Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La última vez que el ingeniero industrial y político Carlos Moreno de Caro pisó las aulas de una universidad como directivo lo hizo para cerrar sus puertas. Era enero de 1997 y por una orden oficial la Corporación de Educación Superior de Trabajo dejó de funcionar. Había sido su fundador y rector y enseñó hasta que el Ministerio de Educación detectó manejos indebidos y cientos de estudiantes no se pudieron graduar. Hoy, casi quince años después, Moreno de Caro vuelve a la academia. Otra vez como propietario y rector de una nueva universidad: la Institución Universitaria de Colombia.
Hace cerca de dos décadas atrás, al tiempo que ejercía como candidato a la Alcaldía de Bogotá sin éxito, después como frenético senador uribista, luego como embajador en Sudáfrica en el mismo gobierno y posteriormente como candidato al Senado que se quemó, el proyecto educativo familiar de los Moreno avanzaba paralelamente, con sigilo y lentitud. Primero lo manejó su hermano menor, Isaac, hoy concejal de Bogotá. Luego quedó en manos de su otro hermano, Marco, y desde el pasado 23 de septiembre está en manos de Carlos Moreno de Caro, quien fue registrado como rector y representante legal.
La nueva institución universitaria está ubicada en dos sedes. Una en la carrera 7 Nº 35-58 y otra en la calle 36 Nº 7-19, justo en el Parque Nacional. Un sector en donde también funcionó la extinta Corporación de Educación Superior de Trabajo y posteriormente fue sede del movimiento Dejen Jugar al Moreno.
Pero, lo que ha sorprendido a funcionarios del mismo Ministerio, académicos y a algunos expertos del sector es la rápida aprobación de la personería jurídica de la institución y la autorización de nuevos programas, pese a lo sucedido con la referida Corporación.
Un proceso que se inició, en papeles, el 12 de marzo de 2009, cuando funcionarios designados por el Ministerio de Educación hicieron una visita a la institución. Allí encontraron fallas en infraestructura, reglamento docente, planta de profesores, esquemas de investigación, incluso hasta hicieron reparos por el nombre de la entidad, que según ellos, podía conducir a los estudiantes a error. Por eso, los pares y la Sala de Instituciones de la Comisión Nacional Intersectorial de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Conaces) recomendaron a la ministra Cecilia María Vélez no reconocer la personería jurídica.
Casi siete meses después, el 9 de septiembre, Marco Moreno de Caro efectuó ajustes a las observaciones de los funcionarios encargados de la aprobación en el Ministerio. Y su respuesta fue la misma: “Nos lleva una vez más y por consenso a la conclusión de recomendar que no proceda al reconocimiento (...) las razones evaluadas para esta decisión obedecen a argumentos de distinta naturaleza; una tiene que ver con las normas vigentes y otras, las que tienen que ver con razones estrictamente académicas”.
Ante los hechos, los fundadores de la institución constituyeron un CDT por $180 millones como aporte adicional al proyecto. También modificaron su nombre, aportaron nueva documentación y se ajustaron a los requerimientos del Ministerio. Luego de observar los informes de los pares encargados de las visitas, los conceptos emitidos por la Sala de Instituciones del Conaces y con las observaciones de la Subdirección de Inspección y Vigilancia del Ministerio, la ministra Vélez expidió concepto favorable y desde el pasado 30 de marzo nació oficialmente la nueva institución.
El proyecto marcha sobre ruedas. Se tiene previsto que inicie clases el próximo año. Las matrículas están abiertas. Se calcula que el semestre costará alrededor de $1’950.000. De los bolsillos de los fundadores se estima que salieron no menos de $2.000 millones. Además, la misión es clara, según se estableció en su proyecto educativo: “La Institución Universitaria de Colombia, será una institución de reconocida solvencia académica, indiscutible calidad pedagógica y demostrada capacidad educativa, acreditada, soporte del desarrollo social, fundamentada en la idoneidad de todos sus procesos académicos y administrativos”.
Con mayores sorpresas, en el Ministerio de Educación en los últimos meses le fueron aprobados dos programas: administración de empresas y contaduría pública. Con un beneficio adicional: según el Sistema Nacional de Información de Educación Superior, estas carreras profesionales se pueden cursar cada una en 7 semestres. Pero hay más. También con la expectativa de aprobación de una nueva carrera: ingeniería de sistemas.
No obstante, como ingeniero industrial egresado de la Universidad de la Florida (Estados Unidos), docente y directivo en la industria automotriz hace tres décadas, uno de los mayores anhelos de Carlos Moreno de Caro es conformar la facultad de ingeniería industrial. Por eso, el pasado 21 de junio Marco Antonio Moreno de Caro, en ese entonces representante legal de la universidad, solicitó a Ana María Botero Patiño, subdirectora de Aseguramiento de la Calidad del Ministerio de Educación, aprobación del registro calificado en el área de Ingeniería Industrial.
Una petición soportada en un documento de 548 páginas conocido por El Espectador. Con una particularidad: luego de revisarlo a través del programa http://www.plagiarismchecker.com, una herramienta que sirve para detectar posibles plagios en la información, se observó que en cerca de 70 páginas aparecen citas o párrafos textuales de otras páginas o autores (ver recuadro). Un hallazgo que puso en aprietos a la Institución Universitaria de Colombia y que obligó a sus directivos a retirar la solicitud del Ministerio de Educación.
En el propio Ministerio hay inquietud de algunos funcionarios, que prefieren el anonimato, con lo que está pasando en este y otros casos. Por eso se preguntan si los encargados de aprobar los registros están revisando meticulosamente los documentos soporte de las peticiones. Por lo pronto, nace y avanza una nueva institución universitaria, como hace dos décadas, de la mano del ingeniero Carlos Moreno de Caro.
Un secretario y el cartel del norte del Valle
Según el acta 10 de asamblea de la Institución Universitaria de Colombia, celebrada el pasado 3 de junio, y los estatutos, se mencionan como sus fundadores e integrantes del consejo directivo provisional a Marco Antonio Moreno de Caro, Kathy Padar Fernández, Martha Moreno, Carlos Moreno de Caro y el Centro Colombiano de la Productividad. En la referida reunión y en otras 5 aparece como secretario William Vélez Montes. Al revisar sus antecedentes, según registros del gobierno de Estados Unidos, está en la Lista Clinton y apareció en octubre de 2004 como asociado de negocios del cartel del norte del Valle.
“No estoy inhabilitado y fui exonerado”
Luego de su experiencia con la Universidad del Trabajo, ¿por qué insiste?
“Eso fue persecución política, la Fiscalía me exoneró. No estoy inhabilitado. Quiero ayudar a construir país y aplicar lo que aprendí en Sudáfrica”.
¿Qué aprendió?
El modelo de África, India y China.
¿Y por qué presentan un documento con posible plagio de contenidos?
En el Ministerio de Educación todo se mira con lupa. Fue que no referenciaron unas citas en el documento. Investigamos a nuestro asesor y luego se retiró el proyecto. Además, desde hace pocos días soy el rector.
¿No hará política con las clases?
No, algo tenemos que haber aprendido de la experiencia con la Universidad del Trabajo. Le hago caso a mamá, quien me dijo: “Deja un rato la política”.
¿Qué les ofrece a los estudiantes?
Que se preparen, que vamos a hacer muchas innovaciones y cambios.
Las referencias en ‘El Rincón del Vago’
El documento de 548 páginas (ver documento completo )presentado por la universidad al Ministerio de Educación para la aprobación de la carrera ingeniería industrial tiene en total 66 referencias que aparecen como copia textual e insertadas en el informe. Entre ellas se encontraron páginas o párrafos completos del sitio web español conocido como ‘El Rincón del Vago’, muy utilizado por estudiantes.
También aparecen apartes tomados de proyectos de las universidades de Antioquia, Libre y Santo Tomás. No se referencian trabajos de un profesor de la Universidad Nacional, de un consultor peruano o monografías. Se toman temas como sistema de autoevaluación, conceptos, aplicaciones e historia de la ingeniería, docencia, programas académicos y perfil del egresado.