Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En un aparte señala: “—Registrador, usted renuncia y les diremos a los medios que fue un gran funcionario, pero que renunció porque perdió el apoyo de su partido”, le dijo a Orlando Abello un magistrado del Consejo Electoral, para quien la acción de Abello al frente de la Registraduría le resultaba incómoda, porque, según éste, “pretendía echar mano a la contratación administrativa para las elecciones de 1998” y el registrador se le atravesaba en sus planes. Abello se negó a renunciar. Relata en el libro que luego de tres años de gestión en la Registraduría, recuerda las frases de Carlos Ariel Sánchez: “—¡Registrador, ahora sí que lo admiro! —Me dijo en un gran grito de triunfo —¡Usted no se imagina por el infierno que va a pasar!”. Relata Abello que a partir de allí su vida se convirtió en un infierno, con cerca de 50 procesos judiciales en su contra, de los cuales salió exonerado.