Juan Camilo Salazar Rueda, para apoyar a la industria tabacalera, sentará una posición definitiva sobre el tema.
Modificar el régimen publicitario no parece asunto fácil, pero el proyecto de acuerdo sigue su trámite en la CNTV, que tiene la última palabra. ¿Sobrevivirá la polémica iniciativa?
La posición del viceministro
El Espectador se comunicó al despacho del viceministro Juan Camilo Salazar Rueda el viernes, pero él no respondió la llamada telefónica.
Sin embargo, justificó su petición de publicidad a la CNTV por escrito en razón a que, según él, “el tabaco es un sector agrícola estratégico para el Gobierno Nacional, toda vez que representa una fuente vital de empleo, generación de divisas, desarrollo y mejoras en la calidad de vida de los campesinos colombianos”. Según el funcionario, se han hecho esfuerzos para promover y preservar la producción tabacalera a través de programas crediticios especiales.
Salazar considera que se debe permitir la utilización de medios masivos en franja de adultos para dar a conocer las marcas, tal como ocurre con las bebidas alcohólicas, y sugiere que el asunto podría ser complementado con espacios destinados a divulgar los efectos nocivos del consumo de tabaco.
Vea el documento enviado por el Viceministro a la Comisión Nacional de Televisión haciendo clic AQUÍ