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entre ellos se adquirió una propiedad a una persona que ante los ojos del público era común y corriente. Tan es así que se canceló el negocio con cheques de gerencia que el vendedor consignó sin problema en su cuenta”.
El abogado advirtió que “quien tiene cuenta corriente, así como otros productos bancarios, tiene bienes a nombre propio y realiza la venta de frente se presume persona de buena fe y digna de credibilidad”. Y añadió que fue Caicedo y no la senadora, quien realizó la negociación. Por último aclaró que más allá de este negocio Caicedo “no tenía ni tiene relación con el señor Hans Barney Salazar de quien se desconoce ahora, así como en la época de la venta, su pasado judicial”.
El abogado Cancino señaló que cuando se realiza una compraventa “es deber del comprador estudiar la tradición del inmueble, pero no se acostumbra exigir que el vendedor presente sus antecedentes judiciales”. Y recalcó que, si bien la doctora Dilian Francisca Toro es socia de la empresa Ceiba Verde, no es ella su representante legal ni quien lleva la gestión de la entidad. Ante la Corte Suprema de Justicia, dijo, ya se aportaron los negocios de esta sociedad.