La semana pasada, mientras los gobiernos de Colombia y Venezuela se mostraban los dientes por la muerte de ocho connacionales en el estado de Táchira y funcionarios de los dos países hacían públicas supuestas pruebas de espionaje, el canciller Jaime Bermúdez tomaba con sigilo una importante decisión: aceptar la renuncia de una importante ficha diplomática de Colombia en Venezuela.
Se trata de la dimisión de Laura Catalina Mendoza González, cónsul general de Colombia en Puerto Ayacucho, estado de Amazonas, el segundo en extensión de la hermana república. Un estratégico sector que limita con Colombia en el departamento del Vichada y con Brasil. Paradójicamente, según lo han documentado las autoridades de ambos países, es sitio clave para actividades de narcotráfico, paso de guerrilleros de las Farc y paramilitares colombianos. En suma, un consulado clave para el control de la ilegalidad fronteriza.
Pero tras la renuncia de la diplomática, aceptada el pasado jueves 29 de noviembre, se esconde un episodio inédito: su retención por llevar a Estados Unidos 400 gramos de heroína.
Sin que los funcionarios de la Cancillería o la Presidencia de la República, que firmaron su decreto de nombramiento, lo advirtieran, Mendoza González hizo pública su aspiración consular el 3 de abril de 2007. Días después fue nombrada, viajó a la capital Puerto Ayacucho y permaneció en su cargo un poco más de dos años. Allí era la mujer clave para que los colombianos tramitaran diversos documentos.
Las cosas para la diplomática empezaron a cambiar el 13 de junio de 2009. Ese día llegó a Nueva York en compañía de su hija con el propósito de pasar vacaciones. Con cara de pocos amigos los agentes de inmigración americanos la interrogaron y de inmediato la retuvieron. Esa vez le recordaron un caso por narcotráfico que se le adelantó en ese país.
Los hechos eran contundentes: en agosto 2005, Mendoza González fue descubierta con una pañalera que contenía 400 gramos de heroína. En su carta de renuncia, escrita en Miami el mes pasado y dirigida al canciller Bermúdez, relató que una señora con quien venía compartiendo sesiones de un gimnasio en Medellín le pidió que le llevara un paquete a Estados Unidos.
Según la ex funcionaria, con la evidencia y la imposibilidad de probar su inocencia se declaró culpable con el propósito de obtener beneficios que la ley de Estados Unidos concede a quien acepta cargos. Por eso estuvo retenida en Estados Unidos, pagó su pena y hasta delató ante un fiscal de Nueva York a la persona que le entregó el paquete.
En su renuncia señaló que: “Es tan claro el desconocimiento que tenía del contenido del paquete que llevé en el año 2005, que decidí pasar vacaciones en ese país, cuando mis recursos económicos provenientes del salario me permitieron cubrir los gastos de nuestras vacaciones. Entré desprevenida a EE.UU. consciente de que no tenía nada que ocultar”.
Mendoza dice que informó de esta situación a la Cancillería en Colombia y a la delegación diplomática en Estados Unidos. Acto seguido, según lo certificó una fuente diplomática a El Espectador, después de que fue retenida en junio pasado, pidió una licencia que no le fue concedida. Posteriormente, fue decretada su suspensión provisional. El 9 de octubre envió desde Miami una carta al canciller Jaime Bermúdez explicando su situación y renunciando a su cargo. El jueves de la semana pasada se expidió el decreto en donde se le aceptó la renuncia a su cargo, aunque hoy en la Cancillería no tienen claro si la ex funcionaria está detenida en Estados Unidos.
Laura Catalina Mendoza no pertenece a la carrera diplomática y es un enigma quién la recomendó para el cargo. Tampoco se tienen claros los alcances de su gestión en Puerto Ayacucho y menos por qué la nombraron con un antecedente tan grave. Hoy aparece como encargado del consulado Germán Díaz Garavito. Este diario conoció que esta vez será nombrada una funcionaria con 24 años de experiencia en el cargo. En la página web del Consulado, como huella imborrable, aún aparece el nombre de Laura Catalina Mendoza González, la mujer a la que un día le encontraron 400 gramos de heroína en Estados Unidos.