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El escándalo de la Dirección Nacional de Estupefacientes apenas comienza y 13 congresistas están en la mira de la Corte Suprema de Justicia. La nueva administración, en cabeza del abogado Juan Carlos Restrepo, está dispuesta a recobrar la confianza en un organismo creado para desarrollar políticas antidrogas y administrar los bienes decomisados a la mafia. Pero apenas asumiendo el cargo, ya afronta el primer dilema por la designación del nuevo subdirector de Bienes de la entidad estatal.
Se trata del administrador de empresas, jefe del Estado Mayor de los profesionales de reserva de las Fuerzas Militares y experto en temas bursátiles y financieros Álvaro José Aparicio Escallón, quien asumió como subdirector de Bienes de la Dirección Nacional de Estupefacientes, sin que termine de aplacar los rumores que afirman que su pasado en el mercado de valores registra dos sanciones de la antigua Superintendencia Bancaria y de la Superintendencia Financiera por conductas que riñen con su condición de experto.
Los antecedentes de Aparicio Escallón comenzaron a circular desde hace varias semanas en diversos medios de comunicación con un amplio dossier sobre sus dilemas financieros. El Espectador decidió verificar esta documentación y en principio constató que en septiembre de 1993, cuando Aparicio se desempeñaba como miembro de la junta directiva de la sociedad Fiduciaria Bursátil S. A., fue multado por haber participado en un proceso de compraventa de títulos a futuro excediendo los límites de su capacidad jurídica.
En otras palabras, porque en su doble condición de miembro de la junta directiva y representante legal de la sociedad comisionista de bolsa Acciones y Valores S. A., participó en la realización de operaciones que en criterio de la entonces Superintendencia Bancaria, desconocieron normas de orden público económico. En noviembre de 1993, el organismo de fiscalización confirmó la multa contra Aparicio, y dos años después, el Consejo de Estado dispuso respaldar al Ministerio de Hacienda para agilizar el cobro de la sanción pecuniaria.
Años después, en diciembre de 2005, la Superintendencia Financiera sancionó a la sociedad Acciones de Colombia S. A. con una multa de $32’718.000, después de un reporte del Banco de la República sobre operaciones irregulares en el mercado cambiario. Básicamente la infracción cometida consistió en reportar extemporáneamente varias operaciones bursátiles, afectando las estadísticas elaboradas por el Banco de la República y sus políticas monetarias. La sanción, aunque redujo su valor pecuniario, fue confirmada en junio de 2007.
Tanto en la primera multa como en la confirmación de la sanción obró como representante legal de la sociedad Acciones de Colombia el administrador Álvaro José Aparicio Escallón. El mismo profesional, mediante escrito radicado ante la entidad, interpuso el recurso de reposición. Pero la Superintendencia Financiera concluyó que independientemente del número de operaciones realizadas, los intermediarios del mercado cambiario tienen la obligación de cumplir con los reportes de información que los obliga la ley.
El dossier contra Aparicio Escallón, que circula en algunos medios de comunicación, incluyó casos de sanciones contra sus hermanos Rafael y Juan Carlos Aparicio, como integrantes de la firma Acciones y Valores S. A. No obstante, como quiera que las responsabilidades son individuales, no afectan al administrador Álvaro José Aparicio, nuevo subdirector de Bienes de la DNE. Sin embargo, hoy él es la persona que tiene que manejar más de 70 mil bienes incautados a los narcotraficantes, que pueden sumar más de medio billón de pesos.
El Espectador habló con el director de Estupefacientes, Juan Carlos Restrepo, quien comentó que él lleva cuatro meses en la DNE, que no tiene intereses políticos y que lo único que ha hecho es descubrir tres mafias que rondan el organismo: algunos funcionarios que cobran por hacer vueltas; unos políticos que tratan de ejercer dominio en la entidad y abogados que entorpecen las acciones para favorecer a personajes de cuello blanco. En cuanto a Aparicio, sostiene que confía en él y que las acusaciones en su contra son guerra sucia.
Restrepo afirmó que conoció a Aparicio en 1996, porque él también es reservista de las Fuerzas Militares y desde 2001 forman parte de la junta directiva de la Fundación Querido Soldado. Lo defiende diciendo que se trata de un profesional que trabajó 30 años en el mercado bursátil y que desde hace pocos meses estaba disponible porque había vendido su puesto en la bolsa. “Doy fe de lo que él ha hecho en la vida y tengo la convicción de que nuestra misión es enderezar la entidad y destapar las ollas podridas que estamos encontrando”.
A su vez, Aparicio Escallón admitió que fue sancionado en el pasado, pero que eso no lo inhabilita para ejercer el cargo como subdirector de Bienes de la DNE. De hecho, agregó Aparicio, ya había ocupado otros cargos del sector financiero. En su defensa exhibió dos certificaciones del autorregulador del mercado de valores de Colombia y del vicepresidente secretario de la misma organización, en las que consta que no presenta antecedentes disciplinarios y tampoco está vinculado con investigaciones.
En contraste, sus anónimos detractores sostienen que resulta inexplicable que a él se le haya confiado la dirección y administración de bienes, portafolio y acciones de la DNE, cuando existen antecedentes de incumplir con la normatividad que regula el mercado financiero y de valores. Aparicio dice que la sanción en su contra se hizo en condición de suplente de la junta directiva y que, comparando lo que sucedió con él, equivale a haberse pasado un semáforo en rojo sin consecuencias mayores.
Subdirector experto en el mercado bursátil
En su hoja de vida, conocida por El Espectador, Álvaro José Aparicio Escallón destaca que está vinculado a la actividad financiera desde 1977 y explica que su experiencia es amplia, en especial en la asesoría de clientes del sector público y sector privado, sobre todo en las actividades de manejo de portafolios de inversión y en títulos de deuda pública y privada. En la firma Acciones de Colombia fue su presidente desde el 1° de julio de 2009, hasta el 30 de abril de 2010, cuando señala que se retiró voluntariamente por la venta de la empresa.
Anterior a este cargo se desempeñó como asesor de la compañía Ultrabursátiles. Fue presidente de la firma de Acciones de Colombia entre 1997 y abril de 2007. Su trayectoria profesional incluye también el paso por la Intendencia Nacional de Arauca, Leasing Grancolombiana, Grancolombiana Corporación Financiera y el Ejército Nacional. Como oficial de la reserva ha estado al menos en cinco cargos.