El colombiano Alberto Giovany Silva Causil fue capturado en las últimas horas por supuestamente ser el jefe de una organización criminal dedicada al lavado de activos que tendría nexos con tres poderosas organizaciones mexicanas: el cartel de Sinaloa, la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios. Su detención se realizó en el aeropuerto internacional El Dorado en una operación de la Fiscalía, la Policía y el Servicio de Aduanas e Inmigración de los Estados Unidos (HSI/ICE). (Lea: El Pacífico colombiano y el cartel de Sinaloa)
De acuerdo con la investigación, Silva Causil lideraba una red encargada de garantizar la llegada de los pagos que realizaban por los cargamentos de droga a través de consignaciones realizadas desde Chicago, Illinois, Detroit, Miami, Nueva York y Michigan. La organización de la que habría hecho parte el Burro, como también es conocido, lavaba el dinero a través de la importación de licores, electrodomésticos y tecnología, que eran distribuidos el sector de San Andresito de Bogotá, entre otras zonas.
Estas transacciones comerciales alcanzaron los US$7 millones y, al parecer, evadían los pagos de aranceles e impuestos de importación. Según las autoridades, después de confirmarse la entrega del dinero a uno de los miembros de dicha organización en la capital del país, enviaban la mercancía desde China, Estados Unidos y Panamá como parte de pago de la droga. (Le podría interesar: Alias “Guacho” es el brazo armado del cartel de Sinaloa: fiscal general)
Esta investigación, que empezó desde 2012, realizó más de 111 operaciones en Estados Unidos, República Dominicana, México y Colombia. Esto ha permitido incautar 65 kilogramos de cocaína, 15 kilogramos de heroína, 10 kilogramos de metanfetaminas y 20 kilogramos de marihuana. En los últimos años, según la Fiscalía, se han realizado 38 capturas de personas de diferentes nacionalidades, tres de ellas de ciudadanos colombianos con fines de extradición y quienes eran presuntos líderes de dicha organización.
Alberto Giovany Silva Causil, nacido el 17 de septiembre de 1978 en Bucaramanga, tenía una oficina tipo fachada en un prestigioso centro comercial de Bogotá. Allí, de acuerdo con las autoridades, se reunía con diferentes miembros de la organización criminal “en donde concertaba de manera fraudulenta cómo se lavaría el dinero”. Por todo esto, y porque también estaría vinculado a varios eventos en los que fueron movidos más de US$7 millones, la Corte del Distrito Sur de La Florida lo pide en extradición. (Le sugerimos: Los negocios del jefe del cartel de Sinaloa con narcos colombianos)