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En el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en Argentina, permanece retenido, en plena navidad y hasta nueva orden, el exjefe colombiano del narcotráfico Ignacio Álvarez Meyendorff, antiguo colaborador del cartel del Norte del Valle. Medios argentinos establecen que fue a visitar a su familia, con la cual construyó, en ese país, un imperio mafioso a principios de los 2000. Sin embargo, en su contra pesa una prohibición de reingreso con carácter permanente.
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Según información de El Clarín, Álvarez Meyendorff llegó el pasado viernes 23 de diciembre en un vuelo de Avianca a las 7:44 de la noche. Del otro lado de las puertas de Ezeiza lo esperan su esposa y sus cuatro hijos, quienes llevan décadas en Buenos Aires y quienes en 2019 fueron condenados a penas entre cinco y siete años de cárcel por lavado de dinero. De hecho, Álvarez Meyendorff es un pez gordo, pues contra él se desarrolló la operación de extinción de dominio más grande de la historia de Colombia: 205 bienes avaluados en $1,2 billones.
El reencuentro de la familia Álvarez Meyendorff está frenado por parte de la Dirección de Migraciones argentina, la cual reporta que, desde el 11 de junio de 2021, tiene prohibido pisar ese territorio. Como informan medios extranjeros, Álvarez Meyendorff presentó un recurso explicando que tiene un serio caso de diabetes y que debe entrar para internarse. Sus abogados radicaron un hábeas corpus, cuando en pleno 24 de diciembre iba a ser enviado de regreso a Bogotá.
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No obstante, el juez Federico Villena, federal de la región de Lomas de Zamora (una ciudad cercana a Ezeiza) rechazó el recurso y dejó, tras apelación del narco colombiano, el proceso en manos de la Cámara Federal de La Plata. Y mientras se resuelve su situación judicial, Álvarez Meyendorff, de 62 años y conocido como el “gran hermano”, pasa su navidad en un aeropuerto internacional, con un pie y medio de regreso en Colombia.
Álvarez Meyendorff llegó a Argentina en 2004, una vez quedó desarticulado el Cartel del Norte del Valle. Según informa El País, durante años vivió en la exclusiva zona de Puerto Madero, en Buenos Aires, intentando proteger a su familia. “No es de extrañar que este tipo de traficantes también utilizaran el país para establecer sus operaciones de lavado de dinero, no solo por conveniencia, sino también porque el auge y la decadencia de la economía del país ha creado las condiciones ideales para los delitos financieros”, agrega Insight Crime.
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El narco colombiano vivió como millonario en suelo rioplatense hasta abril de 2011, cuando, por solicitud de las autoridades estadounidenses, fue capturado en Argentina. Entonces, volvía con su esposa e hijos de unas vacaciones en Tahití. De inmediato fue extraditado a Estados Unidos, donde en julio de 2013 fue condenado a 84 meses de presión y un periodo de libertad supervisada de cinco años. Se le cayó una operación de 70 toneladas de cocaína en submarinos desde Colombia.
Para entonces, en Colombia, un grupo de testigos protegidos entregaron a la Fiscalía detalles de las sociedades, agroindustrias, hoteles, fincas e inmobiliarias que Álvarez Meyendorff y su hermano, Juan Fernando, habían conseguido a lo largo de años en el mundo del narcotráfico. La información recopilada terminó en la más grande operación de extinción de dominio que permitió conocer cómo el clan familiar lavó dinero en Cundinamarca, Risaralda, Quindío, Valle, Cauca, Antioquia, Meta, Córdoba, Bolívar y Atlántico. Incluso, como lo conoció El Espectador, contaban con caballos percherones avaluados en $40 millones. La investigación vinculó a 18 personas cercanas al hoy detenido en Ezeiza.
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