En la noche del miércoles 19 de noviembre dos hechos encendieron las alarmas de la Fuerza Pública y de la población civil en Boyacá. Un ataque contra el batallón de Alta Montaña 2 en El Espino coincidió con la muerte de la esposa de un policía en el municipio de Chiscas, en circunstancias que aún son materia de investigación.
Según versiones preliminares, el batallón de Alta Montaña, ubicado en zona rural de El Espino, fue hostigado presuntamente por integrantes de la columna José David Suárez del ELN. De acuerdo con el Ejército, el ataque no dejó uniformados heridos ni daños en la instalación.
Alejandra Pico, secretaria de gobierno de Boyacá, señaló que a las 7:40 p.m. recibieron “información por parte del personal militar adscrito al batallón de Alta Montaña, en donde nos informan que hay un hostigamiento por parte de algún actor delincuencial. Esto de inmediato fue conversado con los comandantes del Ejército de la Primera Brigada y el comandante del departamento de Policía de Boyacá”.
De acuerdo con la secretaria, “un vehículo tipo motocicleta pasó a velocidad al frente del batallón por una vía terciaria, generando este hostigamiento sobre el batallón. Las tropas reaccionaron de forma inmediata, previniendo cualquier accionar delictivo que afectara la integridad de nuestros soldados”.
El segundo episodio violento se presentó hacia las 10:00 p. m., en hechos aún confusos, en la estación de Policía del municipio de Chiscas. La esposa de uno de los uniformados resultó herida y murió minutos después. El alcalde del municipio, Reinaldo Torres, confirmó el fallecimiento.
Pico señaló que las autoridades no descartan ninguna hipótesis alrededor del caso, y “ya se está haciendo el adelantamiento de la investigación por parte de la Sijín, de la Policía. Sin embargo, esperamos que la investigación avance y podamos dar información oficial respecto”.
Este jueves 20, representantes de la gobernación de Boyacá, por orden del gobernador Carlos Amaya, viajaron con el comandante del Ejército y del departamento de policía al municipio de El Espino y Chiscas para seguir con las investigaciones de ambos sucesos.
“Nosotros no permitiremos que los grupos armados y grupos delincuenciales sigan pasando por nuestro territorio ejerciendo actividades delictivas sin que no haya una reacción del Estado. Las operaciones que se vienen desarrollando avanzarán y, sin embargo, también tenemos anticipación y prevención a nuestras comunidades. De ahí que nos desplazaremos el día de hoy para hablar con los alcaldes y darle la tranquilidad que estamos atendiendo las cosas”, concluyó la secretaria de gobierno, Alejandra Pico.
Este sería el segundo ataque del ELN en el mes
El ataque al batallón de El Espino sería el segundo hecho violento atribuido al ELN en Boyacá. El pasado sábado 8 de noviembre, habitantes del barrio Curubal alertaron sobre la presencia de una volqueta con una plataforma de arena utilizada para el lanzamiento de tatucos o cilindros bomba, estacionada en plena vía del sector urbano de Tunja (Boyacá).
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Según el comandante de las Fuerzas Militares, el almirante Francisco Cubides, la estructura Adonay Ardila Pinilla del ELN sería la responsable de instalar el vehículo cargado con explosivos a pocos metros del batallón Simón Bolívar.
El presidente Gustavo Petro y el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, señalaron que la alerta temprana de la comunidad y el despliegue de unidades militares evitaron un atentado que habría dejado víctimas mortales. En el interior del vehículo se hallaron 24 cilindros bomba, presuntamente destinados a un ataque contra el batallón Simón Bolívar.
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Horas después, durante la operación de explosión controlada de la Policía, varios artefactos se activaron de forma imprevista, lo que dejó tres civiles heridos y ocasionó daños en la infraestructura militar. El ministro Sánchez anunció una recompensa de hasta COP 100 millones por información que permita identificar y capturar a los responsables del hecho.
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